Medios oficiales marroquíes se inventan la muerte de un joven en Melilla
La agencia oficial y las televisiones airean la falsa noticia de que la Guardia Civil mató a un menor musulmán en los incidentes de esta semana.- Su difusión se produce días después de la muerte de un adolescente saharaui a manos del Ejército marroquí
Varios medios de comunicación marroquíes llevan desde el viernes por la noche difundiendo una noticia falsa: la muerte en Melilla de Younes, un adolescente de 16 años musulmán. La agencia nacional (y oficial) de noticias del país vecino, cuyo director es nombrado por el Rey, emitió una información relatando que el joven había muerto por el impacto de un pelotazo de goma disparado a bocajarro por un guardia civil español en medio de los disturbios que asolaban la "ciudad ocupada". La noticia, que alude como fuentes a varios "medios de comunicación", sin precisar cuáles, está aún colgada en su página web. En su versión en castellano, en lugar de por una pelota de goma se dice que murió de un impacto de bala. Los informativos de televisión se han hecho eco de la noticia y la han llevado a los hogares marroquíes. Pero es falsa.
El Ministerio del Interior, la Delegación del Gobierno y el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, han desmentido que ningún joven, niño o adulto haya muerto a manos de las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles. Ninguna familia ha comunicado la muerte de uno de sus miembros a manos de un guardia civil. No hay ningún testigo ni rastro del fallecido, cuyo cadáver, según el MAP, fue llevado por la Guardia Civil a un lugar "desconocido". El inexistente Younes es una invención que se parece mucho a una trágica realidad, la del adolescente saharaui Nayem Elgarhi , muerto por los disparos de militares marroquíes el domingo pasado. Según fuentes diplomáticas españolas e intelectuales saharauis, la difusión de esta noticia podría intentar crear un paralelismo entre Melilla y el Sáhara en un momento en el que Marruecos se enfrenta a la mayor protesta saharaui desde 1975, cuando España entregó el territorio al país vecino.
El martes, dos días después de la muerte del adolescente saharaui, empezaron a producirse una serie de aparatosos altercados en Melilla. Contenedores ardiendo, chavales musulmanes tirando piedras a la policía en tres barrios pobres de la ciudad... Los disturbios supuestamente habían comenzado porque los jóvenes de origen marroquí estaban en desacuerdo con los últimos planes de empleo, y fueron extensamente cubiertos por los medios de comunicación del reino alauí. Una cadena marroquí solicitó a una televisión local de Melilla, Cablemel, imágenes de lo que estaba sucediendo en los barrios de La Cañada de Hidum, Montecristina y Cabrerizas. Era la primera vez que les pedían material. El interés de la prensa del país vecino por estos hechos era máximo.
¿Ha sido una protesta espontánea? El portavoz de las personas que se quejaban por los planes de empleo ha sido Yusef Kaddur, representante de los comerciantes musulmanes, que tuvo un papel relevante el pasado verano durante los conflictos en la frontera de Beni Enzar, organizados por asociaciones civiles marroquíes que contaron con el apoyo de la policía de su país. Los mismos que montaron el lío de verano afirman ahora que los disturbios de esta semana en Melilla están "organizados". Así lo asegura Said Chramti, de la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos y uno de los dos principales agitadores de la frontera en agosto. "Basta el click de envío de un correo electrónico para que alguien provoque algo así". Tenga razón o no, lo cierto es que el barrio de La Cañada de Hidum, donde comenzaron los altercados, es de una pobreza extrema y fácilmente agitable.
El viernes por la noche apareció la noticia del supuesto joven muerto en Melilla en la web de la agencia oficial marroquí. El teletipo era muy confuso. Decía que "varios medios de comunicación" habían informado de la muerte de Younes y que "las fuerzas del orden" habían llevado el cadáver a un "destino desconocido". Se insistía además en la tesis de que los jóvenes que protestaban eran de origen marroquí y que no solo lo hacían por los planes de empleo sino porque se sentían "discriminados" por los españoles.
La difusión de la noticia falsa sobre el joven muerto coincide, en todo caso, con la real del joven saharaui Nayem Elgarhi, lo que ha provocado que en El Aaiún se acrecienten las sospechas de que ambas cuestiones puedan estar relacionadas. A 15 kilómetros al este de El Aaiún unas 20.000 personas acampan en Agdaym Izik desde hace tres semanas para exigir una vivienda y un puesto de trabajo y denunciar de paso el "expolio" que supuestamente hace Marruecos de las riquezas del Sáhara.
Además de la extensa cobertura del MAP sobre los altercados en Melilla, de la que llega a decir que se encuentra prácticamente en "estado de sitio", hay otra información de la agencia oficial de noticias que también acusa a España. El teletipo asegura que la policía de Ceuta hostigó a una periodista de radio marroquí que quería hacer un reportaje en la ciudad autónoma y afirma que se ha violado "la libertad de prensa". Se trata, casualmente, de la misma queja que durante los últimos días han vertido los medios de comunicación contra Marruecos, cuyo Gobierno ha puesto trabas a los periodistas para viajar al Sáhara y no les permite acceder al campamento en el que se lleva a cabo la protesta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.