“La reforma rural era necesaria con o sin acuerdos”
El presidente Santos sostiene que también habrá que contar con la inversión del sector privado
"Son inversiones que tendríamos que hacer de todas formas: con o sin acuerdo. Con o sin FARC". El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha querido subrayar este jueves la importancia de la reforma rural integral para la implementación de los recientemente aprobados acuerdos de paz, y más allá. "Hablamos de llevar infraestructura adonde haga falta, sobre todo donde la presencia del Estado ha sido poca o nula", ha explicado.
"Acabamos con el conflicto, pero tenemos que seguir luchando para que nunca más se repita aboliendo las causas", ha aseverado Santos en Roma (Italia), en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta agencia acompañará a Colombia en el diseño de esa transformación del campo colombiano. El objetivo final es crear nuevas oportunidades en forma de servicios públicos, inversiones y programas productivos a las zonas rurales, las más afectadas por un enfrentamiento que ha durado medio siglo. "En el posconflicto, la paz es especialmente vulnerable y hay que cultivarla", ha señalado el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
Graziano ha enfatizado la necesidad de incluir a la economía rural campesina, de que haya participación y diálogo permanente con la sociedad civil —"especialmente la comunidad indígena, los afrodescendientes y los campesinos olvidados por tanto tiempo"— y de que no se deje de lado el derecho humano a la alimentación. "La seguridad alimentaria es una condición necesaria para la paz".
Esta reforma rural, que ocupa el primer punto de los acuerdos, contiene medidas como un banco de tierras "para aquellos campesinos que no tienen un suelo que trabajar", en palabras de Santos. Se quiere restituir terrenos a quienes los perdieron, y dárselos a quienes puedan trabajarlos, favoreciendo el crecimiento de lo rural y mitigando el éxodo a las ciudades. El presidente colombiano ha defendido que la meta en ese "complejísimo" proceso es que los suelos que se devuelvan sean realmente productivos.
Hablamos de llevar infraestructuras, sobre todo allá donde la presencia del Estado ha sido poca o nula Juan Manuel Santos
En este sentido, ha argumentado que será necesario buscar alianzas entre asociaciones de agricultores familiares y grandes empresarios en busca de inversiones que reactiven todo el potencial de estos suelos. "Entregarle a un campesino una tierra que requiere una gran inversión para ponerla a producir es la garantía de fracaso", ha aseverado. En principio, los terrenos de este fondo se obtendrán con aquellas que se recuperen de quienes las obtuvieron de forma ilícita, con baldíos propiedad del Estado y otras tierras inexplotadas o donadas.
La participación de la agencia dedicada a la alimentación y la agricultura, junto a otras como el PNUD, el FIDA o la organización Vía Campesina también será especialmente relevante, según Santos, en la llamada Estrategia de Respuesta Rápida. "Queremos que la gente vea que efectivamente la paz trae cambios y beneficios", ha dicho el mandatario. Por eso, ha señalado, se están acortando los tiempos para aprobar las leyes. Para que la población rural vea cambios tangibles, ya sean en forma de carreteras, de créditos agrícolas, o de medidas contra la desnutrición, que afecta especialmente a estas áreas. Y así alimentar la confianza. "Es algo que tenemos que hacer todos los días, a todas horas y en todos los frentes", ha afirmado.
Santos, que recibió recientemente en Oslo (Noruega) el Premio Nobel de la Paz, ha agradecido también el apoyo financiero de otro compañero de galardón, la Unión Europea, para la puesta en marcha de todas estas medidas. También ha aceptado la invitación de la FAO para unirse a la alianza de premiados por la seguridad alimentaria y la paz.
El mandatario ha sentenciado que además de hacer "lo que es apenas lógico y de sentido común" —atender al campo colombiano, una labor cuyos enormes retos ha enumerado—, ahora aspira a aprovechar todo su potencial (de las 26 millones de hectáreas aptas para agricultura y reforestación, en Colombia solo se usan hoy cerca de siete millones). Y así, entre encendidos aplausos de los asistentes, se ha marcado la ambiciosa meta de hacer de su país "la despensa alimentaria que el mundo necesita para combatir la desnutrición y el hambre más allá de nuestras fronteras".
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