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La mayoría de los europeos minimiza el papel humano en el cambio climático

El 51% cree que la actividad humana no es la principal responsable de las alteraciones del clima

Javier Salas
Los europeos se sienten bien informados sobre los problemas de los océanos.
Los europeos se sienten bien informados sobre los problemas de los océanos.Reuters

A pesar de Donald Trump, parece haberse alcanzado un cierto consenso global sobre la necesidad de combatir el cambio climático. Sin embargo, el reparto de responsabilidades por esa alteración todavía confunde a la población. Una encuesta realizada entre 10.000 europeos, publicada hoy, muestra que la mayoría de estos ciudadanos minimiza el papel de los humanos en el origen del cambio climático. Únicamente el 46% cree que la mano humana es la principal responsable de este cambio global, que es la explicación que nos da la ciencia. Frente a esta explicación científica, un 51% opina que o bien el cambio se debe esencialmente a una evolución natural (8%) o es una mezcla de los dos factores anteriores (42%) o directamente que el cambio no existe (un residual 1%). Un 2% no sabe qué contestar.

España destaca como el país que mejor conoce este problema: el 60% de los españoles sabe que el cambio climático tiene un origen humano

El estudio, publicado en Frontiers in Marine Science, muestra que únicamente el 18% de los europeos cree que el cambio global es el mayor problema que afronta el mundo. Pero quizá lo más interesante de sus conclusiones sean las diferencias que se dan entre países y entre grupos demográficos. Por ejemplo, España destaca como el país que mejor conoce este problema: el 60% de los españoles sabe que el cambio climático tiene un origen humano, el dato más alto de los diez países encuestados y que contrasta, en el otro extremo, con el 26% de los estonios.

"Los ciudadanos españoles destacan por su convencimiento de que el cambio climático se debe a la acción humana, y sus convicciones de estar adecuadamente informados sobre el cambio climático, su nivel de preocupación y concienciación sobre este tema, y su voluntad y su respaldo a actuaciones para atajar las causas del cambio climático", explica el oceanógrafo Carlos Duarte, que está entre los firmantes del estudio. "Los españoles también destacan entre los ciudadanos que confían más en los científicos y entre los que menos confianza tienen en opiniones sobre el cambio climático de amigos o familiares, como el primo de Rajoy", bromea el científico.

"Sin embargo", aclara Duarte, "al profundizar y hacer preguntas sobre hechos objetivos, como el aumento de la temperatura o del nivel del mar, se constata que su nivel de información es aún precario y que tienden a magnificar los cambios ya constatados, confundiendo previsiones futuras de modelos con hechos ya acaecidos". Este aspecto es lo que más le preocupa a Duarte, director del Centro de Investigación del mar Rojo, perteneciente a la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá. La encuesta, que se centra esencialmente en los problemas que afrontan los océanos por culpa del cambio climático, indica que muchos ciudadanos dan por hecho que ya se han producido algunas de las situaciones más temibles: tienden a exagerar los cambios e impactos que el océano ya ha experimentado, confundiendo estos con los que se prevé que puedan ocurrir, al ritmo actual de emisiones, a finales de este siglo.  

"Los españoles también destacan entre los ciudadanos que menos confianza tienen en opiniones sobre el cambio climático de amigos o familiares, como el primo de Rajoy", bromea Duarte

"Esto apunta a un grave error de comunicación de los científicos, que al insistir en los cambios que podrían ocurrir hacia fin de siglo, hemos confundido al público. Creen que esos cambios han ocurrido ya: 2º C de calentamiento, un Ártico sin hielo en verano, y un océano cuyo nivel ha aumentado en más de 50 centímetros", explica el oceanógrafo. Y añade: "Esto lleva a la desesperanza y la inacción, pues si ellos piensan que esos cambios ya han tenido lugar, ¿cuál será su incentivo para evitar que estas cosas ocurran?".

En general, los ciudadanos europeos se muestran preocupados, se sienten relativamente bien informados (Alemania, Italia y España a la cabeza) y confían en la información sobre los impactos del cambio climático que les llega desde los científicos. Sin embargo, su información parece centrarse en la pérdida de hielo, la contaminación de los mares y la sobrepesca, mientras que otro problema esencial, como es la de la acidificación del océano, está fuera de su conocimiento ("es un problema que, en general, no entienden", lamenta Duarte).

Como es natural, son los ciudadanos que viven en la costa o vinculados al mar los que más preocupados se muestran sobre el efecto del cambio sobre los océanos. "Las mujeres están mejor informadas y más preocupadas", asegura Duarte, y sin embargo el porcentaje de hombres que aseguran sentirse bien informados de todos estos problemas es mayor que el de las mujeres. Los jóvenes se sienten menos preocupados que los más mayores, pero priorizan tomar acciones contra las causas del cambio, como reducir las emisiones de CO2, como también sucede en países como España e Italia. Los mayores, en cambio, priorizan actuaciones para adaptarse al cambio climático y mitigar sus consecuencias, como levantar defensas costeras.

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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