Cómo el desvarío de cuatro veinteañeros va a convertirse en la comedia de la temporada
Primero fue una obrita de teatro. Ahora, ‘La llamada’ llega a los cines. Macarena García es una de sus protagonistas
La primera vez que Macarena García (1988, Madrid) posó para ICON ya avisó de que se lanzaba a cantar o a bailar de repente, porque sí, casi como si tuviera un incontrolable tic nervioso. Han pasado casi cuatro años, pero cuando entro en el estudio, descubro que sigue igual. Y además, que es cosa de familia. Su hermano, Javier Ambrossi (1984, Madrid), hace exactamente lo mismo. Y también los otros dos convocados para esta sesión, Javier Calvo (1991, Madrid) y Anna Castillo (1993, Barcelona) se arrancan de golpe con un estribillo.
Todo apunta a un caso claro de efecto contagio. Ambrossi y Calvo (a partir de ahora Los Javis, que es cómo les conoce todo el mundo) son pareja sentimental y profesional. Juntos crearon La llamada, que protagonizaron, antes en el teatro y ahora en la pantalla, Anna Castillo y Macarena García. En su génesis era un musical en miniatura pensado para representarse en el hall de un teatro de Malasaña, el Lara. Se estrenó el 2 de mayo de 2013 y su éxito fue tal que ocho funciones después tomaba el escenario principal. Tres años y nada menos que 300.000 espectadores después, se ha convertido en este largometraje que se estrena el 29 de septiembre.
“Hay gente que ido a ver la obra 30 o 40 veces. Es asombroso. Llega hasta tal punto que la fan por excelencia, una señora que se llama Loli y ha estado en 200 funciones, tiene un pequeño papel en la película”
Sí, no hay un cero de más, trescientos mil espectadores. La llamada ha sido un éxito “de clamor”, que decían los viejos críticos teatrales. Se ha ido de gira por 30 ciudades españolas y tiene una versión mexicana. Se sigue representando actualmente en el Lara, aunque del reparto original solo permanece Richard Collins-Moore, que interpreta a Dios. El Dios todopoderoso de la Biblia, con la salvedad de que aquí viste como un cantante de country de Las Vegas que se manifiesta cantando temas de Whitney Houston.
El argumento es delirante. En un campamento de verano dos adolescentes se quedan un fin de semana castigadas por haberse escapado de fiesta. A una de ellas se le aparece Dios (esa es “la llamada”) y no sabe cómo reaccionar. Da la impresión de que todo nació como un chiste o un reto. Casi se puede imaginar a Los Javis intentando llevar ese supuesto un paso más allá. Pero al oír la palabra “chiste” los cuatro saltan como un resorte para negarlo, hasta que Javier Calvo sale en auxilio de este periodista. “A ver, yo creo que lo que quiere decir es que siempre hacemos las cosas a partir de una idea que nos hace gracia. Algo que puede sonar excéntrico o loco. Luego, a partir de esa idea, en este caso una niña que ve a Dios, nosotros le buscamos el fondo y la profundidad. Pero si no nos hace un poquito de gracia, no seguimos”.
En realidad, La llamada, explica hoy Javier Ambrossi, nació siendo otra cosa. “Era la historia de una chica joven que contrata a un profesor particular. Hablaba de la relación entre una jovencita y un señor mayor que se enseñan cosas mutuamente”. Lo que tuvieron claro desde el principio fue que se trataba una historia hecha a la medida de Macarena García. “Lo que pasa es que al ver el espacio donde lo íbamos a representar, el hall del Lara, con esa escalinata imponente, pensando en el momento en el que ambos se encuentran, nos dimos cuenta de que tenía que ser un musical”, dice su hermano. “También queríamos tratar la religión desde un punto de vista pop y yo siempre quise ambientar algo en un campamento”, completa Javier Calvo.
–¿Y Whitney Houston, Javier?
–Hay una niña en una cama, aparece un señor y es Dios. ¿Qué va a cantar? La canción de amor por excelencia y con arreglos más celestiales de la historia: I will always love you. Y ya puestos, que todo lo demás también fuera suyo.
–Si la obra estaba pensada para ti, Macarena. ¿Tú les has guiado?
–No, para nada. Bueno, hubo un momento en que mi personaje iba a quedarse embarazada, como la Virgen María. Me acuerdo que me lo contaste en casa de los abuelos. Y ahí sí que dije: “Javier, esto me suena muy loco, que tampoco me apunto a cualquier cosa”. Son dos genios, sus cabezas vuelan libremente y luego van bajando.
“Somos el diario de a bordo, lo vamos contando todo según se nos ocurre. Hablamos, hablamos y hablamos y todo el mundo está al corriente de todos los procesos creativos en los que andamos. Muy herméticos no somos”, reconoce Calvo. Anna Castillo es la única que no estaba en el estreno. “Entré más tarde, casi sin ensayar. Pero mi personaje es ya tan parte de mí, que si tuviera que retomarlo dentro de cinco años, creo que no me costaría”.
Hoy, Los Javis tienen otro éxito en marcha, Paquita Salas, comedia entre lo costumbrista y lo negro. Paquita, una representante de actores interpretada por Brays Efe, es la versión amable del David Brent de The office. Un personaje adorablemente patético. La serie pasó de ser un proyecto para Internet a emitirse en televisión. Se empieza a hablar de Los Javis como de una especie de reyes de la comedia y, si la versión cinematográfica de La llamada triunfa (y vista la cinta, lo extraño sería lo contrario), se los van a rifar.
“Ha sido todo muy rápido”, dicen. Hasta La llamada Los Javis eran conocidos como actores (especialmente Calvo, que viene de Física o química) y su única incursión como autores había sido en salas de microteatro. La llamada, afirman, les cambió la vida. “Imagínate, Javi y Belén [Cuesta, otra de las actrices del elenco] ponían copas antes de que se estrenase la obra. La llamada sacó a ambos de la barra”, dice Calvo.
Le tienen tanto cariño que se han tatuado frases de la obra. Los Javis llevan “Lo hacemos y ya vemos” y Anna Castillo, “Step by step”, título de una de las canciones de Whitney Houston. “Los fans se tatúan la frase también”, interviene Ambrossi. Los fans. Créanlo o no, pero alrededor de esta obra se ha creado un culto. “Hay gente que ha ido al teatro 30 o 40 veces. Es asombroso. Hasta tal punto llega, que la fan por excelencia, una señora que se llama Loli, que ha visto más de 200 representaciones, tiene un pequeño papel en la película”, remata.
La adaptación de la obra en película era “un sueño”, dice Calvo. Tras varios intentos, fue el productor Enrique López Lavigne quien tomó la iniciativa. “Recuerdo el día que vino a la representación aplaudiendo puesto en pie”, dice Castillo. “Se compró todo el merchandising y nos dijo: ‘Vamos a hacer una película”.
La conversión no ha sido fácil. “La primera versión duraba dos horas y 40 minutos. Ha habido que dejar fuera muchas cosas. Chistes que ya eran míticos. Pero creemos en esto”, cuenta Javier Calvo. “Todos”, remata Anna Castillo. “Somos casi una familia. El otro día me preguntaban: ‘¿Por qué vais juntos a todos los estrenos?’. Flipé. ¿Con quién voy a ir si no es con mis amigos? ¿Os imagináis que fuéramos juntos por obligación contractual, como los Parchís”.
“A mí me gusta cómo ha quedado la película y el límite es el cielo”, interviene Macarena García. “Hay un punto en que con La llamada ya no hay sueño pequeño”. Ya solo quedaría la versión de Hollywood, ¿no? “Me encantaría”, bromea Calvo. “Para el remake quiero a Selena Gomez y Miley Cyrus”.
Maquillaje y peluquería: Kley Kafe para Yves Saint Laurent Beauté. Asistente de estilismo: Josefina Rosenbaum.
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