Los secretos de Baikal, el lago más antiguo del mundo
Con un volumen similar al mar Báltico, el lago Baikal es el mayor y el más antiguo del mundo. Constituye también una de las reservas de agua dulce más grandes y puras del planeta. Ubicado en un lugar remoto de Rusia, cerca de Mongolia, su superficie se convierte en invierno en una llanura blanca moteada de espectaculares montículos de hielo de una transparencia insólita.
EL LAGO Baikal es uno de esos lugares que remiten al origen del mundo. Tiene cerca de 25 millones de años, es considerado el lago más viejo del planeta y constituye una de las mayores reservas de agua dulce del mundo. Su volumen es equivalente al del mar Báltico. Un tajo cristalino de más de 600 kilómetros de largo, 79 de ancho y profundidades que alcanzan los 1.600 metros, con forma de media luna y ubicado en el corazón oriental de Rusia, en la zona sur de la región de Siberia. En mitad de ninguna parte. Allí el invierno golpea fuerte y transforma sus aguas cristalinas, que en los meses cálidos permiten ver con claridad hasta 40 metros de profundidad, en montículos de hielo de gran pureza, semejantes a pedazos de vidrio transparente. El fotógrafo de naturaleza francés Philippe Bourseiller, curtido en los noventa retratando el infierno de volcanes activos, ha redirigido ahora su objetivo a la superficie desolada de este lugar frío y remoto, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Bourseiller ha viajado a la llamada “perla de Siberia” en los días más duros del año para retratar un paisaje primigenio. Un reino de hielo donde sus escasos pobladores, muchos de ellos pescadores, circulan sobre autopistas blancas.
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