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Columna
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Henry Cole, raíces y ramas

Asistimos en su música al alegre reencuentro del rítmo que trajeron los esclavos negros al Caribe con el estilo creado en pleno siglo XX

Puerto Rico es el epicentro navideño del Caribe. Las fiestas comienzan con el fin de semana de Acción de Gracias, a fines de noviembre, y terminan a comienzos de febrero con las Octavitas. Estas son una implosión sostenida producto, como muchas otras intensidades boricuas, de un talento para la creación y el mantenimiento de tradiciones culturales que en casi todos los casos incluyen la música. En este fervor navideño, el municipio de San Juan nos ha regalado un concierto en la plaza Colón con Henry Cole y su Afro Beat Collective.

En los últimos 15 años, el afro beat se ha convertido en un comodín que no se ha gastado en antros y festivales del mundo entero porque un extraño milagro ha prevenido que el mainstream lo absorba. Pero la propuesta de Cole, estrella emergente de la batería jazzística puertorriqueña, no es la variación de un lugar común. Cole reinventa el afro beat desde una perspectiva isleña y contemporánea, bombardeando el paseo ceremonial funk que popularizara Fela Kuti con motivos sacados del punk, la música electrónica bailable, el folclore latinoamericano y ritmos afro-puertorriqueños como la bomba y la plena.

Asistimos en la música de Cole al alegre reencuentro de la sensibilidad rítmica que trajeron los esclavos negros al Caribe con el referente de un estilo creado en pleno siglo XX, en la misma costa del desarraigo de los primeros. Este afán por la actualidad de lo antiguo posee la necesaria marca de una resistencia y vigencia cultural de la que el puertorriqueño puede hacer alarde. Henry Cole, como el título de su disco advierte, Roots Before Branches (Raíces antes que ramas), sabe de dónde viene y, por ende, hacia dónde va.

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