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El hombre que vio 6.000 aves este año

Se llama Noah Strycker y ha batido con holgura el récord de especies de aves vistas en un año: estaba en 4.341 y lleva 5.950 a punto de terminar su aventura

Noah Strycker, 'birdwatcher'.
Noah Strycker, 'birdwatcher'.Bob Keefer

Noah Strycker, escritor, periodista, fotógrafo y apasionado de las aves, se encuentra ahora mismo en Australia, según relata en su blog Birding without borders. Le abordamos en una entrevista entrecortada por su frenética actividad dentro de una aventura a la que le quedan escasos días para terminar y que está marcada por un reto: ver 5.000 especies de aves diferentes durante 2015. Ya ha superado el récord establecido por la pareja británica Ruth Miller y Alan Davies en 2008, con 4.341, y su reto personal. Ahora se propone alcanzar las 6.000 en su big year particular, término usado entre los pajareros o birdwatchers para denominar este reto, popularizado en 2011 por la película del mismo nombre protagonizada por Steve Martin, Jack Black y Owen Wilson.

No es, de momento, la persona que más especies ha visto en su vida. Le superan al menos quince pajareros en todo el mundo que sobrepasan 8.000 de las más de 10.000 existentes. Sin embargo, el periplo anual por 38 países de los cinco continentes para conseguir dar con las 5.950 que lleva apuntadas (ahora está en Australia y le faltan Nueva Zelanda y Singapur) supone una aventura nunca vivida por otra persona. Leer cualquier entrada de las 365 (una por día) que va subiendo a su blog supone toparse con una ristra de aventuras en las que sobresale, sobre el todo, el componente humano y la conservación de la biodiversidad..

Ibis escarlata entre garcetas níveas e ibis blancos en Colombia.
Ibis escarlata entre garcetas níveas e ibis blancos en Colombia.Noah Strycker

“Habría sido imposible alcanzar las marcas que ya tienes sin la colaboración de los aficionados y pajareros locales”, relata este estadounidense de 29 años. Dichos guías improvisados no están contratados, sino que colaboran desinteresadamente, ya que uno de los objetivos de esta vuelta al mundo pajarera es contactar con ellos para compartir sus saberes e inquietudes. “El conocimiento local es esencial para encontrar e identificar a aves desconocidas por mí en la mayor parte del mundo", continua Strycker, "y, en este sentido, el viaje ha sido ya un gran éxito, sea cual sea el resultado final de las especies observadas, porque he descubierto que hay personas en todo el mundo tan apasionadas por las aves como lo estoy yo y he hecho amistades extraordinarias con ellas”.

Una de ellas es Gorka Gorospe, ornitólogo, guía e ilustrador navarro considerado uno de los mayores expertos de España en la identificación de aves. Gorospe remarca “la humildad y la pasión de Strycker a la hora de contactar y estar con nosotros”. A pesar de que al llegar a España ya había visto en otros puntos de Europa el 65% de las especies del continente, tacharon cincuenta nuevas, entre ellas rabilargo, sisón, cerceta pardilla, gaviota de Audouin y camachuelo trompetero. El estadounidense recuerda especialmente “la impresionante águila imperial ibérica que vi con mi amigo Gorka en el Parque Nacional de Monfragüe”. De sus días por España también rememora con emoción la camiseta que le regaló Gorospe, diseñada por este en conmemoración del big year del norteamericano.

El periplo anual por 38 países de los cinco continentes supone una aventura nunca vivida por otra persona

El encuentro con el águila imperial ibérica (solo está presente en la Península) fue uno de los grandes momentos ornitológicos del viaje. Recuerda también otros, en Borneo, en noviembre, “donde di en un solo día con tres especies raras y difíciles de encontrar: eurilaimo de Whitehead, trogón de Borneo y arañero de Whitehead”. Si tiene que elegir una se queda con el águila harpía, “la más atractiva que he visto hasta ahora, un enorme ejemplar en Brasil que llevaba entre sus garras a un coatí para ofrecérselo a su compañera de nido; por el contrario, me he perdido rapaces como el águila morena filipina, considerada en peligro crítico de extinción”. Debido al gran territorio de observación que debe cubrir, incluso dentro de un mismo hábitat, alcanza a localizar entre el 60 y el 75% de las especies de aves de cada lugar. Si llegara a las 6.000 en 2015 habrá visto menos del 58% del total descrito por la ciencia.

A la par que apunta aves en su libreta, este licenciado en Ciencias de la Vida Silvestre y la Pesca por la Universidad de Oregón (EE UU), chequea el estado de la biodiversidad que las acoge: “Estoy consternado sobre todo por la deforestación que he visto, aunque, en general, la mayor amenaza para las aves y la vida silvestre es la pérdida de todo tipo de hábitats”. Sin embargo, Stricker se anima al comprobar los esfuerzos exitosos de conservación en varias partes del mundo, a menudo emprendidos y dirigidos por la población local. “Esto es especialmente palpable en América del Sur", rememora, "donde, por ejemplo, conocí a Ángel Paz, un ex maderero que ahora dedica su tiempo y su propiedad familiar en Ecuador a la conservación de la vida silvestre. Se gana la vida mostrando a los turistas las especies raras de antpitta (pequeñas aves conocidas también como gralláridos)”.

Cuando se emprenden aventuras de este tipo siempre asalta la pregunta de cómo se sortean los problemas asociados a lugares con conflictos como guerras, terrorismo o epidemias. “Planeé mi ruta para evitar las zonas más peligrosas del mundo", explica Strycker, "y eso significaba que tenía que evitar desde el brote de ébola en el oeste de África a la agitación en Oriente Medio y en otros lugares, además de que la entrada a algunos países, como Corea del Norte y Cuba, es difícil para los estadounidenses”. En casi todos los casos optó por alternativas más seguras para ver las aves que se perdía en todos esos lugares. Eso sí, apostilla que no siempre todo va acorde con el plan previsto: “En noviembre no pude encontrar al chotacabras diabólico en Indonesia a causa de una operación militar que el gobierno llevaba a cabo contra un grupo de supuestos terroristas en el hábitat de esas aves en Sulawesi”.

Estoy consternado por la deforestación que he visto"

No lo dice, pero el viaje no ha estado exento de contratiempos por carreteras peligrosas, caminos cortados, huelgas, enfermedades, picaduras de mosquitos, pérdida de permisos… Aunque siempre se queda con lo positivo: “Vi más aves en menos de un mes en Colombia (260) que durante toda mi vida en Estados Unidos”. Eso sin contar al resto de animales. En menos de tres horas, casi bajo cero en julio, vio en Sudáfrica al denominado big five (elefante, búfalo, rinoceronte, león y leopardo), aunque acabó desencantado con la “naturaleza vallada” de este país, principalmente destinada a safaris de caza.

Del cachudito de Perú al picaflores de Filipinas

La National Audubon Society es la principal financiadora del viaje ornitológico de Noah Strycker, escritor y aventurero con experiencia en la investigación y conservación de aves en los cinco continentes, a pesar de su juventud. La marca de óptica Leica y la editorial Houghton Mifflin Harcourt también apoyan esta aventura.

Para dar más sentido ambiental a su vuelta al mundo, el viaje está inserto en un programa de compensación de emisiones de gases de efecto invernadero de Nature Conservancy, debido a la gran cantidad de desplazamientos en avión y con todo tipo de vehículos a motor que está realizando.

Estas son, hasta ahora, sus marcas:

Especie número 1.000. Llega el 14 de febrero de 2015, en Perú, con el cachudito de cresta blanca.

2.000. La apunta el 14 de abril: un mielero de dorso azul en Panamá.

3.000. El 17 de junio en Turquía, poco antes de viajar a España, apunta al bisbita campestre.

4.000. La cifra la logra con un pájaro carpintero, el pito gris oriental, el 17 de agosto en Tanzania.

4.342. Bate el récord mundial de aves vistas en un solo año. Lo hace en Sri Lanka, el 17 de septiembre, con un pariente de los chotacabras, el podargo de Ceilán.

5.000. Alcanza su reto personal gracias al picaflores coronado el 27 de octubre, en Mindanao (Filipinas), a dos meses de concluir su viaje y con Oceanía por visitar.

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