Putin prueba un misil de nueva generación contra Ucrania: “Estamos preparados para cualquier desarrollo de los acontecimientos”
El presidente ruso rebate la versión de Kiev sobre el lanzamiento de un misil intercontinental al sostener que se trataba de un arma secreta, un proyectil balístico de medio alcance
Rusia ha golpeado Ucrania este jueves con un misil hipersónico secreto de medio alcance, un arma capaz de portar cabezas nucleares en caso de escalada. “Se ha probado en condiciones de combate uno de los misiles de medio alcance más nuevos”, ha anunciado el presidente ruso, Vladímir Putin, en un mensaje televisado con la mirada puesta en su nación y también en el mundo. El cohete, que alcanzó de madrugada una fábrica militar de Ucrania en la provincia de Dnipró, ha sido apodado Oréshnik —avellano, en ruso— y es capaz de alcanzar una velocidad de Mach 10. Es decir, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo.
La comparecencia de Putin se ha producido después de un día entero de versiones contradictorias respecto al tipo de armamento que había utilizado Rusia sobre Ucrania. Kiev defendía que se trataba de un misil intercontinental, lo que habría supuesto una escalada al utilizarse por primera vez en la historia en una guerra, mientras Estados Unidos negaba esa versión. En medio de esa confusión, Putin ha comparecido —la primera reaparición pública desde que Washington y Reino Unido autorizaron a principios de esta semana a Ucrania a golpear en territorio ruso con sus misiles— para hacer una exhibición de fuerza. “Rusia se considera con derecho a utilizar sus armas contra las instalaciones militares de los países que permiten el uso de sus armas contra Rusia”, ha advertido el mandatario, además de agregar: “En el caso de una escalada de acciones agresivas, también responderemos con decisión y del mismo modo”. “Estamos preparados para cualquier desarrollo de los acontecimientos. Si alguien todavía duda de esto, es en vano. Siempre habrá una respuesta”, ha advertido.
El mandatario se ha mostrado muy confiado con su nueva arma. Hasta el punto de asegurar que avisará antes de emplearla de nuevo contra Ucrania: “Haremos esto por razones humanitarias, abiertamente, públicamente, sin temor a la oposición del enemigo, que también recibe esta información. ¿Por qué sin miedo? Porque hoy no hay medios para contrarrestar esas armas”.
Durante su intervención, Putin ha justificado la creación de un arma que incumple el extinto tratado de misiles de alcance intermedio y corto con Estados Unidos. Para el mandatario, Washington abandonó este tratado en 2019, bajo la presidencia de Donald Trump, con “un pretexto endeble”. Sin embargo, la Casa Blanca acusó entonces a Moscú de fabricar otro cohete convencional que violaba el pacto al superar los 500 kilómetros de alcance y poder portar ojivas nucleares.
Kiev había acusado en la mañana del jueves a Moscú de haber disparado por primera vez un misil balístico intercontinental contra su territorio. Las Fuerzas Aéreas de Ucrania informaron de que Rusia había lanzado entre las cinco y las siete de la mañana de este jueves un cohete desde la región de Astracán, a 1.000 kilómetros de su objetivo, la ciudad de Dnipró. Fuentes del Gobierno de Estados Unidos negaron, en cambio, que se tratase de un misil intercontinental. Sostuvieron que, en realidad, se trata de un misil balístico de medio alcance, de uso habitual en la guerra.
Con esas aclaraciones estadounidenses, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, emitió un comunicado en el que rebajaba la convicción del informe difundido por sus fuerzas aéreas: “Rusia ha utilizado hoy un nuevo tipo de armamento. Todos los parámetros, velocidad, altitud, coinciden con los de un misil intercontinental. Todas las investigaciones por parte de los expertos están en marcha”.
La ofensiva rusa contra Dnipró ha incluido también el disparo de un misil hipersónico Kinzhal —capaz de alcanzar el Mach 10— por un caza desde la región de Tambov y siete misiles de crucero Kh-101 lanzados desde bombarderos estratégicos Túpolev, según las autoridades de Kiev. El ejército ucranio ha informado del derribo de seis de los Kh-101 lanzados por Moscú durante el mismo ataque, mientras que el impacto del resto de las armas “no tuvo consecuencias significativas”. El objetivo de las fuerzas rusas era, según han informado en Kiev, “empresas e infraestructuras críticas en la ciudad de Dnipró, en el centro-este del país”. Esta demostración de fuerza rusa llega solo dos días después de que Ucrania emplease por primera vez los misiles estadounidenses ATACMS en suelo ruso.
Desmentido estadounidense
Fuentes estadounidenses desmintieron la versión ucrania a las cadenas de televisión CNN y ABC, advirtiendo de que no se trataba de un misil intercontinental. El uso de este tipo de armamento supondría una escalada bélica sin precedentes en los tres años de invasión.
Según los protocolos internacionales entre Rusia y Estados Unidos, cuando se realizan pruebas de misiles intercontinentales, diseñados para una guerra nuclear, Moscú debería notificar antes a Washington su lanzamiento, para evitar una alerta mundial. Estados Unidos ha anunciado este jueves por la tarde que Rusia le notificó poco antes del ataque a Dnipró que utilizaría “un misil balístico experimental de medio alcance”.
La CNN también indicó que “altos cargos occidentales” habían negado que se trate de un cohete intercontinental. Lo han hecho en Vientián, capital de Laos, donde se celebra la reunión de ministros de Defensa de la ASEAN (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, por sus siglas en inglés). En la cumbre participa el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin. Estas fuentes han indicado que en realidad ha sido empleado un misil balístico convencional. El diario The New York Times también destacó que “varias fuentes occidentales” han indicado que probablemente no se trata de un misil intercontinental y que los análisis sobre lo sucedido están todavía abiertos.
Por la mañana, durante una comparecencia de prensa, la portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, recibió una llamada y los micrófonos captaron que su interlocutor le pedía que no hablara del ataque “con un misil balístico” contra una planta de armamento en Dnipró.
Las autoridades ucranias no han aclarado si ha habido víctimas durante el bombardeo. “Hasta el momento conocemos los daños sufridos por una empresa industrial en Dnipró y que hubo, también, dos incendios en la ciudad”, ha publicado por la mañana en Telegram Serhii Lysak, jefe de la Administración Estatal Regional de Dnipró.
El ataque ha obligado al Gobierno ucranio a introducir cortes de electricidad en las regiones de Kiev, Dnipró, Odesa, Sumi, Yitómir y Donetsk para equilibrar el suministro, según informa el diario Kyiv Post. Este periódico asegura que los misiles disparados por los bombarderos entraron en el espacio aéreo ucranio desde el norte del país y se desviaron, después, hacia el sudeste.
Estados Unidos y varios países europeos, incluido España, anunciaron el miércoles el cierre de sus embajadas en Ucrania ante la posible represalia de Rusia por el uso de misiles occidentales contra objetivos militares en su territorio. Tras recibir la autorización de la Casa Blanca, las fuerzas ucranias dispararon este martes misiles estadounidenses ATACMS contra un arsenal en la región de Briansk, y un día después lanzó otros Storm Shadow contra blancos militares rusos en la provincia de Kursk.
Ucrania había recibido estos misiles hace tiempo, pero la Administración de Joe Biden se había mostrado contraria a que Kiev los utilizase en el interior del territorio ruso. Hasta esta semana, cuando cambió de parecer. El Gobierno demócrata temía una escalada si las fuerzas ucranias atacaban las bases y aeródromos rusos protegidos en la retaguardia, pero la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses ha empujado a la Casa Blanca a permitir que Kiev utilice las armas al menos hasta su investidura en enero.
Putin firmó el pasado martes el decreto por el que entra en vigor la nueva doctrina nuclear rusa, que contempla el uso de la disuasión nuclear no solo en el caso de que peligre el Estado ruso en su totalidad, sino también si su soberanía o su territorio están amenazados. Además, el documento también enfatiza que Moscú considerará agresora a una potencia nuclear si esta proporciona armamento —incluso convencional— a un Estado “agresor” que no disponga de armas de destrucción masiva.
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