El 40% de las especies de ave pierde población
Una de cada ocho especies está en riesgo de extinción, según SEO Birdlife
La vida de la tórtola europea (Streptopelia turtur) es todo un recorrer miles de kilómetros, rumbo a África en otoño y camino del norte en primavera, a la búsqueda del ambiente más adecuado para vivir. Esta especie de ave, de la que en Europa se encuentran millones de ejemplares, en las últimas dos décadas ha perdido población de forma considerable: tan solo en España, un 25%, según un informe de la ONG SEO Birdlife. La tórtola sufre los efectos nocivos que actividades como la agricultura intensiva, la deforestación o el uso de insecticidas generan sobre su hábitat. Como esta, hay miles de especies de pájaro afectadas por las acciones del hombre. Un 40% de las casi 11.000 especies existentes en el mundo ha perdido población desde 1988, según SEO Birdlife. Una de cada ocho está en peligro de extinción, subraya la organización.
La tórtola europea pasa por muchos hábitats con distintas características conectados entre ellos. Por ejemplo, necesita vegetación de ríos y humedales para nidificar y cultivos de cereales o de girasoles para alimentarse, explica Ana Carricondo, responsable de programas de conservación de SEO Birdlife. Pero la presencia de estos elementos se está viendo afectada por la actividad del ser humano en muchas de las áreas en las que vive.
Los bosques de ribera se han reducido. Los cultivos intensivos de un único producto y el uso de sustancias dañinas como algunos insecticidas disminuyen la variedad de recursos que la tórtola necesita para nutrirse. Los efectos del cambio climático sobre los ciclos naturales afectan sus rutas migratorias tradicionales. Por esas razones, aves como esta son un buen ejemplo de cómo "la degradación ambiental del planeta en general acaban repercutiendo en una pérdida de población masiva" de individuos de una especie, afirma Carricondo.
Las prácticas agrícolas "insostenibles" representan el enemigo número uno para las aves, según SEO Birdlife. Un 74% de las especies en peligro de extinción (1.091 de 1.469) sufre los daños derivados de esta actividad humana. Carricondo detalla que en las áreas en vías de desarrollo el fenómeno que más afecta al hábitat de los pájaros es la expansión de las superficies cultivables para hacer frente al crecimiento de la población. En los países europeos o en Norte América, el problema principal es la intensificación de los cultivos y el uso de productos químicos y otros agentes para aumentar la productividad. Estas acciones "llegan a un límite en el que la agricultura ya está totalmente desvinculada de la naturaleza", explica Carricondo.
También la deforestación tiene un impacto devastador para las aves en muchas áreas del planeta. En el mundo una de cada dos especies en peligro de extinción está afectada por esta acción del hombre, sobre todo en zonas tropicales, apunta SEO Birdlife. Las especies invasoras, que pueden desequilibrar el ecosistema de un sitio si introducidas donde no suelen vivir, amenazan a un 39% de las aves en extinción. Otra causa de pérdida de población de los pájaros es la caza, una actividad que empeora las condiciones de vida de un 35% de las especies ya en riesgo de desaparecer.
El cambio climático preocupa
El cambio climático es un fenómeno emergente que provoca muchos problemas en la vida de los pájaros, explica la ONG en su informe. Algunas zonas del planeta están ya gravemente condicionadas por las consecuencias del calentamiento global y algunas especies sufren daños por las modificaciones de los ciclos migratorios o los desequilibrios que se crean entre depredadores, presas y competidores. Un tercio de las especies en situación más vulnerable está afectado por los cambios climáticos y muchas de ellas pierden población por eso.
Solo el 7% de las especies de aves en el mundo ha visto su población crecer en los últimos 30 años. Un 44% se ha mantenido estable, pero casi la mitad ha sufrido un declive de ejemplares. Carricondo explica que las especies más en peligro, como el urogallo o el águila imperial entre las existentes también en España, requieren actuaciones directas, es decir, la protección de las áreas de reproducción y un suministro básico de alimentación. Pero se puede hacer mucho más y no limitar las intervenciones a las situaciones más graves, sostiene Carricondo.
"No hay actividad humana inocua. No podemos evitar eso, pero sí minimizar sus impactos", afirma la responsable de programas de conservación de SEO Birdlife. Fomentar una producción agraria más variada, mantener y cuidar zonas forestales diversificadas y estabilizar los ecosistemas son algunas de las pistas que sugiere. "No es una cuestión de proteger las aves porque sí, sino porque forman parte de un ecosistema que nos da recursos", concluye Carricondo.
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