_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cataluña: Unas pocas certezas

Cuando el nuevo presidente tome posesión seguirá reinando la imprevisibilidad

Josep Ramoneda
La líder de Ciutadans, Inés Arrimadas (d), la secretaria general de ERC, Marta Rovira (i), junto a varios escaños vacios adornados con lazos amarillos en solidaridad con los diputados encarcelados y huidos en Bruselas, durante el pleno de constitución para dar inicio a la XII legislatura.
La líder de Ciutadans, Inés Arrimadas (d), la secretaria general de ERC, Marta Rovira (i), junto a varios escaños vacios adornados con lazos amarillos en solidaridad con los diputados encarcelados y huidos en Bruselas, durante el pleno de constitución para dar inicio a la XII legislatura.EFE

¿Una secuencia de anormalidades puede conducir a la normalidad? Este es el interrogante con que se abre la legislatura catalana. Anormal ha sido el camino que ha llevado a ella: unas elecciones insólitas, convocadas por el Gobierno español, con la Generalitat intervenida después de un amago de declaración de independencia. Anormal ha sido el desenlace: la polarización identitaria ha desdibujado por completo al eje derecha/izquierda. Anormal es que el presidente saliente y candidato a seguir en el cargo esté en situación de prófugo de la justicia, y nueve diputados electos no puedan asistir al pleno. Anormal es también que sobre cualquier decisión de la Mesa del Parlamento pese la amenaza de una suspensión cautelar o de una querella.

Más información
Roger Torrent, elegido presidente del Parlament con el voto del secesionismo
Arrimadas se distancia de PSC y PP y acusa a Torrent de trabajar solo para la independencia

Y, sin embargo, lo que más se oye estos días en el mundo independentista es que hay que recuperar las instituciones, que conviene una fase de sosiego, que sería deseable una legislatura larga que devuelve confianza y permita ampliar espacios y tender puentes, que hay que evitar por todos los medios tener que repetir las elecciones y seguir con las instituciones intervenidas durante seis meses más. A su vez, no se vislumbra en la política española voluntad de contribuir al aterrizaje del independentismo. Más bien predomina la idea de que el mejor argumento, el que le ha puesto freno, ha sido el despliegue de la capacidad coercitiva del Estado. O, por lo menos, eso es lo que cabe deducir cuando el presidente Rajoy dice que su actuación “ha sido irreprochable” y se vanagloria ante los suyos de haber hecho “algo tan excepcional [la aplicación del 155 y la destitución de un Gobierno elegido democráticamente] que es difícil encontrarle un precedente”.

En esta rara situación, ¿cabe alguna certeza? De momento, el Parlamento se ha constituido con Roger Torrent como presidente, un valor en alza de Esquerra Republicana, signo de renovación generacional. A partir de aquí, sabemos que los comunes garantizarán con su voto o abstención que la mayoría pueda dar los pasos necesarios para que no se bloquee la legislatura; y que Puigdemont será sustituido: llevará su órdago hasta el límite, para acabar aceptando un plan b, adornando la jugada con alguna solución imaginativa en el terreno simbólico. Todo ello en medio de un embrollo de recursos, impugnaciones y desencuentros, que no contribuirá a mejorar el clima. ¿Ponerse a trabajar ya o mantener viva la llama de la resistencia mientras el calendario aguante? Esta es la duda que divide al independentismo.

En cualquier caso, cuando un nuevo presidente tome posesión y el artículo 155 decaiga, seguirá reinando la imprevisibilidad porque la agenda judicial acompañará la legislatura como una pesadilla. Costará recuperar la relación política después de los estragos de estos últimos meses. Y es responsabilidad de todos conseguirlo. No solo de los independentistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_