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el médico de mi hij@
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

“¿Doctor, esto es normal?”: Deja de preguntar y disfruta de tu crianza

El miedo a la incertidumbre está muchas veces detrás de esta pregunta que tanto se repite en consulta

Getty

No toleramos la incertidumbre. Algunos la llevamos francamente mal. Y entrar en crianza supone para muchos encontrarnos con una gran cantidad de sucesos, hallazgos, situaciones… a las que nos enfrentamos por primera vez, y que generan grandes y pequeñas incertidumbres.

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Muchas llegan en forma de preguntas genéricas al grupo de autoaprendizaje El Médico de mi hij@, instigado por el doctor Jesús Martínez en Facebook:

“Mi bebé tiene 12 semanas y ha ganado 10 gramos la última, ¿es normal?”

“Mi niña está todo el día con los moquitos colgando, ¿es normal?”

Mi gordi mancha los pañales de color (añádase aquí cualquier código de PANTONE® desde la paleta «expresionismo francés» hasta la de “«Pop-art post-Liechtenstein», ¿es normal?

La respuesta corta en todos los casos es que sí. Lo intento explicar con un chiste de epidemiólogos:

Una gran parte de las variables biológicas, en una representación gráfica, darán una imagen similar a esta; más “picuda” o más “achatada”; a veces con dos o más “jorobas”; el caso, es que todas serán normales. Lo que pasa es que, en la mayoría de los casos, la pregunta busca otro tipo de respuestas.

No es fácil, no. A las incertidumbres, se unen las expectativas. Peor, peor. Si encima algún cuñado, vecino o transeúnte espontáneo saca sus habilidades de auditor de control de calidad, y te compara el progreso del infante en manejar la musculatura del cuello con la de “el «mi niño», que ya con tres meses fue descartado en última ronda para las Olimpíadas del Kínder”, y te remata con un “eso no es normal” ¡Entonces, para qué queremos más!

Es normal que tu niño tenga mocos cuatro meses seguidos, y después otros veinticuatro. Los mocos son una maravillosa barrera natural que protege de agentes extraños el organismo de tu bebé, y que hace que los vaya conociendo poco a poco, para aprender a defenderse por sí solo.

Es normal que tu nena se acatarre, y se resfríe, y que el mal rato le dure unos cuantos días de fiebre y malestar. Los clásicos decían que duraban siete días sin tratamiento, y una semana si tomas medicación. Los que hacen estudios serios del asunto dicen que puede ser normal que duren más. Si consideras la infinidad de virus respiratorios que la nena aún no conoce, es incluso normal que “empalme” un resfriado con una gripe, con otro virus respiratorio…

Es normal toser en algunos de estos casos, y nuevamente, la tos (como la fiebre y los mocos), nos ayudan a proteger y combatir el agente extraño. Es normal que pasemos mal rato viendo y escuchando a nuestras criaturitas; es normal que queramos que pase lo más rápido y con el menor sufrimiento posible. Resulta que los que estudian el asunto, también han calculado que dura más de lo que esperamos. Nuestras expectativas hacen que percibamos más de una semana de tos como “fuera de lo normal”, y resulta que, si lo comparamos con la evidencia, lo único que conseguimos es más desconcierto.

Es normal que ante cada pequeño o gran problema nos pueda a veces la impaciencia, y busquemos soluciones rápidas, a veces con escasa o nula eficacia según demuestran los de los estudios de antes, en remedios mágicos festivos, como collares amuleto, estampitas de devoción local, o gránulos de azúcar a precio de solomillo en Navidad. Es normal, pero procura que no te descentre de lo fundamental, y que no acabes haciendo rico a algún comerciante de dudosa ética a cambio de no solucionarte nada.

Incertidumbres, expectativas, comparaciones, desconciertos. ¡Menudo panorama! Por suerte, hay muchas otras cosas que de normales que son, ni nos damos cuenta de que están presentes:

Es normal contar con una buena cobertura de servicios de salud materno-infantil. Muchos esfuerzos y recursos han sido puestos en juego en las últimas décadas a través de gobiernos y organismos internacionales para que, salvo deshonrosas excepciones, estar embarazada o dar a luz un hijo deje de ser un riesgo en sí mismo, porque lo normal ha pasado a ser tener adecuada atención. Que los programas de vacunación hayan llevado las que conocimos al estudiar la carrera como “enfermedades propias de la infancia”, a ser algo casi fuera de lo normal; incluso, que otras enfermedades transmisibles que ponían en riesgo la vida de pequeños y adultos, vayan siendo poco a poco controladas.

Lo más normal de todo debería ser disfrutar la crianza, aprender equivocándose, disfrutar, vacunar a tus hijos, disfrutar, lavarte las manos con frecuencia, sobre todo si hay virus en el ambiente…

EL MÉDICO DE MI HIJ@

Para ayudar a los padres en la tarea de encontrar información útil, fiable y basada en la evidencia científica, y a la vez, crear una comunidad donde profesionales y familias se enseñen los unos a los otros, nació en 2011 el grupo de Facebook El médico de mi hij@.

En él, profesionales de todos los campos relacionados con la salud infantil, entre ellos su creador, el pediatra y colaborador de este diario Jesús Martínez,atienden a las dudas que nos pueden surgir en el día a día de forma gratuita.

¡Disfrutar!

Son ya unos cuantos años observando, y a veces participando en el grupo El médico de mi hij@, y creo que buena parte de los problemas que en él se plantean, normalmente, están contestados en las ideas que hemos intentado resumir hoy. Es normal que, a pesar de que mensajes como este pretendan desengrasar y desmitificar el maravilloso mundo de la crianza, mantengas o incrementes tus incertidumbres o tus desconciertos. Los comentarios se llenarán de menciones a “lo mucho que ganamos los profesionales de la salud por no hacer nada”, de algún “a mí me funcionan las plegarias a San Crispulo, qué falta de respeto” y puede que incluso llegue quien “menos mal que no hice caso al malvado Dr. XXX porque si no mi hijo no estaría aquí ahora”. Sí, todo eso también entra dentro de lo normal.

Si me lees desde España, lo más normal es que tengas un maravilloso equipo de Atención Primaria a tu disposición, con pediatras, médicos de familia, enfermeras, matronas, que te van a acompañar en tu viaje con gusto, y que quieren lo mismo que tú: disfrutar de tu crianza.

Y si en estos días andan un poco más saturados porque andan doblando consulta, el compañero se puso malo, hay epidemia de gripes, mocos y tos, tú no te inquietes: es normal.

Luis Alberto Ramos Neira es médico especialista en Salud Pública, Calidad y Seguridad de Pacientes.

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