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¿Por qué iluminamos tan mal nuestras casas?

Priorizar la funcionalidad sobre la creación de ambientes adaptados a cada espacio es el gran error que cometemos en el hogar. La luz indirecta consigue una atmósfera cálida y armoniosa, pero aplicarla con gusto y estrategia es un don en manos de los interioristas

El 'layering' de luz es el elemento definitorio de esta reforma realizada en Ciudad de México por Estudio Reciente junto a otros diseñadores.
El 'layering' de luz es el elemento definitorio de esta reforma realizada en Ciudad de México por Estudio Reciente junto a otros diseñadores.Fabián Martinez
Victoria Zárate

Saber iluminar es todo un arte. Desde tiempos remotos, el hombre ha querido alumbrar su alrededor ya fuera con una antorcha, una lámpara de aceite o la bombilla de Thomas Edison. Pero como sucede en cualquier ámbito donde la funcionalidad se cruza con la estética, no siempre se ha sabido ejecutar con acierto. La prueba definitiva llega cuando nos enfrentamos a la reforma de una nueva vivienda. Lo primero que solemos proyectar sobre papel son los puntos de luz en el techo (bien centrados, a ser posible) y sin escatimar en cantidad por miedo a que una vivienda en semioscuridad resulte poco acogedora.

Pero, ¿y si la luz directa no fuera siempre necesaria? ¿Y si con el tiempo cambiamos el uso de la estancia y ya no sirve la distribución lumínica original? ¿Qué tipo de luz es más precisa para cada habitación? ¿Cuándo es mejor optar por luz fría, neutra o cálida? Todas estas dudas deberían asaltarnos antes de sentenciar los puntos de luz que fijaremos en nuestro futuro hogar, una partida a menudo descuidada que responde más a un criterio generalizado que al uso personal que daremos a largo plazo. “En general, tendemos a no prestar suficiente atención a la iluminación como parte integral del diseño de interiores. Solemos priorizar la funcionalidad básica sobre la creación de ambientes agradables y adaptados a cada espacio. Esto nos lleva a colocar luces demasiado fuertes o de tonos inadecuados. Nosotros siempre recordamos que la iluminación no solo es funcional; también transforma cómo se perciben los espacios y cómo se sienten quienes los habitan”, reflexiona Fabiola Meignen, Product Manager de Badi STUDIO.

En esta vivienda de Castell Vallgornera se aplicó el 'layering' en tres niveles: luz en el techo, LED detrás del sofá y una lámpara de pie.
En esta vivienda de Castell Vallgornera se aplicó el 'layering' en tres niveles: luz en el techo, LED detrás del sofá y una lámpara de pie. CORTESÍA DE BADI STUDIO

Este estudio de arquitectura, construcción y diseño de interiores fundado en 2022 y conocido por sus reformas en viviendas y hoteles, tiene claro que la iluminación es un tema prioritario, igual que planificar la nueva instalación eléctrica para asegurar tanto la funcionalidad como la eficiencia energética. “Es fundamental actualizar la instalación eléctrica cada 15 años para garantizar su seguridad y adaptabilidad a nuevas tecnologías”, asegura la experta.

A la hora de planificar la distribución de los puntos de luz, explica, hay que valorar cada estancia por separado, ya que no es lo mismo un baño, donde los focos en el techo son esenciales junto a apliques al lado del espejo para aportar una luz funcional y decorativa; frente a un pasillo o una escalera, en los que la iluminación lineal asegura un halo uniforme y la ausencia de sombras. Para una zona de trabajo como un despacho, recomiendan emplear una luz neutra en lámparas de escritorio junto a otros puntos de focos luz general. Esto ayudará a mejorar la visibilidad y la concentración. “En el salón y el comedor es mejor combinar focos empotrados para luz general con lámparas colgantes sobre la mesa de comedor o centro del salón. Añadir lámparas de pie o de mesa ayudan a crear una luz ambiental cálida y flexible. En la cocina, sin embargo, es mejor incorporar junto a focos generales las tiras LED bajo los muebles y encimeras. Incluso en el interior de los muebles para resaltar su contenido”.

En zonas de almacenamiento como armarios, vestidores o trasteros, donde la visibilidad es esencial, los focos de luz directa son una solución práctica que puede resultar también estética si buscamos fórmulas minimalistas que no invadan el espacio. Para conseguir un ambiente más íntimo que induzca al descanso en el dormitorio, explica Meignen, lo mejor es recurrir a las clásicas lámparas de mesita o apliques de pared (como el doble función de Konoha, diseñado por Yabu y Glenn Pushelberg) que además proporcionan una agradable lectura antes de dormir.

Aplique Konoha con doble función, diseñado por Yabu y Glenn Pushelberg.
Aplique Konoha con doble función, diseñado por Yabu y Glenn Pushelberg.MARTA VIDAL

¿Por qué nos genera tanto respeto la luz indirecta?

“La mucha luz es como la mucha sombra, no deja ver”. Este aforismo de Octavio Paz, define para la empresa Marset el principio de todo el error que comentemos al iluminar una vivienda. Al igual que apuntaba Meignen, la legendaria firma de lámparas artesanales asentada en Terrassa (Barcelona), señala que el gran equívoco comienza en la elección de la luz basándonos casi siempre en su funcionalidad, sin tener en cuenta su capacidad para crear una atmósfera agradable. “La iluminación también debe enriquecer la experiencia de vivir en nuestras casas generando sensaciones agradables. Cada espacio debería contar con una iluminación pensada para sus características y su uso específico”.

El diseño de luz directa Plaff On en suspensión es perfecta para iluminar zonas de trabajo como la cocina.
El diseño de luz directa Plaff On en suspensión es perfecta para iluminar zonas de trabajo como la cocina. MARTA VIDAL

La siguiente escena que esboza la firma resultará a más de uno familiar: techos salpicados de focos y lámparas de techo por toda la casa que aportan una luz demasiado intensa y directa. El resultado es tan incómodo para los ojos como poco acogedor, y genera un ambiente excesivamente frío. “En espacios domésticos se suele optar por una iluminación estándar sin considerar cómo la luz cálida o fría influye en el ambiente, pero elegir la temperatura de la luz es crucial. La iluminación debe adaptarse al momento del día y a la función de cada espacio”, detallan.

Iluminar cada espacio de forma personalizada y cálida es el gran cometido de la luz indirecta. Sin embargo, su uso no está tan extendido como las luminarias techo y se suelen valorar a posteriori como un simple complemento. “Colocar focos empotrados en el techo se ha convertido en una tendencia universal, no solo para iluminar las zonas de paso sino todas las estancias, y esta luz cenital y focal hace perder la perspectiva, desaparece la sombra y generalmente también el contraste. Desde Marset pensamos que el problema de todo está en el abuso de este tipo de iluminación”.

Esta moda por los puntos de luz directa, explican, se debe a su fácil instalación y la iluminación inmediata y focalizada que proporcionan. En cambio, la indirecta, aunque resulte más agradable y envolvente, es más compleja y requiere una planificación más cuidadosa. “Además, no siempre se percibe como lo suficientemente potente para satisfacer las necesidades funcionales de algunas zonas, y nos olvidamos del impacto emocional y ambiental de la luz. La iluminación directa tiende a ser vista como algo puramente funcional, mientras que la indirecta, aunque más cómoda, se considera innecesaria o ‘decorativa”.

El reto de su empresa, y del interiorismo en general, es cambiar esa visión y entender que la iluminación también juega un papel definitorio en la creación de ambientes y el bienestar emocional de los que viven los espacios. “La luz indirecta aporta calidez, confort y profundidad al espacio. Este tipo de iluminación crea atmósferas únicas y versátiles ideales para destacar texturas, colores y elementos decorativos. Además consigue un equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética si lo combinamos con luz directa, adaptándose a las necesidades de cada estancia y momento del día”, apunta Meignen.

Otra puropuesta de iluminación por capas de Badi Studio.
Otra puropuesta de iluminación por capas de Badi Studio. CORTESÍA DE BADI STUDIO

El ‘layering’ lumínico, el secreto de los profesionales

Iluminar bien de forma indirecta es complejo, requiere de experiencia y gusto. Pero hay una serie de consejos que pueden ayudar a cualquier amateur. Lo primero es saber elegir el producto adecuado, en concreto, el tipo de bombilla. “Uno de los errores más comunes que cometemos es variar la temperatura de color de las bombillas, algo que rompe la continuidad lumínica y la armonía. Una temperatura de 2700K, es perfecta”, explica Carlos Tomás, fundador de Estudio Reciente.

Los apliques como el diseño Aura de Marset son una de las capas secundarias que denotan estilo en la iluminación indirecta.
Los apliques como el diseño Aura de Marset son una de las capas secundarias que denotan estilo en la iluminación indirecta.FERNANDO ALDA

Otro fallo muy común que señala el interiorista, conocido por su manera transversal de afrontar proyectos de rehabilitación, es reducir la luz indirecta a muy pocos puntos, cuando lo apropiado es todo lo contrario. “Cuantos más mejor, de esta manera podemos ajustar la luz a nuestro estado de ánimo o la actividad que hagamos en ese momento”. No es cuestión de tenerlos encendidos todos a la vez, indica, sino de jugar con una distribución flexible que permita crear distintas configuraciones. “Es lo que llamamos un layering de luces, es decir, crear diferentes capas y no reducirlo todo a un único punto cenital en el centro de la habitación, que es el gran error que cometemos siempre”.

Fabiola Meignen coincide 100% en que ese es el secreto de una iluminación con nota. La estrategia de Badi Studio se basa en la iluminación por capas, que comienza con focos como base y añaden fuentes de luz indirecta como lámparas de pie, de mesa o tiras LED para crear diferentes efectos y sensaciones. “Solemos depender demasiado de una única fuente de luz en el techo, cuando es de suma importancia valorar las capas de iluminación para dar carácter y versatilidad a cada estancia”. Para ello recomienda el uso de un regulador de intensidad o dimmers (los de Corston en latón antiguo añaden un plus de diseño), con los que ajustar la luz según el momento del día o el uso del espacio, evitando excesos molestos o penumbras indeseadas.

El diseño de suspensión Ambrosia, creada en 2023 por Ciszak Dalmas, permite iluminar una habitación grande sin restar espacio, y añade una iluminación ambiental más envolvente.
El diseño de suspensión Ambrosia, creada en 2023 por Ciszak Dalmas, permite iluminar una habitación grande sin restar espacio, y añade una iluminación ambiental más envolvente.CORTESÍA DE MARSET

El objetivo es crear una luz sutil y envolvente que no llegue a saturar, sin obsesionarse con que resulte uniforme. “La luz es una parte integral del ambiente, permite aprovechar superficies reflectantes como techos, paredes o muebles. No busca iluminar directamente un punto específico sino crear una atmósfera suave y armoniosa. Para lograrlo tenemos que distribuir la luz de manera estratégica y homogénea evitando sombras duras o contrastes agresivos”, apuntan en Marset. Meignen añade un factor que pasa a menudo desapercibido, los colores y texturas de las paredes. “A la hora de considerar el efecto de la luz en las superficies hay que saber que las paredes claras reflejan mejor la luz indirecta, mientras que los materiales oscuros pueden absorberla”.

El tamaño de la estancia es un elemento determinante a la hora de escoger nuestras luminarias. Si contamos con metros de sobra, señalan en Marset, una lámpara de pie o suspensión como Ambrosia, diseñada en 2023 por Ciszak Dalmas, puede iluminar una habitación grande sin restar espacio, y son idóneas cuando se necesita flexibilidad y una iluminación ambiental más envolvente. “En dimensiones reducidas o si deseas iluminar zonas específicas (como una mesa de trabajo o un lugar para leer), en cambio, una lámpara de sobremesa puede resultar suficiente y, además, estética. La clave está en considerar la funcionalidad del espacio y la atmósfera que se quiere lograr”. Y no debemos olvidar que las lámparas independientes deben pensarse como parte del diseño global del espacio, por ello se las consideran las esculturas de una casa.

Las lámparas independientes se las consideran las esculturas de una casa, como Alina, un diseño envolvente con base de mármol.
Las lámparas independientes se las consideran las esculturas de una casa, como Alina, un diseño envolvente con base de mármol.CORTESÍA DE WESTWING

La mejor luz es la que no consume

Con la reciente subida del IVA de la luz al 21% este 2025, reducir el consumo y optar por fórmulas que potencien su ahorro debe ser prioritario. La luz natural es gratis y no contamina. Aunque no podemos controlar su orientación, si hay aspectos que pueden jugar a nuestro favor. “En muchas viviendas se hace un mal aprovechamiento de la luz natural. No podemos controlar la cantidad de luz solar, pero aprovecharla al máximo durante el día debería ser una prioridad. Maximizar la entrada de luz natural puede ayudar a reducir el uso excesivo de luz artificial durante el día”, explican en Marset.

Crear un sistema de iluminación que combine luz natural, general y ambiental ”mejora la calidad de vida de quienes lo habitan”, señala Meignen. Si por el contrario tenemos que recurrir a la iluminación artificial los productos LED son los más eficientes en términos de consumo, explican en Marset, ofreciendo una excelente relación entre luminosidad y eficiencia energética. “Además, su larga vida útil reduce la necesidad de reemplazos y favorece la sostenibilidad”.

Con una lámpara como Cata de Faro Barcelona, diseñada por Marina Milá (novedad de su catálogo este 2025), conseguimos iluminar un punto complejo (a menudo de escasa visibilidad) como un escalón.
Con una lámpara como Cata de Faro Barcelona, diseñada por Marina Milá (novedad de su catálogo este 2025), conseguimos iluminar un punto complejo (a menudo de escasa visibilidad) como un escalón.CORTESÍA DE FARO BARCELONA

Sin embargo, dentro de las lámparas LED, algunas pueden consumir más dependiendo de la potencia, el tipo de luminaria y su uso, como las lámparas LED RGB, que permiten cambiar el color o las luminarias con control inteligente (por Wi-Fi o Bluetooth). Aunque están diseñadas para ser más eficientes, pueden incrementar ligeramente el consumo si se usan intensamente. “A pesar de todo, los LED siguen siendo mucho más eficientes que las tecnologías tradicionales, ya que convierten la mayor parte de la energía en luz, minimizando la pérdida de calor”, explican.

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Sobre la firma

Victoria Zárate
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 2016. Coordinó la web de Tentaciones y su sección de moda y estilo de vida hasta su cierre en 2018. Ahora colabora en Icon, Icon Design, S Moda y El Viajero. Trabajó en Glamour, Forbes y Tendencias y ha escrito en CN Traveler, AD, Harper's Bazaar, V Magazine (USA) o The New York Times T Magazine Spain.
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