Trinidad Jiménez recibe la visita de su homólogo marroquí

Apenas ha tenido tiempo de sacarle brillo a su nueva cartera ministerial y ya tiene que enfrentarse a su primer encuentro de envergadura: la recién investida ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, recibe este miércoles la visita de homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri.

Jiménez no lo tiene fácil, ya que debe jugar sus cartas en un circo de tres pistas: la reciente muerte del joven saharahui a manos del ejército marroquí no hace sino recrudecer un conflicto en el que España no termina de posicionarse, al menos de manera oficial.

Las relaciones económicas con el país vecino, cada vez más competitivo, las afronta nuestro Gobierno con tacto de cirujano, y no es para menos: los recientes tratados internacionales de libre cambio y el portentoso nuevo puerto de Tánger convierten al país árabe en un serio oponente para España.

La atención del tercer foco la acaparan los recientes disturbios en la frontera melillense, un capítulo más del ya histórico conflicto en torno a Ceuta y Melilla, dos ciudades que aún hoy Marruecos reclama para sí, con más fruición si cabe cada vez que resucita el debate entre ambos gobiernos.