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Estilo a la mesa

En la Expo de Milán también hay espacio para el diseño. La firma Ermenegildo Zegna une arte, agricultura y gastronomía para repoblar viñedos

Rosa Rivas
Sede de Ermenegildo Zegna en Milán.
Sede de Ermenegildo Zegna en Milán.

Ermenegildo Zegna no es solo uno de los nombres más prestigiosos de la industria de la moda, también constituye un referente dentro del mundo del arte y el desarrollo paisajístico. Y ahora sus tentáculos se extienden hasta el universo de la gastronomía.

Con motivo de la Expo de Milán, cuyo lema es “Alimentar el planeta, energía para la vida”, y con la colaboración de los artistas Lucy y Jorge Orta, Zegna ha promovido Fabulae Naturae. Una iniciativa ligada a un objetivo de recuperación agrícola y de apoyo a una comunidad. Los Orta han creado 500 platos de porcelana Royal Limoges. En ellos, una rama de viña sinuosa luce sobre un fondo de colores pastel. Y cada plato es un adorno y el símbolo de una acción, una fábula de la naturaleza. Quienes adquieran un plato (a 250 euros) donan la plantación de una viña en Punta Mesco. Allí, en la zona de Cinque Terre, en Liguria (Italia), el grupo Zegna está revitalizando el asentamiento rural de Casa Lovara y los viñedos que tapizan en terrazas esta provincia mediterránea, erosionada por las lluvias y hambrienta de vitalidad.

“Los platos diseñados por los Orta esconden una buena causa. Zegna no es solo trajes, es paisaje, creatividad, fibras naturales, innovación. La riqueza de nuestra personalidad como marca quiere ser inspiradora para nuestros clientes”, dice en un español que domina Anna Zegna, presidenta de la Fondazione Zegna, creada en el año 2000.

Los archivos textiles de la firma sirven de inspiración no solo a vajillas, sino también a recetas

Ya en 2012, los Orta realizaron con los Zegna el proyecto Fabulae Romanae. En esa ocasión, llevaban a la gente a descubrir la ciudad de Roma a través de espíritus y deidades protectoras. La idea continúa en su proyecto de este año, Fabulae Naturae: espíritus protectores de la naturaleza, de la vegetación y de los animales del bosque. El paisaje de Trivero –la localidad cercana a Milán que el fundador de la firma transformó en un oasis vegetal hace un siglo y donde situó su cuartel general– y los archivos textiles florales son la inspiración de esta representación. Una performance que quiere alertar sobre las amenazas del entorno. El trabajo de los Orta seduce a Anna Zegna “porque versa sobre la supervivencia, sobre la protección frente al desastre”. Considera que estos artistas “reinterpretan una realidad del mismo modo que lo hace la moda, que se inspira en elementos cotidianos y los transforma”.

La obra, llamada Sinfonía para una ausente vida salvaje, con misteriosos sonidos del bosque, cantos de pájaros y paseos hipnóticos de seres zoomórficos (con piel de lana de Zegna), fue ejecutada en la actual sede de la marca en la milanesa Via Savona el pasado mayo, coincidiendo con la inauguración de la Expo de Milán. El cocinero con estrella Michelin Davide Oldani aportó el sabor desnudo del entorno con vegetales crudos, embutidos tradicionales, burrata hecha al momento y un risotto sin grasa, sólo con azafrán.

El compromiso de la firma con el entorno y la naturaleza viene de lejos. Ermenegildo Zegna fundó en Trivero en 1910 su lanificio, la fábrica donde aún hoy convive lo artesano con la tecnología de vanguardia (500 manos elaboran un traje Zegna). Además del centro industrial, el empresario construyó un complejo con zonas recreativas (cine, piscina), un colegio, un hospital y viviendas para operarios. Abrió una carretera, aún llamada panoramica Zegna, y pobló la montaña desnuda con vegetación: medio millón de coníferas, además de rododendros y hortensias. Su objetivo era que los trabajadores y habitantes del pueblo convivieran en armonía con la naturaleza. Esa área de 1.000 metros cuadrados está bautizada desde 1993 como Oasis Zegna.

Catálogos de diseños textiles con motivos botánicos de la colección Heberlein, propiedad de la Fundación Zegna.
Catálogos de diseños textiles con motivos botánicos de la colección Heberlein, propiedad de la Fundación Zegna.

Allí hay una exposición permanente llena de obras contemporáneas, All’Aperto. Las piezas son de Daniel Buren, Alberto Garutti, Stefano Arienti…

Ahora, y hasta septiembre, la Casa Zegna alberga también una exhibición donde es protagonista el reino vegetal y su relación con el diseño y la vida. Flower Landscapes. Tejidos, flores y recetas. Comisariada por Maria Luisa Frisa, la exposición muestra por primera vez las joyas de la colección Heberlein, un fondo de más de 2.200 catálogos de diseños textiles de inspiración botánica: flores realistas, abstractas, orientales, psicodélicas. Producido entre los años veinte y ochenta, el material enriqueció aún más el legado documental de la fábrica Zegna y ha servido de referencia para la colección actual. En el complejo de la fábrica existe un archivo que hace las delicias de los investigadores de la historia de la moda.

La exposición Flower Land­scapes aborda el diálogo de las flores con los objetos de uso cotidiano, ropa incluida, y también con la gastronomía. La experta en cocina piamontesa Mina Novello Vachino lo ha plasmado en varias recetas elaboradas con ingredientes vegetales de la comarca de Biella que siguen las cuatro estaciones y cuya estética se asemeja a los motivos botánicos de Heberlein. “La flor es como un mensajero de distintos contenidos y conceptos que son parte de lo que la Expo de Milán está hablando: comida y conservación del planeta”, subraya Anna Zegna, quien proyecta publicar un libro con las recetas de su madre, “una gran cocinera”, que encontró escritas a mano.

elpaissemanal@elpais.es

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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