El ‘boom’ de los frutos rojos ‘made in Spain’
Huelva cambia sus cultivos de fresa por arándanos, frambuesas y moras ante el alza del consumo de estas bayas en el extranjero
De cada 10 moras que se come un británico, cuatro son españolas. El boom de las bayas saludables ha llegado antes al extranjero que a España, donde apenas se consume el 5% de la producción de moras, frambuesas y arándanos: las berries. La atracción por los frutos rojos fuera de España, sin embargo, no deja de crecer. Huelva, epicentro del mercado nacional con una producción del 95%, ha visto cómo sus cultivos y las exportaciones se han disparado en los últimos años.
“La demanda de estos frutos ha subido y las exportaciones de la fresa están bajando por la fuerte competencia de terceros países”, explica Rafael Domínguez, gerente de Freshuelva, una asociación que representa a la mayoría de empresas del sector. Y aunque el producto estrella sigue siendo la fresa, tanto las exportaciones como las hectáreas del principal fruto carmín están mermando en beneficio del resto.
El arándano es el fruto que más ha crecido en los últimos cuatro años, con un aumento del 138% en la exportación. Le siguen las frambuesas, con un 129% y las moras, con un 35%, según la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX). Su principal destino: Reino Unido, que recibe el 40% de las bayas españolas.
En total, hay más frutos rojos que nunca en los campos españoles. Las tierras dedicadas al cultivo de la mora han crecido un 160%, las del arándano un 151% y las de la frambuesa un 51%. Y en solo cuatro años. Mientras, la fresa ha perdido un 8,43% de superficie de cultivo desde 2012.
“España no tiene cultura de frutos rojos", observa el gerente de FresHuelva. “Por eso hemos decidido hacer cómics para niños y congresos para adultos”. Desde el sector están convencidos de que la razón principal por la que estos productos no están en las neveras españolas reside en la escasa información de sus propiedades: previenen enfermedades cardiovasculares, demencia o incluso diabetes, por citar algunos ejemplos.
“Lo fácil habría sido dedicarse a la fresa porque había más información”, cuenta Daniel Velo, propietario y administrador de la empresa familiar El Bosque, dedicada a la mora desde 1995. ”Era un cultivo desconocido que había que explotar. Ha sido un proceso lento pero cada vez producimos más y creamos más empleo”, apunta.
“Se me acabó el trabajo en la hostelería y vine al campo”, cuenta Mario Sánchez, de 57 años. “Aquí trabajan mi pareja y mis hijas. Es duro, pero se vive”, dice este manijero de un campo de moras situado en Rociana del Condado. “Al principio las jornadas eran más cortas, ahora cada vez son más largas, pero me gusta el campo”, cuenta en un breve descanso de la faena. Como él, al menos 112.000 personas se han dedicado a la recogida agrícola en Huelva en los cinco primeros meses de este año, según informó el subdelegado del Gobierno en la provincia, Enrique Pérez Viguera. La mayoría de ellos son temporales y son trabajadores locales. “Ya casi no hay inmigrantes. Y los que vinieron ya son residentes, como las rumanas. Yo tuve la suerte de empezar hace mucho y trabajo todo el año. Aquí estaré hasta que pueda, de lunes a sábado, aunque sea verano”.
Incertidumbre por el 'Brexit'
Solo en 2015, España exportó 33.500 toneladas de fresas a Reino Unido- esto es, un 10% de las exportaciones- y 16.000 toneladas del resto de frutos rojos -lo que supone un 40% de los envíos-.
Siendo Reino Unido uno de los principales destinatarios, las consecuencias inmediatas del Brexit no se han hecho esperar. El precio de la fruta ha caído casi un 10% por la depreciación de la libra, que ha bajado un 7,48% por el sorprendente resultado del referéndum. Con este desplome, los agricultores están experimentando pérdidas en las producciones en los últimos frutos de la temporada: la mora y la frambuesa. El precio medio de una tarrina de 125 gramos no ha variado en el supermercado tras la votación: 1,16 euros aproximadamente, según los empresarios. Si el precio se mantiene estable y el valor de la libra cae, las ganancias para estos son mucho menores.
La gran incógnita es qué tipo de acuerdo comercial va a tener Reino Unido con la Unión Europea. Para Domínguez, las políticas de exportaciones ya son bastantes exigentes: “Podrían aumentarse las inspecciones, lo que dificultaría la entrada de productos”, comenta. “Entendemos que Reino Unido podría activar campañas y aprobar normativas para la comercialización de sus alimentos en detrimento de los de terceros países como nosotros”, añade.
Mientras, a la espera de los datos de recolección de los últimos frutos, el sector rojo ya estudia posibles consecuencias y alternativas, como apunta el gerente de la mayoría de empresas onubenses del sector. “Y si no, habrá que buscar nuevos horizontes. Esto no se lo esperaba nadie”.
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