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LIVING

Shoeker, la zapatilla que es un zapato y se diseñó como si fuera un coche

Lo nuevo de la línea No_Code de Tod's es un híbrido entre deportiva y calzado clásico concebido en base a preceptos del diseño industrial y la artesanía

El modelo 'shoeker' en blanco con suela de goma expandida.
El modelo 'shoeker' en blanco con suela de goma expandida.

Hay que haber pasado los últimos años en un planeta muy lejano, alejado de cualquier contacto con la realidad terrícola o imitando a Peter Gallagher en Mientras dormías para no saber a estas alturas que vivimos en un mundo conectado. Y esto, que es un poco una obviedad, no por ello deja de ser una realidad que, bien trabajada, puede aún dar réditos sorprendentes. Uno de ellos es el Shoeker, cuya segunda generación se presentó anoche en Milán. Esta pieza de calzado de Tod’s es un híbrido entre zapato y deportiva. Shoe + sneaker = shoeker, para los que llegaron al Upper Intermediate en inglés. Calidad artesanal e innovación tecnológica. Todo lo que ha hecho que la artesanía no haya quedado en el pasado y que la tecnología aún huela a futuro se une en un calzado que, si fuera una opción política, podríamos calificar de ‘tercera vía’.

En un espacio industrial de techos infinitos y bajo una luz que jugaba con el efecto que provoca la ausencia de la misma, la casa italiana hizo público este objeto de apenas 300 gramos, concebido por el diseñador coreano Yong Bae Seok. Él ha sido el encargado de llevar a este producto la filosofía No_Code de la marca, concepto que se basa en alejarse de ideas preconcebidas sobre lo que son ciertas prendas, su uso y también la forma de imaginarlas y llevarlas a cabo. En este nuevo Shoeker, el coreano ha aportado una suela de goma expandida que se estabiliza en cada paso y una parte superior en la que se utilizan como materiales primordiales el cuero ligero y el neopreno.

ICON asistió a la presentación de 'Shoeker' este miércoles en Milán.
ICON asistió a la presentación de 'Shoeker' este miércoles en Milán.

Para que esto no quedara en otra simple exhibición de nuevos materiales revestidos de un discurso más o menos nuevo era imprescindible que la persona al frente de este Shoeker fuera alguien venido el diseño industrial, no de la moda. Por eso en la presentación del producto, una charla conducida por Michele Lupi, exdirector de Icon Italia, participaron creadores procedentes de campos tan dispares como la gastronomía, las artes o el diseño de automóviles.

El shoeker, además de ser ese calzado con el que uno puede ir a una reunión de trabajo y a tomarse unas copas -otra idea que según de qué lado sople el viento puede ser una obviedad o una genialidad-, es el resultado de un cruce de conceptos, ideas y aproximaciones a la creatividad. La del chef Yoji Tokuyoshi, quien ha trabajado con Massimo Bottura, y mezcla cocina japonesa con italiana. También la de Angela Rui, diseñadora italiana, principal responsable de la curación de la 25 edición de la bienal de Liubliana, donde ha mezclado escaparate con acción, integrando el acontecimiento en la ciudad y creando un espacio de diálogo entre creadores, expositores, público e incluso urbanismo.

El diseñador coreano Yong Bae, creador del modelo 'shoeker' y Michele Lupi, exdirector de Icon Italia
El diseñador coreano Yong Bae, creador del modelo 'shoeker' y Michele Lupi, exdirector de Icon Italia

Y claro, Chris Bangle, el que fuera responsable de diseño del grupo BMW, quien a través de un vídeo grabado en su incubadora en Clavesana, un espacio mágico pensado para pensar, llevó el concepto de hibridación un paso más allá. El estadounidense habló de la importancia de los materiales y enseñó una maravilla de prototipo de coche que ha creado con una carrocería de tela y cuyo capó se abre como si de un vestido con cremallera se tratara. Todo esto lo contó sentado al borde de una infinite pool con vistas a la campiña turinesa. Así cualquiera.

La mezcla de ideas, el cruce de conceptos y la revisión de verdades que ya están asentadas entre nosotros (globalización, hibridación, mestizaje, interdisciplinaridad…) definieron la naturaleza de esta presentación e hicieron mucho más inteligible este Shoeker, un calzado que se pensó como una obra de arte, se desarrolló como un coche y se va a consumir como el mejor palto de cocina fusión.

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