El presidente del Gobierno exime de responsabilidad política a Alfonso Guerra en el escándalo de su hermano

Elecciones. Las elecciones del 29 de octubre estaban a mi juicio suficientemente claras, si por claras se entiende la claridad en la manifestación de la voluntad libre y soberana de nuestro pueblo. Estoy preocupado por lo que ha podido suponer de deterioro para el crédito de las instituciones y de las personas algunas de las manifestaciones que se han hecho en torno a ese proceso electoral. En el día de hoy, ya podemos tener la constancia de cómo se reparten las fuerzas parlamentarias en el Congreso de los Diputados a falta de un escaño.La primera conclusión de todo lo que ocurrido es que disponemos de un sistema electoral que tiene tantas garantías como cualquier otro sistema electoral de un país democrático.

Gobierno sólido. En este momento no se puede decir que la ausencia de un representante pueda alterar las relaciones de fuerza, entre las distintas fuerzas políticas, que se establece con 175 diputados para el Partido Socialista. Un Gobierno puede gobernar sólidamente sin ningún problema, más allá del debate de si la mayoría es absoluta o relativa, más allá de ese debate puede gobernar sólidamente con 175 representantes. Por consiguiente resuelto este tema que siempre pende sobre la vida pública española, sobre la estabilidad o no estabilidad, sí les quiero decir que el Gobierno va a gobernar en base a esa relación de fuerzas, que emana de la libre voluntad de los ciudadanos. Va a gobernar durante los próximos cuatro años.

Corrupción. El segundo gran tema que ha pesado sobre la opinión pública durante estos meses ha sido el tema en torno al tráfico de influencias, la información privilegiada, las corruptelas amparadas o no amparadas, las sombras de duda sobre la limpieza o la transparencia en el comportamiento de los responsables públicos en nuestro país.

Y además de afirmar que quiero como presidente del Gobierno que se aclare hasta sus últimas consecuencias cualquier supuesto que preocupe a la opinión pública, sea el que sea. Faltan normas, no sólo escritas, algunas no escritas, pero las no escritas se producen sólo por una evolución cultural y de actitudes que implica muchos factores en una sociedad. Pero respecto de las escritas me manifiesto la voluntad decidida de cubrir cualquier vacío normativo que nos permita generar el máximo de confianza en los ciudadanos respecto del funcionamiento de las instituciones.

Juan Guerra. Desearía que el propio Juan Guerra clarificara, sin tener que esperar a todo el proceso de clarificación que de todas maneras se está produciendo, cuáles son los límites de su actuación, etc. Lo que podría ocurrir, lo saben ustedes muy bien, es que hubiera una parte de lo que se ha dicho que no se correspondiera exactamente con la realidad.

Dimisión de Guerra. Desde el punto de vista político yo creo que si se trata de establecer una relación de causalidad respecto a la honorabilidad personal del vicepresidente del Gobierno, lo rechazo categóricamente y me solidarizo plenamente con el vicepresidente del Gobierno, al que conozco lo suficientemente bien como para saber que es una persona honrada y por consiguiente que nunca estaría implicada, nunca, en un asunto de esa naturaleza, ni en ése ni en otro. Y eso es lo que tuve ocasión de expresar, aunque después no se dice exactamente lo que uno dice, pero tuve ocasión de expresar mi solidaridad en esos términos porque si se cuestiona la honradez personal de quien uno piensa que es honrado, la propia honradez personal de uno mismo estaría en cuestión y esto es lo que quiero que quede perfectamente claro. Después hay un nivel de análisis de la responsabilidad política sin cuestionamiento de la honradez personal. Bueno pues en ese análisis de la responsabilidad mi criterio como presidente del Gobierno, que en definitiva respondo de la composición del Gobierno, incluido su vicepresidente, mi criterio es que no hay causa para que el vicepresidente del Gobierno cese como tal o dimita y por tanto les puedo añadir, tal vez lo único nuevo: yo no he aceptado en el mes de enero que el vicepresidente dimita. Esa es exactamente la trayectoria de los acontecimientos porque no me parece que haya causa para la dimisión del vicepresidente del Gobierno. Se lo pongo en positivo. Yo le he dicho que no dimita, si es que quieren que se lo formule de la otra manera, lo cual lleva implícito obviamente que él ha dicho que presenta su dimisión. Hablo de enero.

Yo considero que el vicepresidente es una persona, desde el punto de vista de la honradez personal, intachable. Se puede equivocar como todos nosotros. Pero si lo que se cuestiona en su honradez personal, que yo la conozco, y eso lo forzara a dimitir, qué razón hay para que yo me sientiera mínimamente seguro en cuanto a mi honradez personal y en cuanto a lo que podría ser forzar a cualquier persona honrada a dimitir porque se cuestiona su propia honradez. Esto es lo que he querido dejar claro.

Discrepancias. Se está discutiendo en el partido el Programa 2000, y esa discusión además seguramente empalmará con el debate del partido para el próximo congreso. Por tanto durará todo el año. Habrá un debate programático y después habrá un debate precongresual, y alguna relación de causa-efecto tendrá uno u otro debate. Las discrepancias en el partido son normales.

Por ejemplo si la política por algún miembro del partido que lleva el Gobierno se califica de conservadora, yo que presido el Gobierno asumo la crítica y me hago responsable de la política del Gobierno. Estamos no sólo dispuestos sino en condiciones de que ese debate se abra, a que se reciba con tranquilidad, a que las críticas también se reciban con calma y que de ahí se pueda deducir que hay o no operaciones políticas implícitas o explícitas, si las hubiere, que yo no las veo, si las hubiere también serían legítimas. Eso es lo que está claro.

Cambios de Gobierno. No se puede establecer la relación causa-efecto entre moción de confianza y cambios de Gobierno. Ésa es mi decisión y siempre me podrán preguntar ustedes no en relación con la cuestión de confianza sino en relación con el desarrollo normal de la actividad de Gobierno si va a haber ver o no va a haber un cambio ministerial, de algún ministro, de uno, de dos, de tres, de cuatro, siempre me lo podrán preguntar.

Apoyo a Solchaga. El presidente del Gobierno apoya sin reservas a todos los miembros de su Gabinete, en este caso al miembro de su Gabinete que ejerce, o que lleva adelante la cartera de Economía. Si no lo apoyara sin reservas no sería miembro del Gabinete. Por tanto es miembro del Gabinete porque creo que hace lo que tiene que hacer y además añadiré, si ese fuera el sentido de la pregunta, que creo que lo hace lo suficientemente bien como para obtener los resultados que creo que España desde el punto de vista de la política económica está obteniendo.

Prensa y poder. No he caído nunca en la trampa de pensar que la Prensa, como la clase política, es toda la misma cosa. Los profesionales de la Prensa serán cada uno de una manera distinta, igual que los medios responderán cada uno a criterios distintos, y a veces hay intereses distintos.

Soy consciente de que la relación del Gobierno con la Prensa atraviesa a veces momentos críticos, tal vez porque nos equivocamos en nuestra manera de expresarnos, tal vez porque con algún sector de la Prensa, de todas maneras, no será posible que la relación sea una relación normal, porque responda a intereses que no pueden funcionar con una relación de normalidad.

Expediente a Damborenea. Yo no soy quien tengo que juzgar cuando se rebasan o no los límites de comportamiento. Para eso hay unos órganos en el partido que harán bien en velar porque no se rebasen los límites de comportamiento. Es lo lógico. Uno acepta entrar en un club, el que sea, una asociación voluntaria, y no puede llegar al club y romper las reglas del juego invocando que es libre para romper las reglas del juego.

Palabras de dimisión. El vicepresidente simplemente me dijo: 'Hay un problema para el Gobierno; mi dimisión está presentada si eso resuelve el problema.

Gobierno acosado. Yo tengo bastante dificultad para sentirme en una situación de acoso. Ya sé que no se interpreta normalmente así. Lo cierto es que hay veces que me parece confusa la situación, pero no es que sea confusa, es que estoy yo confuso.

El mitin de Sevilla. Se ha hecho un mitin del Partido Socialista en Sevilla, mitin de 10º aniversario de la autonomía, y lo menos que se ha dicho es que convocar un mitin es un acto, como mínimo peronista. También se ha dicho que es un acto franquista. Incluso he visto alguna portada que seguro que ha sido portada hace 20 años de alabanza a Franco, para criticar ese mitin, que es para criticar a un poder democrático y legítimo, y a un partido democrático y legítimo. Y lo que me preocupa, honradamente, es intentar evitar a toda costa que esa misma portada, pero de alabanzas a otro caudillo, se produzca dentro de 10 años.

Puedo decir que cuando nos dedican atributos en determinadas portadas uno tiene la tranquilidad de pensar que esas portadas se las dedicarían con gran placer a otros dictadores si los hubiera como los hubo históricamente en España.

Resultado en Murcia. Hubo dos mesas cuestionadas en Murcia. Sólo les quiero decir como valor político, que no jurídico que de esas dos meses se conocía por las fuerzas políticas, también y de manera fehaciente, cuál había sido la decisión de los ciudadanos. No digo que se conocía sólo, digo que se conocía de manera fehaciente.

Financiación de partidos. Estamos dispuestos a clarificar y a darle el máximo rigor a todo el sistema de financiación de las fuerzas políticas sin que se cierre en falso ese debate. Con ese criterio de rigor y de prudencia para que los ciudadanos vayan recuperando confianzas que pueden haber perdido. Conviene no olvidar que también es uso de información privilegiada, que es necesario regular, aquella que se deriva de ocupar un puesto ejecutivo en una gran empresa o un puesto de consejo de administración y con la información que se obtiene hacer pingües operaciones bolsísticas.