Claves de la mesa de diálogos con la Segunda Marquetalia en el Gobierno de Gustavo Petro
Iván Márquez se aparta del proceso de paz, mientras otros disidentes de las extintas FARC que retomaron las armas siguen negociando
La Segunda Marquetalia, la diezmada disidencia de la extinta guerrilla de las FARC encabezada por Iván Márquez, se ha desintegrado de cara a las negociaciones con el Gobierno de Gustavo Petro. Dos de sus estructuras, los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, hicieron pública su decisión de independizarse. “Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y, en adelante, no utilizaremos más esa sigla”, aseguran en una carta del 21 de noviembre en la que manifiestan su intención de seguir negociando con el Gobierno. Iván Márquez, en paradero desconocido, desautorizó la mesa de diálogos en otra carta –sin autenticidad verificada– que acabó por provocar la escisión del grupo armado.
El jefe negociador de la Segunda Marquetalia, o al menos de las estructuras que siguen en la mesa, conocido como Walter Mendoza, ha reconocido la división interna precipitada por el propio Iván Márquez. “Colombia puede estar tranquila de que el proceso de paz sigue con los compañeros de Comandos de la Frontera, la Coordinadora Guerrillera y todos los que se quieran unir. Nos tocará replantear la mesa, replantear la agenda, pero eso es cuestión de tiempo”.
El de la Segunda Marquetalia es el tercer gran proceso de negociación nacional con grupos armados en el marco de la política de paz total, que se suma a las conversaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las también divididas disidencias que se agrupaban en el autodenominado Estado Mayor Central (EMC).
Luego de varios meses de acercamientos, Iván Márquez y el alto comisionado de Paz, Otty Patiño, tras sostener un encuentro en Caracas, anunciaron la instalación de la Mesa de Diálogos de Paz en la capital de Venezuela el 24 de junio de 2024. Sin embargo, en los meses siguientes Armando Novoa, el jefe negociador del Gobierno con la Segunda Marquetalia, ha dicho que no tiene comunicación directa con Márquez desde entonces ni ha recibido pruebas de su supervivencia.
En el acuerdo firmado para dar un inicio formal a los diálogos, el Gobierno “registra como positivas” las manifestaciones de la Segunda Marquetalia en las que, entre otras, ha rechazado las retenciones con fines económicos (como se refiere al crimen del secuestro), se propone priorizar el diálogo con empresarios, ganaderos y comerciantes, así como proteger el medio ambiente. En correspondencia, asegura el documento, el Gobierno “adoptará medidas para fortalecer el desescalamiento del conflicto” en las zonas en las que hace presencia la Segunda Marquetalia - Ejército Bolivariano, como se hacía llamar.
¿Cuál es la agenda de negociación?
Según el acuerdo para el inicio formal de los diálogos firmado en Caracas, la agenda tendría los siguientes puntos básicos:
1. Desescalamiento del conflicto y alistamiento de los Territorios de paz.
2. Construcción de Territorios de paz.
3. Víctimas como sujeto social transformador.
4. Condiciones para la convivencia pacífica
5. Implementación y verificación.
¿Quiénes son los negociadores?
El jefe de la delegación del Gobierno es el jurista Armando Novoa García, quien asesoró a la Alianza Democrática M-19 en la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la carta política de 1991. Lo acompañan el excongresista Parmenio Cuéllar, que también ha sido ministro de Justicia y gobernador del departamento de Nariño; el coronel (r) Jaime Joaquín Ariza, en representación de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia (Acore); la antropóloga María Camila Moreno; Gloria Arias Nieto, del movimiento Defendamos la Paz; y Gabriel Bustamante, subdirector de la Unidad de Restitución de Tierras. También apoya el proceso el empresario Tulio Gómez, máximo accionista del club América de Cali que lanzó una truncada candidatura para buscar la Gobernación del Valle del Cauca.
La delegación de la Segunda Marquetalia, o lo que queda de ella, está encabezada por José Vicente Lesmes, el verdadero nombre de Walter Mendoza, un antiguo comandante guerrillero de las extintas FARC en el occidente colombiano quien, como Iván Márquez, firmó la paz y luego volvió a empuñar las armas.
¿Quiénes son los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico?
Son dos de las estructuras armadas más poderosas de las que se agrupaban en la Segunda Marquetalia. Los Comandos de la Frontera tienen presencia en los departamentos de Putumayo y Caquetá, en el sur del país y cerca de la frontera con Ecuador, mientras que la Coordinadora Guerrillera del Pacífico opera en los vecinos departamentos de Nariño y Cauca, un poco más al occidente.
¿Quién es Iván Márquez?
Luciano Marín, mejor conocido como Iván Márquez, su nombre de guerra, nunca llegó a convertirse en el máximo comandante de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pero desde los años 90 era uno de los siete miembros del secretariado, como se conocía a la cúpula guerrillera. Fue también el jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de La Habana que desembocaron en el acuerdo sellado a finales de 2016. Llegó a ser la figura pública más relevante de las FARC junto con Rodrigo Londoño, Timochenko, con quien mantuvo varios desencuentros. Firmada la paz, renunció al escaño como senador que le otorgaban los acuerdos y se internó en el espacio de reincorporación de Miravalle, en el departamento de Caquetá. Volvió a la clandestinidad y se mantuvo en un paradero desconocido hasta que el 29 de agosto de 2019 apareció en un video en el que, acompañado de una veintena de hombres con fusiles, anunciaba “una nueva etapa en la lucha armada”.
Sus principales lugartenientes en la Segunda Marquetalia –Jesús Santrich, Henry Castellanos, Romaña, y Hernán Darío Velásquez, El Paisa– murieron emboscados en confusas circunstancias en distintos puntos cerca de la frontera con Venezuela, sin que los Gobiernos de un lado u otro ofrecieran una explicación y en medio de una guerra territorial con otras facciones disidentes que se había apartado del acuerdo de paz.
Al propio Iván Márquez se le ha dado varias veces por muerto, y hoy persisten las dudas sobre su supervivencia. Después del atentado que sufrió en julio de 2022, se pensó que había perdido un ojo, un brazo y la movilidad de la parte derecha del cuerpo, pero reapareció el pasado 11 de mayo en un video transmitido en un pequeño coliseo de Puerto Carreño, la capital del departamento de Vichada, en el que se le veía dubitativo y con problemas de dicción. Ese mensaje antecedió el encuentro con Otty Patiño en Caracas y el anuncio formal del inicio de los diálogos de paz con el Gobierno.
¿Cuándo nacieron las disidencias de las FARC?
El fenómeno comenzó en la recta final de las negociaciones de La Habana, cuando una de las estructuras más representativas de las FARC, el Frente Primero, que operaba en el sureste del país, publicó a mediados de 2016 un comunicado en el que se apartaba del proceso, al que tildó como una “traición”. Ese anuncio provocó que la dirigencia de las FARC expulsara a cinco mandos que desafiaron la verticalidad de la insurgencia. Desde entonces surgieron otras facciones en distintas regiones, y el tema adquirió otra dimensión cuando Iván Márquez y otros comandantes anunciaron que se rearmaban.
¿Cuál fue el comienzo de la Segunda Marquetalia?
Se remonta a agosto de 2019. Entonces Iván Márquez anunció, vestido de verde militar y con una pistola en la cintura, que retomaba las armas junto a otros jefes de las FARC que se habían apartado de sus compromisos con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el sistema de justicia transicional. Ese fue el bautizo de la Segunda Marquetalia, que toma el nombre del lugar donde nacieron las FARC hace más de medio siglo. De allí que algunos expertos y analistas opten por referirse a Iván Márquez y los suyos como desertores, en lugar de disidentes.
Los intentos de Márquez para unirse con Gentil Duarte e Iván Mordisco, cabezas de otros grupos disidentes, se estrellaron con la resistencia de esas estructuras, que ya tenían una importante influencia en el suroriente de Colombia y al otro lado de la frontera con Venezuela. Aunque nunca hubo una desbandada de firmantes de paz, como se temió en un primer momento, el fuego de las disidencias ha estado alimentado por nuevas dinámicas de reclutamiento forzado, a menudo de menores de edad.
Las disidencias no son fáciles de encajar en una misma categoría, pues son una amalgama de estructuras muy diversas compuestas por disidentes que se apartaron del proceso de paz, reincidentes que retomaron las armas después de firmar el acuerdo y nuevos reclutas.
¿En qué se diferencian el Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia?
El encaje de las disidencias ha sido desde el primer momento uno de los mayores desafíos de la paz total. En plural, pues varias estructuras se apartaron en distintos momentos del proceso de paz. En Colombia persisten ocho conflictos armados no internacionales, y cinco de ellos involucran facciones disidentes de las extintas FARC, de acuerdo con el balance anual del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Aunque el Gobierno ha empaquetado a los Comandos de la Frontera que operan en el departamento del Putumayo como parte de la Segunda Marquetalia, el CICR siempre lo consideró un grupo independiente.
El Estado Mayor Central de Iván Mordisco y la Segunda Marquetalia de Iván Márquez se consolidaron como las facciones más notorias, una suerte de grandes sombrillas. Ambas fueron designadas por Estados Unidos como organizaciones terroristas cuando retiró de esa lista negra a las FARC, ya desarmadas y convertidas en un partido político. Ambas también entablaron una guerra a muerte entre sí, en la que fueron cayendo en confusos enfrentamientos –a menudo del otro lado de la frontera con Venezuela– varios comandantes.
Mientras el liderazgo del fragmentado EMC está compuesto por algunos líderes visibles que se apartaron de las negociaciones, la Segunda Marquetalia la encabezaron firmantes que retomaron las armas. “El porcentaje de reincidentes y disidentes varía bastante dentro de cada grupo, pero el grueso de los combatientes rasos de estas estructuras son nuevos reclutas”, subraya un análisis de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Una de las primeras dudas en torno a la política del Gobierno era si los grupos que desertaron o nunca se acogieron al anterior proceso de paz con las FARC debían ser considerados organizaciones criminales cuya única salida era someterse a la ley o merecían un tratamiento político, como el que recibe el ELN, la última guerrilla en armas. Las dudas sobre el marco legal persisten en el caso de la Segunda Marquetalia, pues el acuerdo de paz firmado por Iván Márquez señala que no se puede volver a entablar negociaciones de paz con desertores de ese pacto.
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