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Estos huesos humanos parecen de plastilina

A pesar de su dureza, estas piezas del esqueleto son las que más se rompen. Aprenda a protegerlas

Con los 206 huesos que componen el cuerpo humano y un mundo lleno de obstáculos no es de extrañar que alguno de ellos se rompa en determinadas ocasiones, a pesar de que su resistencia es apreciable (una décima parte de la del acero, el material más fuerte por excelencia). Pero no todos los huesos se fracturan con la misma frecuencia, depende de su ubicación, del tipo de actividad o del traumatismo. No es lo mismo una colisión que una caída, un resbalón o un tropiezo. ¿Y cuáles son las más habituales? “Aquellas que se producen en el hueso sano como resultado de un traumatismo directo o indirecto cuya fuerza vence la resistencia del hueso”, define Manuel Villanueva, traumatólogo, cirujano ortopédico y director del Instituto Avanfi.

La edad y el sexo son los factores que influyen en la frecuencia de las fracturas. “En el hombre, estas son más frecuentes en la juventud, y en la mujeres a partir de los 60 años. En las féminas, debido a la osteoporosis, nos encontramos con fracturas del fémur proximal (de cadera) y vertebrales, que son importantes. También suele haber lesiones en la muñeca y en el húmero proximal [hombro], debido a traumatismos más leves que no son suficientemente potentes como para provocar una fractura en un hueso sano. Por eso se denominan fracturas patológicas, porque detrás de ellas hay una enfermedad”, precisa Villanueva.

Este tipo de lesiones –en personas de más edad–, son particularmente graves en los países desarrollados. Según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, el porcentaje de población mayor de 65 años pronto superará al de menores de 18; y las fracturas de cadera serán una causa importante de enfermedad, de incapacidad residual en algunos casos, pero en buena parte de la población causará mortalidad al cabo del año de producirse la rotura. Como reza una máxima de cirugía ortopédica: “Venimos al mundo a través de la pelvis y nos vamos de él a través del cuello del fémur”. Actualmente, otro tipo de fractura grave (y común) dentro de las patológicas son las periprotésicas. “Se producen alrededor de la prótesis de cadera, rodilla o húmero y requieren cirugías complejas y la atención de superespecialistas en la materia”, apostilla el director médico de Avanfi.

Las fracturas más frecuentes, según los doctores Manuel Villanueva y Guillermo Rodríguez, son:

Escayolado por estrés

Además de las patológicas, existen otros dos tipos de lesiones, explica Guillermo Rodríguez, responsable del área de Medicina Deportiva del Instituto Avanfi. “Las que hemos enumerado son las habituales, que se originan en el hueso sano como resultado de un traumatismo directo o indirecto cuya fuerza vence la resistencia del hueso; y se pueden clasificar en fracturas de alta y fracturas de baja energía. Pero, por otro lado, están las lesiones producidas por estrés: sucede por traumas repetidos de baja energía, que por sí solos no podrían causar fractura. Deben existir, para que ocurran, antecedentes; y el paciente suele referir molestias previas. Son típicas en los atletas cuando cambian de calzado o de terreno, en militares que realizan largas marchas o en trabajadores que experimentan un aumento brusco en cargas de trabajo", describe el doctor.

1. Brazo. "Representa casi la mitad de los huesos rotos en adultos", dicen. Las del antebrazo son las segundas más frecuentes en los niños. "La mayoría se produce por traumatismo directo (normalmente accidentes de coche) o caídas con el brazo estirado".

2. Tobillo. Esta zona se divide en fracturas del pilón tibial (el tercio distal de la tibia que llega hasta la parte articular del tobillo) y bimaleolares (cuando se lesiona en el tobillo la tibia y/o el peroné distales). "Suelen estar causadas por tropiezos o caídas con rotación de la pierna, una lesión deportiva o un accidente automovilístico. También por caídas desde lugares altos".

3. Pie. Esta extremidad, de la que dependemos tanto para nuestras actividades diarias, contiene 26 huesos y protagoniza la mayoría de las fracturas óseas junto con el brazo. "En los niños tiene más importancia que en los adultos, ya que si la fractura involucra a los extremos del hueso podría afectar a la placa de crecimiento, una región metabólicamente. La buena noticia es que aunque sea un riesgo que solo afecta a sujetos en edad de crecimiento, rara vez representa un problema real", explican los especialistas.

4. Mano. Se compone de 27 huesos, uno más que los del pie. Caídas, mal uso de herramientas y los deportes suelen ser las razones de su fractura. Le seguirían, en frecuencia, los dedos de las manos.

5. Pierna. "Puede implicar una fractura de fémur, tibia, peroné o de la rótula. El fémur [hueso del muslo] es un hueso muy duro, por eso es necesaria mucha fuerza para fracturarlo en personas sanas. La rotura suele producirse durante un traumatismo de alto impacto, especialmente en accidentes de tráfico, accidentes en fábricas o caídas de lugares altos. Si un golpe o caída de bajo impacto causa la fractura del fémur, podría ser un signo de que este se ha debilitado por una enfermedad, como la osteoporosis o el cáncer", cuentan los especialistas. Con la tibia (hueso de la parte baja de la pierna), es otra historia. De hecho, entre todos los de gran longitud, es el más propenso a la fractura entre los infantes. "Además, entre el 75% y el 85% de los pacientes con fracturas de tibia suelen tener asociada una fractura del peroné, el hueso delgado de la región externa de la parte inferior de la pierna".

6. Nariz. Es una rotura en el hueso o cartílago sobre el puente nasal, en la pared lateral o en el tabique, estructura que divide las fosas nasales. Es la más común de la cara. "Por lo general, se presenta junto con otras fracturas faciales. Y suele producirse como consecuencia de peleas, contacto durante la actividad deportiva y accidentes de coche o moto".

Aprenda a minimizar lesiones óseas

Tal y como reconoce el Instituto Nacional de Artritis, Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de EE UU, los huesos nos dan soporte y nos permiten movernos, protegen el cerebro, el corazón y otros huesos de posibles lesiones. "Además, almacenan minerales tales como el calcio y el fósforo, que nos ayudan a mantenerlos fuertes y son liberados a otros órganos cuando se necesita", continúa.Existen muchas medidas que pueden ayudarnos a que estas fracturas comunes no sucedan, amén de la precaución en los movimientos. "Conviene consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D (tomar el sol también contribuye), hacer ejercicio y tener hábitos de vida saludables", insiste la institución. Según un estudio publicado en el Proceedings of the National Academy of the United States of America, la vitamina K (presente en leche, yogures, ternera, pollo, cordero, albahaca, ajos, coles, espárragos o higos) es fundamental para mantener una buena masa ósea. "La pérdida de la misma y el consecuente aumento del riesgo de fracturas puede deberse también a la carencia de una proteína llamada osteocalcina", continúa el estudio. En sus conclusiones, los investigadores del Instituto Rensselaer Polytechnic plantean que para mejorar la eficacia de los tratamientos contra la osteoporosis se debe tener en cuenta este aporte, en cuya metabolización influye principalmente la vitamina K.

Hay que valorar también que ciertos fármacos, según la Fundación de Osteoporosis de EE UU, causan pérdida de masa ósea, como los antidepresivos de última generación (como el Prozac) o los quimioterápicos. Por el contrario, y tal como demuestra un trabajo publicado en BMC Medicine, la práctica de ejercicio regular la fortalece.

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