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El proyecto Hildegart

La Linterna Sorda recupera ‘Aurora de sangre’, extenso reportaje de Eduardo de Guzmán sobre la truculenta historia de Aurora Rodríguez

Amparo Soler Leal encarnó a Aurora Rodríguez en ‘Mi hija Hildegart’, de Fernando Fernán Gómez.
Amparo Soler Leal encarnó a Aurora Rodríguez en ‘Mi hija Hildegart’, de Fernando Fernán Gómez.

En algún momento de la madrugada del 9 de junio de 1933, en su piso de la madrileña calle de Galileo, Aurora Rodríguez le descerrajó cuatro tiros a su hija Hildegart mientras la joven –aún no había cumplido los 19– dormía. La historia, de por sí truculenta, supera el dramatismo si tenemos en cuenta que Hildegart había sido concebida con un propósito experimental: demostrar que una correcta selección genética unida a una educación esmerada derivarían en una evolución positiva para el ser humano.

Cuando fue sacrificada en aras de la eugenesia –o, más bien, de la locura materna–, Hildegart era una mujer excepcional: precoz desde su más tierna infancia, se licenció en Derecho con tan solo 17 años y, después, simultaneó los estudios de Medicina con los de Filosofía y Letras; había escrito ya 15 libros y numerosos artículos periodísticos; era una destacada militante anarquista y se encontraba en la vanguardia del movimiento feminista. Era, además, una intelectual de prestigio en los círculos médicos europeos más avanzados en materia de sexología. En 1930 Hildegart era sinónimo de revolución sexual.

Pasión de madre

Aurora de sangre. Vida y muerte de Hildegart es un extenso reportaje que recupera ahora La Linterna Sorda. El periodista Eduardo de Guzmán tuvo la oportunidad de conocer a las protagonistas y de entrevistar detenidamente a la madre en la cárcel. La historia fue llevada al cine por Fernando Fernán Gómez (1977) y al teatro por Fernando Arrabal (1986).

A medio camino entre el doctor Frankenstein y el mítico Pigmalión, Aurora Rodríguez sustentó toda su vida en función, más que de su hija, de su proyecto Hildegart. Tremenda y cruel contradicción, la de pretender educar a una criatura para que sea libre, cortándole las alas en el momento en que echa a volar. Porque su decisión de quitarle la vida se hizo firme cuando la hija manifestó su propósito de independizarse, de seguir su carrera en el extranjero, despegándose así de una madre absorbente y posesiva hasta lo enfermizo: su historia clínica fue desvelada en 1987 por el (anti)psiquiatra Guillermo Rendueles en El manuscrito encontrado en Ciempozuelos.

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