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Que no falten rábanos y berenjenas en su cesta de la compra de junio

El culto a los productos estacionales potenciado por cocineros y feligreses de lo orgánico ha devuelto el lustre al calendario natural

Cesta de temporada de junio.
Cesta de temporada de junio.MONTSE LÓPEZ

1. Breva

El primer retoño de la higuera (el higo viene después, en agosto y septiembre), tiene fama de calórico, pero no lo es mucho más que una manzana o una naranja (tiene unas 65 calorías por cada 100 gramos). Se acompaña bien de queso.

2. Boquerón

De la misma familia que las sardinas, ambos comparten las propiedades salutíferas del pescado azul: ayudan a disminuir el colesterol y los triglicéridos. Recién pescado, su lomo es azulado o verdoso, y se vuelve negro con el tiempo.

3. Berenjena

Diurética, aporta solo 17 calorías por cada 100 gramos. En la piel residen sus propiedades antioxidantes. Escoja las de cáscara lisa y brillante. Son más sabrosas cuanto más firmes y si tienen de 5 a 8 centímetros de diámetro.

4. Rábano

Defenestrado durante años por soso y apático, ha recuperado su orgullo como eliminador de desechos y toxinas. También combate los trastornos digestivos. Cuando están pasados se vuelven blandos, huecos y secos.

La frase más escuchada en cualquier reunión de dos o más personas (da igual la hora del día): “Los tomates no saben a nada”. Como cuenta a BuenaVida Juanjo López Bedmar, señor del restaurante madrileño La Tasquita de Enfrente, “desde hace 15 años lucho y apuesto por los productos de temporada y en los últimos tiempos se ha vuelto a valorar eso, la estacionalidad, aunque con bastante desconocimiento. Hay productos que están todo el año porque provienen de 20.000 lugares distintos, pero no es lo mismo, no saben igual, ni tienen la misma textura… Hay un gran público al que le da igual”. Para Paco Morales, chef de Al Trapo (y ex del Hotel Ferrero), “por supuesto que existen los ciclos naturales en los productos, pero hoy, desgraciadamente y gracias a los lineales en las grandes superficies, hacen que la mayoría de la gente no tenga idea de la temporalidad de nuestras verduras y frutas”.

La internalización (llámese globalización) supone que, por ejemplo, podamos llenar la cesta de la compra de algas japonesas, bien; pero también que agasajemos en nuestra casa, a los invitados de domingo con un melón de postre en pleno mes de febrero, algo que nuestros abuelos nunca llegarían a comprender. También los avances en las técnicas agrícolas y en la distribución han hecho de las suyas.

Pero culinariamente hablando nada es comparable a degustar un producto en su lozanía, en su edad más suculenta y en su momento (y, además, su precio es más económico). Mario Sandoval, una estrella Michelin por su restaurante Coque y chef de Columbus (Casino Gran Madrid) es rotundo: “Es el futuro, cada vez la gente tiene más conciencia del producto de temporada: es más económico, más rico, más sano y con más sabor. Si quieres un tomate en el mes de febrero, no sabe a nada. No todo el año hay que comer tomates... Yo concibo así la cocina de calidad”. Disfrutemos de un mes de junio reluciente de bonito del norte, de berenjenas pletóricas, de sardinas y boquerones exultantes, de flagrantes brevas, de tímidos pero orgullosos rábanos... No se preocupen por los tomates, que ya están a punto.

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