Un rebaño de ovejas hace saltar las alarmas de una base militar de EE UU en Rumanía
"Las ovejas no son como las personas. No respetan las reglas", asegura el alcalde de la comunidad donde está la base
Un intruso impensado está haciendo saltar las alarmas de una base aérea estratégica de Estados Unidos en Europa. Al sur de Rumanía, un rebaño de ovejas merodea por los alrededores de una base militar que forma parte de un sistema antimisiles. Sus paseos activan con relativa frecuencia las alarmas de seguridad del país norteamericano. Eso ha desencadenado un conflicto entre las autoridades estatales, los militares y un pastor local. Las ovejas pastan en la zona desde antes de que llegaran los estadounidenses, pero los oficiales han indicado que la presencia de los animales cerca de las instalaciones "socava los requisitos mínimos de seguridad y es incompatible" con el funcionamiento de la base.
"Las ovejas no son como las personas", ha destacado Alexandru Damian, alcalde de Stoenesti, una comunidad rumana de 2.500 habitantes a 40 kilómetros de la frontera con Bulgaria, donde se ubica la base. "Estos animales no respetan las reglas, se adentran en zonas donde los sensores de seguridad están activos, tocan los cercos y activan las alarmas", ha añadido.
Pero esa explicación no conforma a los militares estadounidenses, que en 2016 inauguraron ahí una de las bases que forma parte de un sistema antimisiles en el este de Europa y que sirve para proteger a los países miembro de la OTAN, especialmente de las amenazas que podrían llegar desde Oriente Próximo o Corea del Norte.
En 2014, los oficiales de la base de Deveselu informaron al Ministerio de Defensa de Rumanía que un refugio de ovejas situado a apenas diez metros de distancia estaba socavando "los requisitos mínimos de seguridad" y resultaba "incompatible" con el funcionamiento del sistema. Tras la queja, el Gobierno inició un litigio, que lleva tres años y ha llegado hasta el tribunal de última instancia del país. La corte tenía previsto fallar esta semana sobre uno de los aspectos del caso, pero el auto aún no ha trascendido.
Dumitru Bleja, el dueño de las 250 ovejas que habitan la zona, compró en 2007 una hectárea de tierra junto al área en la que posteriormente se construyó la base, según ha indicado el alcalde de la comunidad. El granjero levantó un refugio para las ovejas en esa misma zona, pero nunca solicitó un permiso para hacerlo. El ministerio le ha demandado por edificar sin autorización y el hombre, a su vez, reclama al Estado 18.000 euros en daños por la demolición de uno de sus corrales.
El alcalde de Stoenesti, Alexandru Damian, considera que la situación es "vergonzosa": "Hemos firmado un contrato con los estadounidenses y debemos respetarlo", ha reclamado. Ni los militares ni el granjero han hecho comentarios al respecto.
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