La lechuza común está desapareciendo en silencio
Esta rapaz nocturna ha sido elegida Ave del Año 2018 de SEO/BirdLife por las amenazas al medio agrario
Hasta hace una década, era fácil ver y oír lechuzas en los campanarios y graneros de los pueblos españoles. Esta elegante rapaz nocturna, protagonista de cuentos y mitos, anida en las oquedades de edificios rurales y caza pequeños roedores. Pero la lechuza común (Tyto alba) cada vez lo es menos. Aunque todavía se considera una especie de menor preocupación en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la realidad es que las poblaciones españolas se han desplomado en los últimos años. Por eso la organización científica y conservacionista SEO/BirdLife ha nombrado a esta especie la estrella de su campaña Ave del Año en 2018. Con esta elección se pone el foco en los problemas de conservación de las especies asociadas al medio agrario.
“Nuestra dama de la noche está desapareciendo en silencio”, dice Asunción Ruiz, la directora ejecutiva de la Sociedad Española de Ornitología, “y en silencio, como cuando vuela, esta especie nos avisa desde hace años sobre la paulatina pérdida de vida en el campo”. En España sus números han caído en un 13% desde 2005, según datos de SEO recolectados anualmente por 450 voluntarios. Sin embargo, en algunas regiones, sobre todo del sur de la península, la pérdida es mucho más drástica al registrarse solo la mitad de individuos que hace diez años.
Así es el Ave del Año
Visión en 3D
Una cara parabólica
Ni un ruido
A diferencia de la mayoría de las aves, los ojos de la lechuza están en posición frontal. Así pueden calcular la profundidad y observar la realidad en tres dimensiones. Para poder ver lateralmente, su cuello les permite girar la cabeza 180 grados a cada lado.
El disco facial de las lechuzas actúa como una especie de antena parabólica, que dirige los sonidos hacia los dos oídos del ave, convenientemente escondidos a ambos lados de la cara. Por así decirlo, la cara de la lechuza es una gran oreja parabólica. Con dos oídos a diferente altura y el disco facial, es capaz de triangular la posición de su presa, incluso en absoluta oscuridad.
Sus plumas tienen una estructura especial que permite que la fricción con el aire sea amortiguada. Así, logran volar en completo silencio y juegan con el efecto sorpresa a la hora de cazar. Son, además, especialistas en volar lento, lo cual les permite localizar mejor a sus presas.
La principal causa de este declive es la transformación radical del medio agrario, que cada vez se basa más en los monocultivos y en el uso abusivo de plaguicidas y rodenticidas. La bióloga Patricia Orejas, que coordina el centro de recuperación de rapaces nocturnas Brinzal, en Madrid, denuncia que estas prácticas han diezmado las poblaciones de lechuza. “No se respetan los linderos ni la vegetación natural. Se cultiva hasta el último centímetro cuadrado. No hay alternancia de hábitats, que es lo que da riqueza a una zona. Y encima se utilizan pesticidas y raticidas. La lechuza pierde presas por todos los lados y las pocas presas que encuentra están envenenadas”, afirma.
A este problema viene ligado el despoblamiento del medio rural, que afecta a todos los pájaros de campo que viven asociados a los humanos, como las lechuzas y los mochuelos. Con este fenómeno, además de acelerarse la degradación del hábitat agrícola, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación como campanarios, granjas y caseríos. SEO pide la colaboración ciudadana para identificar zonas de cría y nidificación —sin molestar a las aves—, y así conocer mejor la distribución de esta especie en España (información en atlas@seo.org).
Aunque la especie solía ser muy abundante, en los catálogos regionales y nacionales está "en la mínima categoría de vulnerabilidad”, explica Orejas a Materia. “En Madrid es de interés especial, pero realmente tendría que estar rozando el en peligro de extinción”, asegura la bióloga. El nuevo año traerá cambios a la legislación que podrían afectar a la biodiversidad del medio rural: se espera que el Congreso de los Diputados apruebe la Ley de Cambio Climático, se está reformando la Política Agrícola Común (PAC) —que daña a las lechuzas al incentivar la agricultura intensiva con ayudas económicas por hectárea cultivada—, y hay prevista una revisión de la Directiva Marco de Agua europea. SEO realiza campañas de presión por el impacto que tienen estos procesos legislativos sobre la configuración de nuestros campos.
Conservar la naturaleza no es un capricho naturalista; es necesario para defender nuestra calidad de vida y la de las futuras generaciones
En las últimas ediciones de la campaña Ave del Año, los pájaros elegidos han sido especies que tradicionalmente se consideran comunes, como el gorrión, la golondrina o, ahora, la lechuza. “Esto pone de manifiesto que los problemas de conservación han cambiado mucho y están cada vez más cerca de nosotros”, dice Ruiz. “Conservar la naturaleza no es un capricho naturalista; es necesario para defender nuestra calidad de vida y la de las futuras generaciones”.
Este año, la elección del Ave del Año se ha realizado por votación popular. SEO presentó tres opciones para que el público pudiese elegir la especie más necesitada de una voz que diese a conocer su mal estado de conservación. La lechuza ganó por goleada al alimoche común y al chorlitejo patinegro, al llevarse casi la mitad de los 3.796 votos. “Es fenomenal que haya salido la lechuza como Ave del Año”, opina Orejas. “Puede poner de manifiesto todos los problemas que tiene la avifauna ligada a los medios agrícolas. La lechuza, como abanderada de esta biodiversidad, es la mejor elección que podrían haber hecho”.
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