Por qué mi amigo es tan 'bocachancla'
¿Hay solución para esas personas que al segundo publican a los cuatros vientos una confidencia?
Dejando de lado a aquellos más retorcidos que lo hacen con oscuros propósitos, todos hemos coincidido con un amigo o familiar al que no se le puede contar nada porque lo suelta al segundo, y sin consideraciones. Ni Twitter ni un periódico, oiga. Siempre nos hemos preguntado si detrás de ese bocachanclismo había segundas intenciones, al igual que hemos escuchado esas disculpas de “se me escapó”, “no me di cuenta” o lo “hice sin mala intención”. Pero, realmente, ¿qué mueve a estos incontinentes verbales? ¿Lo hacen a propósito o no pueden evitarlo? ¿Es genético o social?
El doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), explica que normalmente en estas conductas “no hay una sola causa ni un solo tipo de persona”. Por ello, establece tres perfiles tipo y comunes de incontinentes verbales (o bocachanclas) que lo hacen sin premeditación. Y no, no hablamos de aquellos a los que un par de veces se les escapó una confidencia por casualidad, ignorancia o una copa de más, sino de esos otros que parece que lo llevan de serie.
El primer perfil sería el del hipertímico (de hipertimia: trastorno de ánimo causado por un exceso de euforia), aquellas personas hiperactivas y verborreicas que no saben controlarse. “Son como los bipolares, pero más suave. Normalmente, son personas muy activas, que no paran ni un segundo, se meten en todos los negocios, duermen poco, compran todo y son muy habladores. Tienen una verborrea continua. Y hablan de más. No lo hacen con mala intención, pero lo que les ocurre es que no tienen control sobre lo que dicen y por ese motivo es fácil que digan cosas que no deben”, define el psiquiatra.
El segundo perfil lo conformarían las personas que simplemente hablan mucho, sin responder a una enfermedad psiquiátrica. Al no cesar de hablar, el riesgo de soltar confidencias ajenas es mayor. “Igual que hay personas calladas, hay otras que no paran. Son esas que, por ejemplo, están dos horas al teléfono hablando sobre cualquier tontería y cuentan cosas que no querían porque se les escapa".
Y por último, López Rodríguez identifica un tercer grupo más interesante desde el punto de vista psiquiátrico, aquellos que usan los secretos de los demás para autovalorarse. "Son quienes buscan valoración por los secretos que atesoran. Es como si nos dijeran: 'Mira, yo tengo información privilegiada, y eso me da valor'. Es gente insegura que busca la reafirmación", agrega.
Cuatro consejos básicos para combatir el 'bocachanclismo'
1. Piense antes de hablar. Intente que el pensamiento lógico y racional maneje su conducta.
2. Frene su impulsividad asociada a la verborrea.
3. Cuente hasta 10 antes de abrir la boca.
4. En casos muy extremos, recuerde el principio de Pareto: solo el 20 % de lo que decimos suele mejorar el silencio.
¿Hay solución? “Son tipos de personas de las que uno nunca se puede fiar, porque para ellos es prácticamente imposible frenarse. Se les identifica muy fácilmente”, señala el psiquiatra. Por eso, se muestra escéptico con la posibilidad de rehabilitarlos. “Sobre todo cuando no quieren cambiar. No lo ven como un problema. Es más, creo que la solución está en los demás, en que no les contemos nada”, asevera el doctor López Rodríguez.
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