Déficit
Nos dirán que no hay nada que hacer, que es imprescindible cumplir los compromisos, que todo lo hacen por nuestro bien
Es el truco del almendruco. El ministro Montoro dice que no es culpa suya, que son las comunidades autónomas las que han gastado más de la cuenta. Cataluña y la Comunidad Valenciana se llevan la mayor parte de la bronca. No hace falta ser adivino para pronosticar que el gobierno achacará el derroche de la primera al despilfarro independentista, pero con la segunda, en plena Operación Taula, lo tiene más difícil. El agujero de la Seguridad Social, que ha recaudado mucho menos de lo previsto, me parece sin embargo más significativo, porque no tiene otra explicación que las miserables condiciones laborales de millones de trabajadores en el segundo país con más becarios -agraciados con contratos que les obligan a trabajar a cambio de sueldos que parecen propinas, o directamente gratis- de la Unión Europea. Por si no se han enterado, en becarios sólo nos gana Eslovenia. Montoro no lo dirá nunca, pero este es el balance objetivo de la reforma laboral que, según el gobierno, nos ha sacado de la crisis. Esta es la clase de empleo que se ha creado en la última legislatura, el presunto millón de contratos que, en contra de toda lógica, no sólo no ha logrado impulsar la recaudación de la Seguridad Social, sino que ni siquiera ha impedido que caiga más allá de cualquier previsión. Es lo que tiene la explotación, que a la Bolsa le sienta divinamente. Así que ya saben lo que nos espera. Bruselas se pondrá primero el uniforme del poli bueno, para darnos facilidades de pago, y luego el del poli malo, para exigir más recortes. Nos dirán que no hay nada que hacer, que es imprescindible cumplir los compromisos, que todo lo hacen por nuestro bien. Y el resultado será que el próximo gobierno, sea del color que sea, seguirá estando en funciones.
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