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La confesión de Messi que rompe con un antiguo tabú masculino

"¿Tú también lo haces sentado? Como yo", le dice el jugador a su compañero Luis Suárez. Urólogos y antropólogos debaten sobre la postura del hombre durante la micción

Lo que podría haber sido un comentario jocoso entre dos compañeros de equipo, ha acabado dando la vuelta al mundo e incluso llenando minutos en informativos, por el carácter inaudito que algunos confieren a estas declaraciones. “Yo también meo sentado, porque te levantas por la mañana todo dormido y es más cómodo”, ha confesado el futbolista del Barça Leo Messi en una entrevista a dúo con Luis Suárez [que también asegura hacerlo] en el programa de televisión uruguayo Por la camiseta, en Canal 10. Aunque se sabe que los hombres pueden elegir entre orinar erguidos o sentados, que uno de ellos diga que prefiere hacerlo sobre la taza del inodoro sigue siendo un tabú en países como el nuestro, mientras que en Alemania o en Suecia instituciones públicas y partidos políticos abogan cada vez más por que los hombres descarguen su caudal del mismo modo que las mujeres, en pos de la igualdad también en los urinarios. Más allá de ser un debate de higiene pública (salpicar o no salpicar), ¿hay otros argumentos relevantes para el debate?

Lo que hacen Messi y Suárez recibe un nombre específico en alemán. El hombre que opta por sentarse para miccionar es, para los germanos, un Sitzpinkler, frente al que lo hace de pie, el Stehpinkler. Ambas etiquetas para esas posiciones corporales llevan años de discusión en la esfera pública, lo que ha despertado dos movimientos sociales opuestos en este país: el que defiende la postura sentada para los hombres y el que antepone el derecho a hacerlo de pie en nombre de la masculinidad. Porque, en algunos círculos, ese no deja de ser el quid de la cuestión. "Mi chico lo hace sentado, porque dice que así es más higiénico. Yo, de pie: en mi familia siempre se han reído de la postura sentada en hombres", aclara uno de los varones consultados sobre este comportamiento íntimo.

La corriente que, en defensa de desterrar convencionalismos sexuales, reclama a los hombres orinar sentados se enmarca, según Fernando Villaamil, profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid, en un aspecto fundamentalmente político.“Se trata de representar visiblemente los privilegios de la masculinidad. Está muy bien que cada vez más hombres opten por ver ridículo hacerlo de pie como una cuestión de hombría. El cambio ya está en marcha, pero no hay necesidad de convertirlo en una obligación ni en una cuestión de salud”, recalca este antropólogo.

“Orinar de pie, para el hombre, no ha de ser signo de masculinidad, sino de rapidez y comodidad" (José María Gil-Vernet, urólogo y divulgador)

El manejo de las secreciones corporales, en toda cultura, ha estado siempre rodeado de normas y rituales, observa Villaamil, por lo que las posturas a la hora de orinar responden, sobre todo, a una cuestión cultural. “Según la antropóloga Mary Douglas, el cuerpo representa un microcosmos de la sociedad, y por eso es tan importante vigilar lo que entra y sale de él. En nuestra cultura el acto de orinar se ve como una cuestión higiénica y de género. Para los navajos [indígenas estadounidenses] era también una cuestión de edad: sin retretes disponibles, los hombres y las mujeres jóvenes orinaban distinto de los mayores (además, los hombres en cuclillas y las mujeres de pie). Para los judíos de la edad antigua, había que orinar de pie y de espaldas al templo, para evitar exponer las partes pudendas a lo sagrado. Para los zoroastrianos, cuyo dios se representaba por el sol, la postura adecuada era en cuclillas, para no exponer materia impura”, describe este experto.

“En España, orinar de pie es casi una 'marca de macho', sobre todo entre los hombres de mayor edad. Un ejemplo histórico del siglo XIX es el marido de Isabel II de España, Francisco de Asís de Borbón, que era homosexual. Le llamaban ‘Paquito Natillas’ y le recitaban esta copla: "Paquito Natillas / Es de pasta de flora / Y mea en cuclillas / Como las señoras”, recuerda la historiadora y relaciones públicas Antonia de Oñate, directora ejecutiva de la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC).

Como advierte el urólogo y andrólogo Juan Pablo Burgués, del Hospital Quirónsalud Palmaplanas (Palma), el uso de los calificativos “masculina” o “femenina” para distinguir las posturas de pie o sentado debe desecharse. “Obligar a los hombres a orinar sentados es excesivo. La postura natural para miccionar no responde a necesidades higiénicas o médicas, sino a motivos anatómicos. La mujer no podría orinar de pie porque se mojaría, sin embargo, los hombres tenemos la opción de dirigir el acto a una cierta distancia sin mojarnos y sin necesidad de sentarnos. Hacerlo de pie puede ser menos higiénico al salpicar pequeñas gotas, pero para eso está la doble tapa del inodoro. Hay que educar bien a los niños desde pequeños para levantar siempre las dos tapas, y limpiar cualquier salpicadura que pudiera quedar. La orina no genera un problema de salud importante, pero si no se limpia, es materia orgánica en la que pueden crecer bacterias, además de deteriorar los materiales y generar malos olores”, señala Burgués.

Para los problemas de próstata o la erección matutina

Concepciones culturales aparte, confesiones públicas como las de los jugadores del Barça suscitan en más de uno la duda de si existen posturas más saludables, o incluso, si una determinada posición puede suponer algún perjuicio para la salud. “Orinar de pie, para el hombre, no ha de ser signo de masculinidad, sino de rapidez y comodidad. Pero no se puede hablar de postura correcta: cada uno elige la que le resulta más confortable. La posición no influye sobre la salud sexual, pero los últimos estudios que han evaluado el caudal miccional en ambas posiciones demuestran que, aunque en varones sin patología prostática no hay diferencias, en pacientes con problemas de hiperplasia benigna de próstata, orinar sentados mejora ligeramente el caudal y vacía mejor la vejiga”, explica el reconocido urólogo y divulgador José María Gil-Vernet.

Aunque, fuera de este matiz, no existe más evidencia científica de que una postura sea más saludable que la otra, el urólogo y andrólogo Burgués añade que algunos hombres se sienten más cómodos y relajan mejor su esfínter al sentarse nada más levantarse por la mañana. “Es cuando uno ha aguantado más horas la orina en la vejiga, y puede resultar más difícil vaciar, sobre todo a partir de una edad en la que la próstata ha aumentado de tamaño. Otra circunstancia es levantarse con una erección matutina y con ganas de orinar, muy habitual en los jóvenes, y en esas situaciones es muy difícil hacerlo de pie, lo que puede obligar a sentarse e inclinarse hacia delante”, anota Burgués.

La colocación es, a fin de cuentas, indiferente, como resume este urólogo. “Si se tienen síntomas de próstata o infecciones de orina, se recomienda vaciar con frecuencia y entretenerse un poco asegurándose de haberlo hecho bien, pero no existe ninguna recomendación específica sobre la postura. Seguramente, la gente que haga como Messi o Suárez orine de pie el resto de las veces durante el día. La velocidad a la que sale el líquido es la misma en ambas posiciones, aunque es cierto que personas con el síndrome de la vejiga tímida encuentran difícil calmarse para el acto en un baño público, por un mecanismo psicológico. A ellos les resultará más cómodo encerrarse, de pie o sentados. Pero no es algo frecuente”, zanja Burgués.

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