Comienzo conflictivo
Confusión y tensiones en el arranque de un curso escolar marcado por los recortes
Los alumnos llegan puntuales a las aulas, pero no hay profesor. El retraso en la adjudicación de plazas en la Comunidad de Madrid está en el origen de esta escena que se ha repetido en diferentes colegios y que solo es una muestra puntual de los desajustes que se han producido en el inicio del nuevo curso, marcado por los recortes y el debate de la reforma educativa. Los docentes se preparan para afrontar las consecuencias de dos años de restricciones en los que el presupuesto público se ha reducido en más de 6.000 millones.
Las tensiones sufridas en el sistema educativo se resumen en estos datos significativos: el curso que ahora comienza tiene 22.600 profesores menos que hace dos años, mientras que el número de alumnos se ha incrementado en 191.000. No es el único problema. Sobre las familias está cayendo estos días otra consecuencia de las políticas de austeridad: la partida que el Ministerio de Educación destinaba a subvencionar la compra de libros de texto se ha reducido en un 47%, lo que ha dejado sin esas ayudas a 578.000 alumnos, perjudicados también por los recortes en las partidas destinadas a este fin por las comunidades autónomas. No hay información sobre la cuantía de estos últimos ajustes. El ahorro en la partida ministerial es de 64 millones de euros, pero sus efectos se extienden por todas partes, porque repercuten en más de la mitad de las familias que percibían esta ayuda.
La nueva política de becas ha abierto otro frente de descontento. Pese a los intentos del ministro de Educación de minimizar las consecuencias de los cambios, el propio José Ignacio Wert ha reconocido que al menos 10.000 alumnos se quedarán este año sin beca por no cumplir los nuevos requisitos de nota mínima establecidos, a los que hay que añadir otros muchos que perderán parte de las ayudas que recibían. En cuanto a otros conflictos más localizados, hay que añadir la huelga en la enseñanza pública de Baleares contra la reforma educativa emprendida por el Gobierno autónomo para implantar un modelo trilingüe que reduce el uso del catalán en la escuela.
Mientras tanto, la reforma educativa promovida por Wert sigue su tramitación parlamentaria sin que el ministro se avenga a considerar ninguna de las enmiendas relevantes formuladas por la oposición. En este contexto, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha convocado una nueva huelga general para el próximo 24 de octubre, en protesta contra los recortes y la reforma.
Lejos de mostrarse dialogante y atender las preocupaciones de profesores y asociaciones de padres, el ministro ha calificado la huelga de “política” y ha contribuido a aumentar la tensión al decir que, en comparación con la conflictividad que hay en otros países, la que él tiene que afrontar es como “una fiesta de cumpleaños”. Una nueva salidad de tono del ministro.
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