_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sobre arte

La silla eléctrica de Warhol, fabricada en 1930, fue subastada en Madrid en 1999 y un coleccionista amigo me hizo el honor de dejarme sentar en ella

Manuel Vicent

Cuando se cerró la prisión de Alcatraz, situada en la bahía de San Francisco, uno de los chicos de Andy Warhol adquirió su silla eléctrica para llevarla a la Factoría donde, al cambiar de alma, quedó convertida en un objeto de pop-art. Warhol la reprodujo en muchos cuadros y serigrafías como alegato contra la pena de muerte sin dejar de jugar a ser un frívolo malvado y divertido, que a veces se sentaba en ella para ver películas de terror. Por su parte, la cantante Nico y Roman Polanski comprobaron su eficacia utilizándola como plancha para freír un filete, que a continuación se zamparon. Este experimento culinario pasa por ser el primer ensayo de la nueva cocina, frente al cual las cosas que Ferran Adrià expone en la feria de Arco quedan en pura antigualla. Hubo un momento en que en Estados Unidos se consideró que la horca era un método demasiado infame para acabar con la vida de un condenado, y en 1890 fue sustituida por esta silla de hierro a la que se aplicó la corriente eléctrica alterna, que acababa de descubrir el señor Harold P. Brown, un empleado de Thomas Edison. Sentados en esa silla fueron achicharrados famosos criminales y muchos inocentes, pero a su vez este arte de matar fue cayendo en desuso a medida que se puso de moda la cámara de gas. La ventaja de la cámara de gas consiste en que es el propio reo quien se ejecuta, puesto que, dentro de ella, si no respiras, no mueres. De hecho, fuera de la cámara de gas, también es la respiración la que nos mata. El oxígeno del aire, cuanto más puro más mortífero, va quemando las células hasta convertir nuestra carne en ceniza. La silla eléctrica de Warhol, fabricada en 1930, fue subastada en Madrid en 1999 y un coleccionista amigo me hizo el honor de dejarme sentar en ella. No se puede decir que no fuera amplia y cómoda. Si la esencia de una escultura estriba en despertar a través de la forma el alma que duerme en el fondo de la materia, la silla eléctrica como pop-art me transmitió la sensación de que aún estaba llena de energía. Sentado con los pies en su estribo de hierro, atado con correas al respaldo, sin electrodos en la sien y con las manos libres para seguir tomando un whisky, descubrí que frente a cualquier futuro de terror, incluso la vida más vil es un regalo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_