“Una oficina puede empeorar el bienestar del trabajador”: cómo tres estudios de diseño combaten esta afirmación
En España trabajamos un 20% de las horas del año, por eso es esencial que el espacio de trabajo sea agradable y cómodo. Varios expertos hablan de cómo el diseño puede mejorar el bienestar laboral

“Para tener una salud laboral adecuada no hay nada mejor que unas buenas condiciones”, deja claro el sociólogo urbano de la UCM Emilio Martínez al preguntarle por la capacidad de un espacio para mejorar el bienestar laboral. Nada como un buen sueldo y un buen ambiente en el trabajo para estar contentos. Eso sí, el espacio de trabajo puede condicionar para bien o para mal dicha felicidad. Que sea “ruidoso, oscuro, lúgubre, frío, húmedo o incluso feo”, dice, puede afectarnos en el día a día.
En España trabajamos 1.690 horas al año, según un informe de la OCDE. Supone casi un 20% del total anual. Casi el 70% de las personas usan un ordenador y desde 2024, ya superada la pandemia, el 58% de las empresas tienen un modelo totalmente presencial, según datos del II Estudio PLuxee de Retos y Tendencias en RRHH 2024. Estos son los ingredientes para que reine un espacio laboral sobre el resto: la oficina. Si pasamos tanto tiempo trabajando, el lugar debe ser cómodo y estar adaptado. Entonces, ¿cómo debe construirse?
La Ley –Real Decreto 486/97 de 1997– establece unos límites. Por ejemplo, la temperatura debe estar entre 23 y 25 grados, debe estar protegida de incendios, disponer de salidas de emergencia o evitar un suelo deslizante o con desniveles. En el mundo de la arquitectura existe la certificación Well, un sistema basado en la medición e impacto de una construcción en el bienestar humano. Sin embargo, las fuentes expertas consultadas para este artículo coinciden en que tienen sus peculiaridades y que los programas son, precisamente, de mínimos. Sin ellos o es difícil levantar una obra o es directamente ilegal. La flexibilidad del espacio, su mantenimiento o el diseño son determinantes para un buen espacio de trabajo.
Al pensar en una oficina positiva para el bienestar laboral, imaginamos espacios diáfanos y con conexión a la naturaleza. La luz solar es vital para una buena salud mental y física. Un estudio de la Universidad de Monash (Australia), el más grande hasta la fecha sobre la exposición a la luz, determina que las personas que se exponen a grandes cantidades de luz durante el día ven reducido su riesgo de depresión en un 20%. “La luz artificial altera nuestros ritmos circadianos. Es importante que el diseño de un lugar de trabajo los tenga en cuenta”, explica Carlos Muriel, Director en Europa de Buckley Gray Yeoman (BGY). Y la Ley le da la razón: “Los espacios laborales deben disponer de la mayor cantidad de luz posible”.
Pero atención: un espacio abierto puede ser problemático. “Implican control. Estimulan la competitividad y también disminuye el compañerismo”, afirma Emilio Martínez. Un espacio de trabajo puede convertirse en hostil dependiendo de su diseño. “Lo importante es que responda a la función productiva para la que se piensa”, determina. No es lo mismo un estudio de artistas que un despacho de abogados. “Una oficina debe ser diseñada para ser tal”, reconoce Muriel.
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Un edificio en transformación: Skylight de Madrid
Carlos Muriel es uno de los diseñadores del Skylight de Madrid que acaba de ganar el premio Mejor Obra Nueva de Oficinas en 2024. “El edificio se erige como un icono dentro del panorama empresarial de la capital, ofreciendo una solución arquitectónica que responde tanto a las demandas del mercado actual como a las necesidades futuras de las empresas”, aseguran desde el jurado. El edificio se construirá en la Avenida Manoteras de Madrid –una zona de oficinas– y está pensado para albergar a varias empresas y que estas puedan ir cambiando en el tiempo. Debe ser una construcción adaptable y flexible. “Es un edificio hecho con materiales sostenibles y pensado para el largo plazo”, enfatiza el arquitecto. “Hay que pensar mucho en la duración de las construcciones. Lo hemos visto con la dana. No es lo mismo construir en Galicia que en Valencia”, argumenta.
La obra apuesta por espacios abiertos e incluso plazas público/privadas. “Cuando diseñamos pensamos en la experiencia de usuario: nos imaginamos siendo la persona que sale del Metro o deja su bici”, explica Muriel vía telefónica. “Es importante que haya espacios distendidos donde las personas puedan tomarse un snack, salir a hablar un rato e incluso organizar eventos”. La clave es que el trabajador esté cómodo: “Productividad y bienestar van de la mano”.
Las oficinas cuentan con salas de reuniones grandes, pero también con otras para reuniones pequeñas e incluso unipersonales, para las videollamadas. También hay zonas para juntarse de una forma más cómoda, entre sofás y sillones, “la actitud de los interlocutores cambia según la zona y es algo que hay que tener en cuenta desde el interiorismo”. Y por eso los rincones naturales: “Tiene que haber zonas de descanso claras. Podemos estar trabajando un par de horas muy concentrados, pero la producción de cortisol debe poder frenarse un tiempo”.
Al preguntarle por los ambientes dañinos para la salud de los trabajadores se toma su tiempo. “A cada uno le pueden gustar cosas diferentes y los humanos sabemos adaptarnos”, defiende. Pero acaba reconociendo: “En España se dan muchas oficinas en zonas de la antigua nobleza con techos altos, mala orientación hacia la luz, grandes muros de carga… El problema es que muchas veces son casas adaptadas a oficinas”.

Un jardín híbrido: Gancedo Showroom
Un espacio de trabajo adaptado a su función es el Gancedo Showroom de Teresa Sapey + Partners, en el centro de Madrid. Partiendo de un proyecto de la nueva sede para la marca textil española, han diseñado este espacio, “pensando en el bienestar de trabajadores, usuarios y clientes”, asegura Francesca Heathcote, arquitecta y CEO. Es una tienda de tejidos, pero va más allá. Las plantas, dice, tienen duchas, zonas de comedor, pero también zonas para descansar un poco; casa planta contiene incluso un pequeño jardín. “En los tiempos en los que nos movemos, nada es únicamente una oficina. Estamos rodeados de realidades híbridas”.
“Hemos reabierto ventanas en el espacio para que entrase más luz natural, pensando en el bienestar del personal”. La construcción combina la tienda de cara al público con las oficinas de los trabajadores. “Hay un túnel con diversas tonalidades que conectan las áreas para crear esa unión entre el espacio y lo textil”, asegura, “y hay diferentes colores para que los trabajadores no se aburran”, dice Heathcote. “Hay que entender el diseño como una herramienta para aportar valor a un espacio”, opina.
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Diseño inteligente: Sede de Neinver
Otra construcción referente en este aspecto es la Sede de Neinver, en Madrid. Su propósito es directamente el de mejorar la vida de las personas y su bienestar a través del diseño y del arte. Está pensado para empresas del sector inmobiliario. “Hay zonas de dirección con despachos y zonas para trabajo individual y colaborativo. Para nosotros lo fundamental es que el diseño de las oficinas sea acogedor para que las personas que trabajan allí se sientan cómodas”, explica Laura Gärna, CEO y arquitecta de Gärna Studio.
Una buena oficina, en líneas generales “debe resolver todas sus necesidades con espacios específicos. También debe tener un diseño armonioso”, explica. Esta arquitecta revindica que, siempre que se pueda, el diseño del edificio debe ir de la mano con los valores de la empresa. Estar a gusto en la oficina es vital, que una oficina sea oscura o ruidosa, “puede causar baja productividad, absentismo laboral o empeorar la salud mental”, asegura. Para ella, una mala oficina es la que no tiene personalidad o no está bien iluminada.
En Gärna, igual que BGY, apuestan por salas personales para reuniones privadas, igual que zonas para reuniones más pequeñas de grupos. Y da la razón al sociólogo: “El espacio abierto absoluto se ha demostrado que no funciona”. En su opinión, incluso afirma que con un buen diseño el ambiente de trabajo es mejor, por tanto, “a los trabajadores no les importará pasar más horas en la oficina”.
“Un buen diseño no va a impedir que seas explotado”
Los testimonios dejan clara la importancia del diseño para determinar las relaciones sociales de los trabajadores en el espacio. “El lugar del trabajo puede condicionar el comportamiento de los individuos”, asegura Emilio Martínez. “Un arquitecto debe dar con el equilibrio entre función, belleza y responder a la demanda del empresario”, asegura. Para él, lo mejor sería un contraespacio: “Algo que no esté en la lógica de producir el máximo y aumentar beneficios empresariales”. Pero asume que el espacio de trabajo es para eso, para trabajar.
Como humanos, tenemos una gran adaptación a los entornos que nos rodean. El malestar en el trabajo va a depender más de las condiciones que del espacio. “Un buen diseño no te va a impedir ser explotado. El proceso de explotación es una relación social o política, de dominación, pero nunca espacial o arquitectónica”, determina Martínez. “Puede ayudar, pero es como si escuchas música mientras trabajas”, ejemplifica. Y también puede suceder a la inversa: que alguien prefiera trabajar en un desván sin luz si a cambio obtiene una muy buena retribución económica.
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