“Querido Alfonso”, la carta a Guerra 12 días antes de su dimisión
Felipe González escribió a su vicepresidente sugiriéndole que dejara el Gobierno
El 1 de enero de 1991 —por error anotó la fecha del año anterior— Felipe González escribió a su vicepresidente sugiriéndole que dejara el Gobierno. Sin citarlo, trataba de evitar que el caso de corrupción que afectaba a Juan Guerra, hermano del número dos, continuara salpicando al Gabinete. La dimisión se anunció el día 12 y Narcís Serra ocupó el puesto. Francisco Fernández Ordóñez y Carlos Solchaga estuvieron en las quinielas.
Querido Alfonso:
En algunos momentos he sentido la necesidad de que te cuente por escrito lo que pienso. Tal vez sea que de que me cuente a mí mismo por qué en ninguna de estas ocasiones me impulsaba el deseo de darlo a conocer.
Llevo meses con un gran desasosiego. He pensado seria y serenamente en lo que hemos venido haciendo en los últimos 15 o más años y el saldo me parece muy positivo. También he pensado en lo que queda por hacer en esta década que comienza y veo razonablemente esperanzador el futuro de este país nuestro. Hace falta energía y coraje político para hacerlo, y no los encuentro en mí. Estoy extraordinariamente cansado, con un deseo hondo, aunque no acuciante como otras veces, de descansar. Tenemos que pensar en una salida política razonable, en un horizonte corto. No me gustan los síntomas de atonía, de ir tirando, que observo en la marcha general. Tampoco quiero pensar que la responsabilidad es de otros porque no es vedad. Es fundamentalmente mía.
Pero no quiero extenderme en consideraciones excesivamente personales, sino llegar a conclusiones y hacer las cosas que haya que hacer.
“Estoy extraordinariamente cansado, con un deseo hondo, aunque no acuciante como otras veces, de descansar”
Durante los últimos seis meses –tú creerás que durante el doble de tiempo al menos- he estado bastante bloqueado en relación con el cambio del equipo de gobierno. Al margen de la reflexión anterior que afecta al futuro (espero que no muy lejano). Estoy decidido a producir los cambios en este mes de enero. Aunque hace tiempo que tiendo a desdramatizar este ejercicio, me parece (…) no aplazable. El equipo está agotado y más de uno, sea cual sea su posición, empieza a manifestarlo. En el partido ocurre lo mismo. En fin, no creo que necesite explicarte algo que tú vienes planteándome reiteradamente desde hace tiempo.
Aún no tengo claro cuanto debo renovar y si la estructura hay que mantenerla o producir también algunos cambios. A esto dedicaré los próximos días y tendremos ocasión de hablarlo, aunque a la postre el esfuerzo es fundamentalmente solitario.
Antes de resolverlo tenemos que decidir sobre tu continuidad o no en el gabinete. No quiero mezclarlo en un paquete como creo haberte dicho en septiembre. También te dije que no estaba seguro sobre los efectos de tu salida. Siempre me he resistido a continuar sin ti algo que empezamos juntos.
Sin embargo, me parece que políticamente deberíamos hacerlo y (...) imágenes que empiezan a producir efectos negativos.
No estoy seguro de los efectos que pueden tener en el partido que tomemos esta decisión. Durante todo este tiempo me he negado a admitir tu salida, a pesar de las veces que me la han planteado.
Pero es de las personas, escasas para mi, en que la confianza personal se superpone al análisis político e incluso se la posibilidad de intuir lo conveniente para el proyecto por el que trabajamos. Y (...) esta carga personal me ha venido golpeando desde que conversamos en septiembre de una manera extraña y preocupante.
Por primera vez desde que trabajamos juntos me asalta la duda sobre si “quieres” (...) seguir o no en el gobierno. Siempre he estado convencido de que no lo deseabas y, por tanto, que tu continuidad se debía en gran parte a mi insistencia. Ahora que pienso que tal vez es políticamente oportuno, se atraviesa en mi mente esta duda personal. Durante años he sentido como egoísta obligarte primero y retirarte después en la tarea de gobierno. Por primera vez me ocurre lo contrario con el mismo sentimiento. Me gustaría despejar esta duda y saber si tu proyecto personal –como creo del mío- no está precisamente relacionado con el ejercicio del poder.
Esta es la paradoja más extraña de mi experiencia. Si en verdad hubiera estado equivocada –lo que a veces pienso de mí mismo- en cuanto a la actitud en lo personal ante la responsabilidad de poder, me gustaría saberlo. La razón es simple. Si fuese así y por tanto quisiera seguir, sencillamente no me sentiría con derecho a plantearte el tema de tu continuidad. Tendríamos que operar de manera diferente.
En cualquier caso, a lo que no estoy dispuesto es a traicionar mi confianza y mi amistad contigo. Por eso no quiero ni puedo callar mi pensamiento.
Siento haberme desviado en exceso de la consideración exclusivamente política, pero sin duda entenderás que te exprese en estas líneas la posición más difícil de mi experiencia de partido y de Gobierno, no por el hecho en sí, que me parece menos trascendente, sino precisamente por la duda. Aparecida esta, sería desleal no expresártela.
“Siempre he estado convencido de que no lo deseabas y, por tanto, que tu continuidad se debía en gran parte a mi insistencia”
En septiembre te dije que notaba la falta de comunicación contigo. Esto me parecía y me parece más importante que cualquier otra consideración. No he sido capaz de superar la situación y el resultado es penoso. La única vía de confianza de que disponía, para decir lo que en cada momento pienso, la veo cerrada. El aislamiento, por ello, se ha hecho casi total. Difícil soportarlo.
(...) Debería poder hablarte como antaño. Tampoco quiero dramatizarlo porque a pesar de todo “TEMPUS FUGIT IRREPARABILE”. La frontera de los 50 se acerca para mí con sones liberadores.
Creo que me interesa más la amistad que todo lo demás. ¿O tampoco será verdad en este trabajo en que estamos metidos?
Un abrazo
Felipe
Tal vez fue innecesariamente largo y confuso. El primer día del año se presta a ello. En el fondo refleja el problema: no estoy seguro de que me ¿salga? Hablado. Si no el papel sería tan corto como lo fue en otras ocasiones.