Inmunológica
El coraje del pueblo de Tierra Caliente es el sistema de defensa de la dignidad humana
Ante un antígeno que busca vivir a costa nuestra, el cuerpo activa un sistema que combate y destruye esos organismos evitando la enfermedad. Esta batalla es librada por varias células que logran, en una operación compleja y conjunta, defender la dignidad de nuestros tejidos.
Hasta hace poco, la medicina oficial no consideraba efectivo estimular el sistema inmune para luchar contra ciertas enfermedades; sin embargo, en los últimos años se han hecho descubrimientos sobre el comportamiento de los leucocitos que han permitido desarrollar fármacos que capacitan a estas células defensivas para detectar el camuflaje de las células tumorales y atacarlas. Esta terapia se une a muchas otras que se apoyan en la maravillosa capacidad que tiene el ser humano para curarse.
Lo que ocurre con las autodefensas en Tierra Caliente (México) es la reacción natural de un pueblo que ante el avance de un mal social, por el que muchos ya lo habían desahuciado, ha decidido sanarse a sí mismo. Todo el mundo tiene una opinión sobre estas gentes armadas, que si están patrocinadas por otros carteles, que si degenerarán en grupos paramilitares, incluso hay algunos que reclaman el mérito de haber profetizado su advenimiento, como si este no fuese inevitable.
Los abusos cometidos por los narcotraficantes de la región y el placebo con el que un Gobierno contaminado ha simulado combatirlos han producido en este cuerpo, abatido por el terror y la humillación, la reacción biológica correspondiente. El coraje no necesita de patrocinadores, pues es el sistema inmune de la dignidad humana.
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