153 recetas de Arguiñano para divertirse en la cocina
El cocinero publica 'La alegría de cocinar', con platos aptos para neófitos y duchos en los fogones
Karlos Arguiñano (Beasain, Gipuzkoa, 1948) ha perdido la cuenta de los libros de recetas que lleva escritos. Publicó el primero en los años 90, a la vez que la versión castellana del Catecismo de la Iglesia católica, y desde entonces calcula, a ojo de buen cubero, que ya son más de 50 los libros que llevan su sello. Con las Navidades a un paso, el cocinero más mediático vuelve a las librerías con La alegría de cocinar, un compendio de 153 platos y técnicas básicas de cocina "para enseñar a los que no saben y convertir en grandes cocineros a quienes dominan el arte culinario".
La alegría de cocinar está pensado para divertirse en los fogones, preparar platos "con fundamento" y sacar el mejor partido a los productos frescos del mercado. "Son recetas sin trampa ni cartón", ha comentado Arguiñano este miércoles durante la presentación del libro editado por Planeta. Una sopa de pescado, un risotto de setas, una lubina con patatas panadera, un pollo a la cerveza negra y un bizcocho de plátano son algunas de las elaboraciones que propone el cocinero guipuzcoano. "Son platos muy sencillos, que se cocinan en muy poco tiempo y con productos que se encuentran cerca de casa", ha comentado.
La editorial lanzará una tirada inicial de 30.000 ejemplares, aunque sus responsables confían en agotarla pronto. El año pasado publicó Sabores de siempre, del que ya lleva vendidos 85.000 ejemplares. Suma 250.000 en los tres libros anteriores editados por Planeta: En familia, A mi manera y Sabores de siempre. A lo largo de su carrera, Arguiñano ha conseguido vender alrededor de cuatro millones de copias, calcula él.
Para presentar La alegría de cocina, Arguiñano se ha colocado el delantal y cocinado un bacalao ajoarriero \en solo 20 minutos" para demostrar que "se puede hacer un plato 10 de forma sencilla y rápida". El cocinero ha elegido la escuela de cocina Aiala, que él mismo fundó hace 20 años en Zarautz (Gipuzkoa), para estrenar su último trabajo editorial. Es un centro con 64 alumnos matriculados, llegados "de todo el mundo", cuya única finalidad, asegura Arguiñano, es "enseñar" a los futuros cocineros porque "con esta escuela no se gana dinero".
Arguiñano ha afirmado, en una entrevista con Efe, que sigue adelante con su "guerra contra la obesidad infantil", que requiere apostar por una alimentación saludable para los más pequeños y reducir lo más posible los hábitos sedentarios. "Un niño con sobrepeso tiene problemas, no es feliz. Un chaval en la pubertad, con 20 kilos de exceso de peso ni puede jugar, ni se siente bien, ni le miran los chicos y las chicas", lamenta el restaurador guipuzcoano.
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