Tiempo al tiempo
Un fotógrafo visita las aulas de la Biblioteca Miguel en Shanghái y se tropieza con esto, que acaba ilustrando una información sobre las dificultades de enseñar español en China.
También es mala suerte. Resulta que un fotógrafo visita las aulas de la Biblioteca Miguel de Cervantes en Shanghái, se tropieza con esto y lo fotografía, claro. Luego la foto da las vueltas que da y acaba ilustrando una información de este mismo periódico sobre las dificultades de enseñar español en China. En la medida en que la foto habla, como habla el texto, podríamos pensar que hubo en la elección de la imagen un gesto irónico por parte de quien compuso la noticia, como si nos intentara decir: vean ustedes lo que enseñamos de nosotros por ahí fuera.
Siempre nos hemos preguntado si la expansión del castellano debe llevarse a cabo a base de montar escuelas de idiomas parecidas a las de corte y confección de antaño, o si deberíamos aspirar a mostrar, junto a la lengua, las manifestaciones culturales que le son inherentes. Pero no nos hemos respondido jamás.
–Este año tenemos un 10% más de alumnos que el pasado –te dice, con orgullo, un responsable.
Y tú le das la enhorabuena por educación, cuando sabes que no se trata de eso, o no solo de eso. De hecho, llevamos años escuchando la cantinela de que el interés por el español crece y crece de forma desmesurada por el mundo sin que nosotros, usted y yo, veamos los resultados de ese crecimiento. Al tropezarte con fotografías como esta, tomada donde se indica más arriba, uno se hace cargo del significado de crecer para nuestras autoridades. Ahí tienen a los chinos, aprendiendo español del bueno y cultura española de la buena. A este paso cazamos al inglés. Tiempo al tiempo.
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