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Los pediatras advierten: no olvides cepillar los dientes de tu hijo después del jarabe

El contenido de azúcar de antibióticos y analgésicos puede provocan caries si no se limpian la boca

Todos sabemos que alimentos que han estado años relacionados con una alimentación saludable, como las galletas, los zumos envasados, los yogures y los cereales refinados, en realidad están saturados de azúcares libres. No son especialmente recomendables en una alimentación equilibrada. Lo que no todo el mundo conoce es que los azúcares añadidos, los que la industria alimentaria introduce en algunos productos, también están en los medicamentos infantiles... y estos sí que no hay que evitarlos.

Añadir azúcar a los fármacos ayuda a que los pequeños se recuperen, y no por el entusiasmo del momento dulce. Su sabor los convence más fácilmente para que tomen una medicina que pueden llegar a aborrecer. Pero la táctica implica una consecuencia poco conocida que hay que tener en cuenta: los pediatras recomiendan que los niños no olviden cepillarse los dientes cuando toman medicamentos infantiles si no quieren que las caries crezcan en su dentadura.

Jarabes y antibióticos, origen insospechado de caries

La mayoría de los padres no sabe cuánto azúcar añadido hay en la formulación de las medicinas más habituales, pero la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) sí, y es una información que puede consultarse en su página web. El socorrido Fluimucil, indicado para paliar los síntomas de los procesos gripales, tiene 4,75 gramos por cada sobre de 100 miligramos, lo que supone algo más de la mitad del azúcar que lleva un yogur infantil (8 gramos). El antibiótico Vinzam, habitual en el tratamiento de la otitis o la faringitis, tiene 3,8 gramos de sacarosa por cada cucharada de 5 mililitros, algo así como concentrar medio yogur en cada cucharada.

La presidenta de la SEOP, Paola Beltri, advierte de que "cuando se consumen medicamentos de este tipo hay que cepillar los dientes como si se tratara de otro producto azucarado". Y añade: "En el caso de algunos de alto contenido en azúcares que se suelen tomar de noche, como los jarabes para la tos, la higiene bucal es primordial porque durante el sueño disminuye la producción de saliva, un elemento protector frente a la caries". Por eso Beltri recomienda "ingerir los medicamentos con las comidas principales del día siempre que sea posible". También se recomienda cambiar de cepillo tras una enfermedad contagiosa.

El azúcar de los medicamentos tiene más inconvenientes insospechados. Según la jefa del servicio de Pediatría del hospital madrileño Vithas Nisa de Aravaca, María Jesús Pascual, "el contenido en azúcar de los fármacos puede favorecer tanto la caries dental como la preferencia de los niños hacia los sabores dulces", explica. Es una razón más para actuar con cautela a la hora de administrar los medicamentos, y solo dárselos a los pequeños cuando sea necesario. "Pero los padres no deben obsesionarse con el etiquetado de los fármacos", tranquiliza Pascual. Al fin y al cabo, que el azúcar esté en la lista de ingredientes tiene su razón de ser.

Una ayuda para que los niños traguen

Cualquiera que haya tenido que convencer a un niño con fiebre -y en rebeldía- de que lo mejor que puede hacer es tragar el pegajoso jarabe, sabe que no es una tarea sencilla. Pero todavía sería más complicada si no fuera por el dulzor añadido. Según Pascual, "el azúcar libre se añade para favorecer la palatabilidad de los medicamentos, ya que hay niños que les cuesta mucho tomarlos en las dosis pautadas". Es algo parecido a lo que hace el glutamato para que algunas comidas nos resulten tan sabrosas. "Otras veces se hace por dar estabilidad y facilitar la acción de la fórmula química", continúa la experta.

Es un beneficio importante, pero el sabor dulzón también puede motivar a alguna criatura a ventilarse la botella de jarabe entera y a escondidas... una conducta peligrosa. Por el mismo motivo, los padres deben ser conscientes del peligro de llamar chuches o golosinas a los fármacos, una costumbre que la pediatra ha observado en algunos progenitores. "También es importante guardar los fármacos en un lugar seguro", recuerda Pascual.

En todo caso, la médica subraya que los pediatras no dejan el control de cuánta azúcar ingieren los niños enteramente en manos de los padres. "Siempre que es posible nos decantamos por el fármaco libre de azúcar, el que ha sido formulado con edulcorantes", dice. Pero añade: "Hay que entender que los niños tienen problemas para ingerir los medicamentos en pastilla, y por lo tanto tenemos la limitación de que hay que dárselo todo en suspensión, que es donde suele estar el azúcar añadido". ¿Y qué pasa si el niño tiene una dieta que restringe este ingrediente?

En caso de diabetes, tranquilidad y mirar el prospecto

A veces tomar azúcar con los medicamentos es sencillamente inevitable. Es lo que sucede, por ejemplo, con algunos fármacos indicados para el asma. En estos casos, la odontóloga infantil Paola Beltri aboga por consultar con el dentista para recomendar pautas de higiene adicionales, para "no sumar la enfermedad de la caries y sus consecuencias a la patología que padecen los niños".

La más obvia y efectiva es, de nuevo, cepillar bien los dientes; los fármacos azucarados solo son factor de riesgo si su ingesta no está acompañada de un cepillado, que es "necesario dos veces al día desde la aparición de los dientes, con dentífrico con flúor". Por otra parte, los padres tampoco deberían agobiarse si sus hijos tienen una enfermedad que obliga a restringir el azúcar.

La jefa de Pediatría del Hospital Nisa Aravaca María Jesús Pascual descarta que estos medicamentos puedan tener algún riesgo para los niños con enfermedades como la diabetes, una patología que a menudo los enfermos no saben que tienen, y la epilepsia. Pascual recuerda que, a diferencia de la industria alimentaria, "los medicamentos tienen un etiquetado claro, con todas las contraindicaciones y factores de riesgo controlados". Para tranquilidad general, la doctora recalca que medicinas relacionadas con una fuerte presencia de azúcares, como el Dalsy, ahora están reformuladas y ya no cuentan con este ingrediente en su composición.

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