Esterilizar el chupete y otras tontadas que hacemos porque siempre se hicieron así
Muchas costumbres y recomendaciones sobre crianza y educación sanitaria ya no tienen sentido
Sería muy interesante, aunque entiendo que imposible, revisar todo lo que hacemos a diario y confirmar si sigue siendo útil o no, si es divertido o no, si tiene algún sentido para nosotros o si tan solo lo hacemos porque siempre se hizo así.
Es una cuestión que me obsesiona, simplificar la vida y hacer cosas que tengan algún sentido, aunque solo sea lúdico y sin ningún valor añadido, intentar no complicar las cosas y no hacer difícil lo que debería ser fácil. La crianza y la educación sanitaria se llevan la palma en cuestión de cosas que se hacen y que se podrían perfectamente dejar de hacer, pese a lo cual seguiríamos existiendo como especie sin extinguirnos. Vamos a intentar relatar solo algunas de ellas:
Esterilizar chupetes y biberones. Esterilizar todo lo que se cae al suelo, perder los nervios por la higiene extrema con el bebé. "Lávate las manos antes de cogerle" es una frase que queda fatal, está diciendo: eres un guarro y mi bebé es súper, ofende y das una imagen de agonías y escrupuloso. Por otro lado, el esterilizador para lo único que sirve es para solucionar el regalo de los amigos de la oficina, que así tienen algo que comprar sin romperse la cabeza cuando nace el peque y además es un cacharro que no hace más que llenar armarios. Un buen lavado con agua y lavavajillas debe ser más que suficiente si lo es para ti. Esterilizar no aporta nada al bebé, y le evita el contacto con la flora y fauna habitual, no digo nada si el peque ya gatea o se reboza por el suelo, aquí la tontada ya toma categoría de antológica.
Hervir el agua o dar de botella. Si vives en una ciudad donde el agua del grifo es potable para ti, también lo será para tu bebé, si lo que sale por el grifo no te lo tomas, no se lo des. El tratamiento de aguas en las ciudades hace que la canalización sea adecuada para el uso humano, y los peques, aunque bajitos, son humanos. Hervir el agua puede hacer que se concentren sales y solutos habituales haciendo un agua todavía peor de la que teníamos en origen. No todas las aguas de botella son apropiadas por ser diuréticas o por tener exceso de sales. Insisto, a lo fácil, la mejor agua es la que tú bebes y vale tanto para beber como para preparar biberones y comidas o bañarse.
Introducir la yema de huevo en la alimentación del bebé por cuartos. Seguro que lo habéis oído alguna vez: introducir la yema poco a poco, hoy un cuarto, mañana otro y así. Ya me contaréis cómo se consigue eso. ¿Y si nos pasamos, es malo dar cuarto y mitad? ¿Y mitad de cuarto? ¿En qué estudio científico o artículo basado en qué razonamiento se avala esto? A mí me gusta más la medida de las recetas de cocina, una pizca. ¿Cuánto es eso? No sé, da igual, el caso es darle un poco, ver que no pasa nada y si no pasa, pues le das lo que quieras.
Salir corriendo cuando el nene tiene fiebre. ¿Dónde vas? ¿Qué le pasa? Antes de salir corriendo porque el maldito termómetro dice que tiene una temperatura más alta que la de otros días, habrá que saber qué le ocurre, qué síntomas tiene, cómo se encuentra, si necesitamos ayuda o podemos esperar a ver cómo evoluciona. Lo habitual es esperar uno o dos días y observar qué más cosas le pasan. Es lo primero que te va a preguntar el pediatra: además de fiebre, ¿qué más le pasa? ¡Ah no sé, salí corriendo sin mirar!
Pensar que la teta es como un biberón y que debe tomar siempre un tiempo predeterminado y cada cierto tiempo. Ni los peques, ni nosotros comemos siempre lo mismo, unos días comes más y otros no te entra. A ellos les pasa igual, unos días comen lo justo y otros, porque están dando un estirón o porque sí, sin más, quieren estar todo el día a la teta comiendo. Interpretar esto como que ya no tengo leche o que mi leche es mala es una gran tontada.
Podría seguir, pero creo que mejor os lo dejo a vosotras y vosotros. Piensa en una tontada que haces y podrías dejar de hacer, mándanosla en comentarios.
Jesús Martínez es pediatra, autor del libro y del blog El médico de mi hij@.
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