Sus arrugas no son lo que le hace parecer mayor
Uno de los cirujanos plásticos más reputados del mundo nos saca de nuestro error: para estar más joven no hay que rellenar arrugas, sino parecer feliz
“Cuando una persona entra en mi consulta le pregunto: ‘¿qué quiere?’ Bueno… tengo estas arrugas aquí que me hacen mayor –me dicen– , y algo de flacidez en la cara que quisiera eliminar, y el código de barras está muy marcado… Yo escucho y pienso que hace no demasiado tiempo esta (o este) paciente se habría ido a su casa con la cara planchada y bastantes euros menos en la cuenta corriente. Ahora se va feliz a casa, con menos dinero también, pero feliz”. Habla Mauricio de Maio, cirujano plástico por la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Brasil), miembro de las sociedades brasileña y americana de cirugía plástica y autor de prestigiosos libros como Tratado de Medicina Estética (Roca).
¿Por qué se van felices a casa sus pacientes? No es por una rebaja en el precio de los tratamientos…“Se van así porque ahora no se rejuvenece a los pacientes, se les alegra”. De Maio lleva meses explicándoles a médicos de todo el mundo la forma de que, sin hacer caso a las peticiones de quienes acuden a la consulta, queden plenamente satisfechos. “Primero hay que mejorar los atributos negativos que nos hacen parecer tristes, cansados o enfadados: ojeras, mirada hundida, rictus caído, ceño marcado… Y después potenciar los positivos. Rejuvenecer no pasa necesariamente por rellenar arrugas. De hecho, cuando una persona sonríe está más atractiva, más joven, y está marcando arrugas”. El experto hace hincapié en la conexión que existe entre todas las partes de la cara y cómo mejorando una de ellas pueden cambiar sorprendentemente otras.
“Rejuvenecer no pasa necesariamente por rellenar las arrugas. De hecho, cuando una persona sonríe está más atractiva, más jóven. Y está marcando arrugas…” (Mauricio de Maio, cirujano plástico)
Las arrugas que no se ven
El cirujano describe este nuevo proceder como medicina estética emocional, algo que las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto, de la Clínica Mira+Cueto, secundan: “El paso del tiempo produce cambios en la expresión facial que en muchas ocasiones deja de corresponderse con lo que realmente sentimos y acaba repercutiendo en nuestro estado de ánimo. Creemos que corrigiendo esa expresión exterior y recuperando de forma natural la correlación entre el reflejo en el espejo y el sentir interior de la persona, se mejora la autoaceptación y el bienestar psicológico”. Para avalar sus afirmaciones mencionan el estudio clínico llevado a cabo por Michelle Magid, profesora de Psiquiatría de la Universidad de Austin, Texas (EE UU), cuyos resultados confirmaban que el tratamiento con toxina botulínica (bótox) contribuye a mejorar los síntomas de la depresión. “La investigación demostró, mediante mediciones con resonancia magnética, que al estar la musculatura del entrecejo conectada con la amígdala, una zona del sistema nervioso central directamente relacionada con emociones como el miedo o la ansiedad, si disminuye la movilidad de dicho músculo también lo hacen esas emociones”.
Estética: ¿a partir de qué edad?
"Cuanto más tarde venga el paciente más habrá que reparar y más caro saldrá el tratamiento", explica De Maio. Para saber sus conclusiones acerca de los beneficios del bótox dependiendo de la edad, descargue gratis nuestra aplicación.
Según De Maio, la mejor herramienta para devolver la alegría es el ácido hialurónico de diferentes pesos moleculares (más o menos denso para rellenar o simplemente hidratar) en zonas estratégicas del rostro: “No hay zonas universales, cada paciente muestra unos rasgos y con un adecuado conocimiento de la anatomía facial y de los hábitos y la fisionomía del paciente en particular, se marcan unas pautas”. Y para tratar ceños fruncidos que dan como resultado un gesto malencarado, el cirujano apuesta por la toxina botulínica.
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