¡Cuidado! Los tratamientos contra los piojos no son de uso diario
El contagio se produce por contacto directo cabeza-cabeza y excepcionalmente por transporte pasivo a través de objetos infectados

“El uso indiscriminado que se está haciendo de colonias, lociones y champús contra los piojos está haciendo que estos se vuelvan más resistentes y sea muy difícil deshacerse de ellos”, afirma la doctora Ana Álvarez-Viéitez, dermatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario. Una realidad, la de la resistencia de los piojos a tratamientos específicos, de la que los expertos en salud son conocedores desde los años noventa. A lo largo de estas décadas, distintos estudios han confirmado que los champús que se utilizan para erradicar los piojos del pelo poseen una tasa de fracaso de entre el 30-40%; es decir, tras su aplicación el porcentaje de piojos y liendres que se consigue eliminar con el tratamiento es del 60-70%.
Esta resistencia, que va ligada a la facilidad que tiene esta población para mutar, es uno de los inconvenientes con los que se encuentran los investigadores en el desarrollo de nuevos tratamientos que posean un elevado porcentaje de éxito tras su aplicación. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral, afirma que, “efectivamente, en los últimos 20 años los piojos han desarrollado resistencia a casi todos los fármacos de primera línea (aquellos compuestos con permetrinas y piretrinas). Estas son debidas a mutaciones genéticas en el ámbito de los receptores a lo largo de los años, en parte debido a un mal uso o poca constancia de los usuarios de estos tratamientos. De hecho, en los últimos años los expertos han mostrado más de 104 mutaciones genéticas que les permiten crear resistencia a los tratamientos convencionales”.
Los piojos son insectos sin alas incapaces de volar o saltar, pero sus patas les permiten adherirse firmemente al pelo y desplazarse con rapidez. El contagio se produce por contacto directo cabeza – cabeza y excepcionalmente por transporte pasivo a través de objetos infectados. Se adhieren al pelo del nuevo huésped y comienzan a depositar liendres (huevos) e inician una nueva generación de piojos. Además, el primer síntoma de la infestación, que es el picor, puede tardar un tiempo en aparecer, lo que retrasa el diagnóstico y facilita la propagación.
La pediculosis capitis (piojos de la cabeza) en los niños es un problema de salud que ha existido siempre. Cristina Serrano, coordinadora del Grupo de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), apunta que «es una de las enfermedades infecto-contagiosas más prevalentes, sobre todo en niños, y aunque puede existir durante todo el año, hay dos picos en verano y en otoño».
Otro de los inconvenientes que existen para que se realicen adecuadamente los tratamientos es la no asistencia de los padres a las consultas de los dermatólogos cuando sus hijos se han contagiado. Todavía existe cierto sonrojo a reconocer que alguno de los más pequeños de la casa se ha infectado, una circunstancia que complica más la solución del mismo, puesto que como destaca la doctora Álvarez-Viéitez, “solo uno de cada 10 infectados acuda al dermatólogo para tratar la infección”.
La doctora Serrano recalca que a la hora de combatir los piojos es imprescindible tener en cuenta una serie de factores: “primero, el producto debe ser el adecuado, un tratamiento con un agente al que exista resistencia genética es improductivo; segundo, hay que conocer el ciclo de vida del piojo y, en tercer lugar, utilizar la lendrera, ejecutando un perfecto peinado de las liendres”. En relación al uso de la lendrera y los peines de púas estrechas como un elemento a tener en cuenta en la erradicación de la epidemia, el doctor Sánchez Viera afirma que “algunos estudios han constatado que son más eficaces que los champús pediculicidas para acabar con los piojos. De hecho, un estudio reciente publicado en el ‘British Medical Journal’ ha constatado la eficacia de pasarla de forma reiterada cuando el pelo aún está mojado. Es preciso realizar esta operación en cuatro ocasiones, cada tres días. La lendrera empleada en el estudio fue cuatro veces más eficaz que los champús disponibles para eliminar los piojos”.
Cristina Serrano recuerda que siempre que se aplique un tratamiento con pediculicidas es importante seguir unas recomendaciones generales, pues el éxito o fracaso del mismo dependerá en gran medida de su correcto empleo:
- 1. Aunque su tolerancia cosmética es menor, las lociones son más eficaces que los champús, porque se fijan mejor y durante más tiempo al tallo piloso. El cabello no debe lavarse antes de la aplicación de la loción, ya que la grasa facilita la fijación del principio activo. El lavado se realizará transcurrido el tiempo de contacto indicado y puede hacerse con champú normal o bien con champú pediculicida para completar el tratamiento.
- 2. Tras el aclarado con agua, puede realizarse otro final con agua y vinagre (una parte de vinagre y dos de agua). El ácido acético ayuda a deshacer la sustancia cementante que adhiere las liendres al cabello, lo que facilita eliminarlas posteriormente con una liendrera (peine de púas muy juntas).
- 3. Todos los pediculicidas son eficaces en eliminar el piojo adulto, pero varían mucho en su actividad ovicida. En cualquier caso, el tratamiento debe repetirse siempre entre el séptimo y décimo día para eliminar totalmente las liendres, e incluso en caso de infestaciones masivas se recomienda repetirlo diariamente durante 1 semana.
- 4. Los peines, adornos del pelo, etc., pueden sumergirse de 5 a 10 minutos en una loción insecticida. La ropa de cama, toallas y la ropa en general, en caso de pediculosis del cuerpo, debe lavarse en agua caliente, ya que tanto las liendres como los piojos adultos mueren después de 5 minutos a una temperatura superior a 50 ºC. El calor húmedo es aún más efectivo. Los artículos que no puedan calentarse se guardarán en bolsa de plástico, ya que los piojos mueren en 48 horas cuando se separan de su huésped y las liendres mantenidas a temperatura ambiente durante 15 días no se desarrollan.
- 5. En general, los pediculicidas solo deben ser utilizados cuando la infestación haya sido diagnosticada, debiendo realizarse el tratamiento en la persona afectada y los familiares que convivan directamente, así como en los contactos sexuales en caso de pediculosis del pubis.
- 6. En caso de ausencia de respuesta al tratamiento o reinfestación debe insistirse en la exploración tanto del paciente como de los miembros de la familia, por si ha quedado alguna zona o algún sujeto sin tratar. Pero tampoco debe olvidarse que se han descrito resistencias a la mayoría de los insecticidas y que estas van en aumento en los últimos años, por lo que se aconseja realizar tratamiento rotatorio con los distintos pediculicidas disponibles en la actualidad.
- 7. Para evitar la posible aparición de resistencias, no es conveniente realizar tratamientos preventivos de forma indiscriminada y sin justificación clara de posible contagio. La mejor forma de prevenir la infestación es el lavado habitual del cabello con champú normal y la limpieza frecuente de los peines y cepillos, procurando no compartirlos.