El Nobel de Jacinto Benavente
Hacía poco más de dos décadas que existía el premio. En noviembre de 1922 la Academia sueca decidió concedérselo al segundo español de su historia: el dramaturgo madrileño Jacinto Benavente (1866-1954), que tomaba así el relevo de José Echegaray en ser reconocido con el Nobel por su dominio de las letras. Famoso por su heterodoxia, plasmada en su vida y obra, el autor de Los intereses creados ni siquiera acudió a Estocolmo a recibir el reconocimiento: en aquel entonces se encontraba en Argentina, camino de Chile, viajando con una compañía de teatro. El mundo perdió así la oportunidad de escuchar su discurso y conocer sus íntimas reflexiones sobre la actividad literaria. Él, a su vez, se quedó sin el dinero del galardón. Y no porque no se lo entregaran. El Archivo Histórico Nacional conserva el diploma y el medallón que le otorgaron, así como un cheque por valor de 122.482,56 coronas (al cambio actual, unos 12.000 euros) que, no se sabe por qué, jamás llegó a ser cobrado.
Qué
El Nobel de Jacinto Benavente
Cuándo lo recibió
1922
Dónde está
Archivo Histórico Nacional (Madrid)
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