Victorias pírricas
En El País Semanal 1.932 se recoge la carta de un lector, Patalear en voz alta, en la que fustiga “la lamentable manera de hablar y escribir” de casi todos los políticos y muchos periodistas. No podría estar más de acuerdo, pero hay que decir que el corrector de estilo de El País, o quien corresponda, debe de haber librado el citado fin de semana porque en la misma revista he cazado hasta dos gazapos de cierta consideración, a saber:
En el artículo La princesa del sitar sobre Anoushka Shankar, se cita a su “hermanastra Norah Jones”. Sin embargo, y al menos según los diccionarios que yo manejo, el término no es aplicable a las artistas citadas, hijas de diferentes madres, pero del mismo padre, y por tanto, hermanas.
En Las siete vidas de Charlie Sheen se dice que la recuperación del actor tras sus problemas con las drogas, alcohol, etcétera, es “una victoria tan pírrica como increíble”. Vamos a ver: la expresión victoria pírrica proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el coste de miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”. Por tanto, victoria pírrica es aquella que se consigue con muchas pérdidas en el bando vencedor, de modo que aun tal victoria puede terminar siendo desfavorable para dicho bando. Se emplea también, con tanta frecuencia como incorrección, para referirse a una victoria trabajosa, apurada, por corto margen. El sentido que el autor del artículo sobre Charlie Sheen parece querer darle a tal expresión, la verdad es que se me escapa.
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