Distopía es un nombre de mujer
TRAS LA MUERTE del presidente, el país cayó en los abismos del pasado. La democracia cambió sus maneras por las de una teocracia y, con ella, Dios se convirtió en la medida de todas las cosas. El estatus de la mujer pronto se despeñó hasta quedar reducida su relevancia al aparato reproductor. Para cronificar el entorno totalitario, incluso los colores de las vestimentas adquirieron un nuevo sentido. Afortunadamente, esta distopía no surgió de los periódicos, sino de la pluma de la canadiense Margaret Atwood. El cuento de la criada, publicado en 1985, se presenta ahora como serie, que el canal Hulu promocionó en el festival South by Southwest de Texas, EE UU, con esta congregación de jóvenes silenciosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.