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Tribuna
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Carta a Mariano Rajoy sobre la ciencia en España

El sistema de I+D español necesita un aumento de la inversión pública y librarse de la enorme burocracia que lastra todos los procesos administrativos relacionados con la investigación

Querido Mariano:

Disculpe que me vuelva a poner en contacto con usted por esta vía. Le envié esta misiva a la Presidencia, pero me la devolvieron por estar ausente. Quería agradecerle que, tras cuatro años de diligente negligencia por la ciencia, por fin nos haya regalado una Agencia. La ciencia, esa palabra que tanto aparece en su Gabinete como parte de la palabra paciencia, por fin contará con una flamante Agencia Estatal de Investigación que pueda distribuir sus miserias. Sé que usted es un hombre de estado, tranquilo, y un estratega… del dominó, por eso no le culpo de que, teniendo que atender a tantos partidos, no se haya percatado de que los 12.000 investigadores que España ha perdido desde 2010 poco tuvieron que ver con la falta de dicha Agencia. Déjeme hacer aquí un paréntesis para ayudarle asimilar esta cifra. Alinee 12.000 piezas de dominó, una junto a otra, apoyadas sobre su canto. Sí, lo se, le supondrá mucho esfuerzo, pero también se lo supuso al Estado formarlos. Cuando haya terminado tan arduo proceso, propine sin pensarlo dos veces un golpecito a la primera pieza. Esos golpecitos son los que, año tras año en cada una de sus partidas, las presupuestarias, han caracterizado su política científica.

El resto de las piezas todavía no han caído, pero se tambalean, incluso las mejor cimentadas, como lo demuestra el descabezamiento de algunos sus centros de investigación de excelencia. Lo que el sistema científico español necesita no es una nueva Agencia, sino medidas de mayor calado. Se que tiene muy presentes algunas de estas medidas. Su Gobierno las recibió con interés hace un par de años en una carta acompañada de 80.000 firmas, una carta que, tras la mayor manifestación de investigadores en la historia de España, gentilmente nos invitaron a pegar con cinta adhesiva a las puertas de un Ministerio de Economía y Competitividad cerrado a cal y canto. Permítame en cualquier caso recordárselas.

Lo que el sistema científico español necesita es un incremento significativo del gasto de I+D civil, rebajado en un 42% desde 2009, un Black Friday que ha dejado al país relegado a los últimos puestos europeos en términos de inversión en I+D como porcentaje del PIB. Lo que necesita es un presupuesto plurianual real, como el del European Research Council, muy diferente de la falsa plurianualidad con la que se ha anunciado la nueva Agencia. Lo que necesita es un incremento del presupuesto para proyectos de investigación, la savia de sistema, que ha sufrido un recorte de un 41% desde 2009. Lo que necesita es un compromiso serio para respetar los plazos de las convocatorias de financiación y de recursos humanos, que en los últimos años han sufrido retrasos sistemáticos de hasta de un año, creando desconcierto e incertidumbre en la comunidad científica. Lo que necesita es librarse de esa enorme burocracia que lastra todos los procesos administrativos relacionados con la investigación (de contratación, de abastecimiento), que han causado pérdidas en sus escasos fondos nacionales y europeos. Lo que necesita es un Pacto de Estado que permita planificar a medio y largo plazo sus recursos humanos y financieros, con independencia de ciclos políticos, como se trató de hacer con ese Pacto Parlamentario por la Ciencia, que en Diciembre del 2013 firmaron todos los partidos políticos con representación parlamentaria menos el suyo.

Lo que el sistema científico español necesita no es vanagloriarse de la “ciencia española” que se hace en el extranjero, sino medidas para aumentar sus recursos humanos, porque el porcentaje de la población activa dedicado a I+D en este país está por debajo de la media de la UE-27 y muy lejos de los motores económicos europeos. Lo que necesita son medidas urgentes para rejuvenecer sus plantillas en centros de investigación y universidades, que cada vez se parecen más a los centros de jubilados desde donde usted sigue los debates electorales mientras juega sus partidas; allí pronto podrá saludar a la mitad de los investigadores del CSIC, que se habrán jubilado en un periodo de 5 años. Lo que necesita es un programa serio de incorporación de investigadores al sistema, que le devuelva la credibilidad que ha perdido por el incumplimiento sistemático su programa estrella Ramón y Cajal, tan olvidado como el gran legado del científico que le da nombre. Lo que necesita son medidas para incrementar la movilidad de los investigadores en centros de investigación y universidades y para combatir su endogamia. Lo que necesita es librarse de esas trabas administrativas, desconocidas en los países de nuestro entorno, que hacen casi imposible la contratación de investigadores formados fuera de nuestras fronteras y que tanto pueden enriquecer el sistema.

Lo que el sistema científico español necesita es un incremento significativo del gasto de I+D civil, rebajado en un 42% desde 2009"

Lo que el sistema científico español necesita es que el Gobierno deje de hacer política científica haciendo oídos sordos a las llamadas de auxilio de la comunidad investigadora. Lo que necesita es la creación de un Consejo Científico de peso, con independencia política y mayoritariamente constituido por investigadores elegidos por la propia comunidad, un consejo asesor que juegue un papel central en la política científica del país. Lo que necesita es perder los complejos y librarse de los 17+1 sistemas de investigación que impiden optimizar la inversión pública en I+D. Lo que necesita es que el Gobierno tenga criterio propio para la elaboración de estrategias consensuadas con la comunidad científica que, en vez de seguir ciegamente la directiva europea impuesta por el programa Horizonte 2020, tengan en cuenta las peculiaridades de nuestro sistema, tanto para reconsiderar la eficiencia de las políticas de excelencia, como para alcanzar un equilibrio entre la investigación competitiva “bottom-up”, que permita mantener la diversidad del tejido científico, y la investigación orientada “top-down”, que permita afrontar retos científicos concretos de interés nacional. Lo que necesita es el aumento de la capacidad de autogestión de sus centros de investigación, para que sus planes estratégicos no sean papel mojado, acompañado de un aumento la trasparencia y reedición de cuentas de sus órganos de gobierno. Finalmente, lo que necesita es la elaboración de una ley de mecenazgo, que permita la financiación privada de universidades e instituciones de investigación.

El Gobierno debe dejar de hacer política científica haciendo oídos sordos a las llamadas de auxilio de la comunidad investigadora"

Es un detalle por su parte esto de la nueva Agencia. Esta era, sin lugar a dudas, una de nuestras reivindicaciones, pero poco podrá hacer en la inmensidad de un desierto desolado, más allá de escuchar el eco de sus propios lamentos. Lo que el sistema español de ciencia necesita, Mariano, no es recibir cartas oficiales con un nuevo membrete (asumiendo que esta Agencia, creada a presupuesto cero, pueda permitírselo), sino medidas que pongan al sistema de I+D al nivel del potencial económico del país. Se que está reflexionando en estos temas, lo lleva haciendo, en silencio, durante cuatro años.

Desde el exilio científico, desde donde no tendré oportunidad de votarle para que siga reflexionando, le envío un cordial saludo.

Una investigadora.

Amaya Moro-Martín es astrofísica en el Space Telescope Science Institute de Baltimore (EEUU) y fundadora de la plataforma Investigación Digna.

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