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La Gala del Met viste al ‘punk’ de glamour

Los invitados a la fiesta de la moda más importante rinden su particular homenaje al movimiento musical y estético sin caer en la parodia

Eva Saiz
La cantante Beyonce a su llegada al Museo Metropolitano de Nueva York.
La cantante Beyonce a su llegada al Museo Metropolitano de Nueva York. LUCAS JACKSON (REUTERS)

Si la presión a la hora de vestirse para cualquier alfombra roja siempre es considerable, la que pesa sobre los asistentes a la Gala del MET(el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York) es máxima. El acontecimiento está considerado como los Oscar de la moda. Allí, la lista de los mejor vestidos está dominada por el estilo, más allá de la fama o la popularidad de las estrellas invitadas. Este año, el evento pretendía ser un homenaje al punk, el tema de la exposición que se inaugura en el museo el próximo 9 de mayo, un movimiento que surgió como una refutación del exceso y que, de antemano, no parecía la mejor inspiración para la autocracia del glamour que este lunes por la noche se dio cita en la Quinta Avenida de Nueva York.

Las estrellas resolvieron esa dicotomía entre la rebeldía punk y la elegancia obligada de la gala optando, en general, por atuendos poco arriesgados. Los cantantes, los actores, los diseñadores o las modelos respetaron la temática de la gala -con concesiones a las sombras ahumadas en los ojos, labios de tonos marcados, peinados con un tupé, en un remedo de cresta mohicano o tachuelas, apenas cuadros, imperdibles o collares de perro-, pero sin caer en la parodia.

La actriz Sarah Jessica Parker en la Gala del MET.
La actriz Sarah Jessica Parker en la Gala del MET.Dimitrios Kambouris (AFP)

Hubo excepciones más arriesgadas, como la apuesta de Sarah Jessica Parker, con un vestido estampado y un tocado imitando a las crestas de la estética punk; Miley Cyrus, con pelos de punta y una malla de brillos negros de Marc Jacobs -“Me siento como Morticia de la Familia Adams”, reconoció-, Katy Perry, con un vestido con la imagen de un icono griego y una corona, todo de Dolce & Gabanna, o Marc Jacobs, con un traje de topos blancos de  Comme des Garçons que es la firma que siempre viste ( el año pasado se puso para esta misma gala un vestido de encajemuy comentadi). “Nada que ver con el punk”, aseguró el diseñador, en la declaración de intenciones más subversiva y más punk de la noche.

Una de las incógnitas de la gala era comprobar cómo solventaba el reto de homenajear al punk, Beyonce Knowles, la presidenta de honor de la gala y en las antípodas de la la imagen de Nancy Spungen. La cantante sorprendió con un corpiño, guantes por encima de los codos y una falda con abertura lateral y cola negra estampada con tonos fuego, a juego con unas botas por encima de la rodilla. Un cinturón con tachuelas fue su guiño más claro al punk. Un look de Givenchy por Ricardo Tisci. Muchas fueron las invitadas que eligieron a este diseñador como  Kim Kardashian, Madonna y Amanda Seyfried, que lleva un vestido de alta costura de Givenchy, no vintage.

Otra de las personalidades más buscadas fue Anna Wintour. La editora de Vogue, encargada de organizar la gala del MET desde hace 16 años, optó por un vestido recto de estampados florales en tonos rosas de Chanel. “Me han dicho que el rosa es el color punk y por eso lo he escogido”, aseguró Wintour. Es el mismo motivo que ofreció Gwyneth Paltrow para justificar su elección de un Valentino de ese mismo tono.

A falta de una estética espontáneamente rebelde, los invitados se dedicaron a repasar sus etapas vitales de inmersión en el punk. “Yo no he tenido fases punk, soy definitivamente una punk”, aseguró la actriz Rooney Mara, enfundada en un vestido blanco de Givenchy, diseñado por su director creativo, Ricardo Tisci. El diseñador es comisario de la exposición del MET y defendió el punk como “una actitud más que una estética”.

La mayoría de los asistentes hicieron referencias obligadas a la música de The Clash, Los Ramones o The Sex Pistols, con los que crecieron Stella McCartney -ni una mención a los Beatles- o Chloë Sevigny, según ellas mismas confesaron. También se colaron cuestionables alusiones a Avril Lavigne o Green Day, por parte de los asistentes más jóvenes. Los invitados, eminentemente anglosajones, recordaron la importancia del CBGB, el antro neoyorquino donde se gestó el punk norteamericano, o de Kings Road, la calle de Londres que vio emerger el movimiento en Reino Unido, pero olvidaron que el punk nació en Lima, Perú, en 1964, de la mano del cuarteto Los Saicos.

Anna Wintour con un vestido de Chanel.
Anna Wintour con un vestido de Chanel.Charles Sykes (Charles Sykes/Invision/AP)

Las que no necesitaron desentrañar las esencias del punk fueron Vivianne Westwood, una de las responsables de su estética, o la líder de Blondie, Debbie Harris. Dos de los iconos por excelencia del movimiento iconoclasta por excelencia no tuvieron que hacer esfuerzos aparentes para homenajear al género y a la subcultura que lo acompaña. Harris optó por una chaqueta y un vestido largo negro de Tommy Hilfiger y Westwood, con su pelo naranja, destacó su única joya: una foto del soldado Bradley Manning, responsable de la filtración de los papeles de Wikileaks, prendida de un imperdible. La diseñadora pidió su puesta en libertad.

Pedro Almodóvar, uno de los pioneros del punk en España durante los años de la Movida, también se paseó por la alfombra roja del MET vestido de Givenchy y acompañado por Amanda Seyfried, vestida con un modelo vintage de la misma firma.

La actriz Kate Mara ( de House of Cards) fue vestida con un traje a medida de Delpozo. Entre los invitados a la cita estaba el diseñador español Josep Font.

En la gala del MET de este año las estrellas se esforzaron por rendir su particular homenaje al punk sin traicionar el glamour que exige el evento. La apuesta de Wintour por revisar la estética de ese movimiento corría el riesgo de convertir la alfombra roja más importante de la moda en una fiesta de disfraces. Muchos de los asistentes se sirvieron del punk, como una excusa, no como una estética y, mucho menos, como una actitud, como preconiza Tisci. Pocos sacudieron la Casbah.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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