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Madrid y Asturias son las únicas comunidades donde aumenta el abandono escolar mientras el conjunto de España registra una bajada histórica

Los expertos apuntan, en el caso madrileño, a la insuficiente oferta de plazas de FP y a decisiones adoptadas por el Ejecutivo regional durante la pandemia, como las clases semipresenciales y el mantenimiento de actividades que ofrecen empleos poco cualificados, como la hostelería

Una clase en un instituto de Valencia, en diciembre.
Una clase en un instituto de Valencia, en diciembre.Mònica Torres

Las históricas cifras de abandono escolar temprano, que se redujo en España a la cifra más baja desde que hay registros, el 13,3%, tienen dos excepciones: Comunidad de Madrid y Asturias, los únicos territorios donde el año pasado creció la proporción de personas de 18 a 24 años que dejan los estudios sin haber conseguido al menos un título de FP o el Bachillerato. En Madrid, la tasa aumentó del 10% al 10,7%, y en Asturias lo hizo del 8,9% al 11,8%. En el conjunto de España el descenso fue del 2,7%.

El profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Ismael Sanz, apunta dos factores para explicar por qué estas dos comunidades autónomas se han diferenciado del resto. “Cuando partes de una tasa de abandono baja, más cuesta continuar bajándola. Es verdad que otras que ya partían de niveles buenos, como País Vasco o Cantabria, lo han hecho, pero en general cuesta más porque a medida que desciendes te vas quedando más con colectivos sociales que requieren un esfuerzo importante, que hay que hacer, para conseguir reducir el abandono. Es lo que pasa también en el promedio de la Unión Europea”.

El segundo elemento, prosigue Sanz, específico de Madrid, es que es una de las comunidades donde miles de alumnos se quedaron sin poder matricularse en Formación Profesional por falta de plazas. “Esta puede ser una buena línea de inversión para el próximo curso, aprovechando la oportunidad que ofrece la FP y el buen momento de la educación en España: ampliar la oferta, sobre todo en los ciclos que tienen mayor inserción laboral”, añade Sanz, que fue director general de Innovación, Becas y Ayudas a la Educación de la Comunidad Madrid entre 2005 y 2019.

Jesús Rogero, profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, señala que el curso pasado los alumnos madrileños y asturianos tuvieron que ir al instituto en jornadas alternas a partir de tercero de la ESO, y que eso también pudo tener consecuencias: “Es un momento clave en la trayectoria educativa en el que se puede producir un desenganche por parte del alumnado más vulnerable”, afirma. Hubo otras 10 autonomías que ofrecieron clases semipresenciales el curso pasado. Pero los otros tres territorios que, como Madrid y Asturias, ya tenían una baja tasa de abandono temprano cuando se inició la pandemia, esto es, País Vaco, Cantabria y Navarra, ofrecieron clases 100% presenciales y han seguido mejorando su estadística durante la pandemia.

Un portavoz de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid considera que se trata de un dato ”circunstancial”. “Históricamente, la mejora de los datos de empleo ha tenido una leve repercusión en la tasa de abandono escolar”, añade. Este periódico intentó recabar sin éxito la opinión del Ejecutivo asturiano.

La secretaria de enseñanza de CC OO en Madrid, Isabel Galvín, considera, por su parte, que, en el caso de Madrid (cuyo alumnado representa el 14,9% del total de estudiantes de España, mientras el de Asturias supone el 1,6%), las políticas educativas autonómicas “están destinadas a seleccionar al alumnado” y no a fomentar “la compensación educativa para paliar las desigualdades de origen”.

Ángel Soler, investigador del Ivie y profesor de la Universidad de Valencia, subraya que el aumento del abandono ha sido pequeño (0,7%) en el caso madrileño. Y menciona para explicarlo otra de las reacciones de la administración autonómica ante la crisis de la covid. “El de Madrid ha sido uno de los Gobiernos que menos restricciones ha impuesto, con lo que ha habido más actividad, y [los jóvenes] han podido encontrar unas oportunidades de trabajo que en otras comunidades a lo mejor no han encontrado”. Especialmente en sectores que requieren mano de obra poco cualificada, como la hostelería. Otras comunidades cuya economía depende mucho de esta actividad y en general de la turística, que se ha visto muy mermada por la pandemia, han protagonizado los mayores descensos de la actividad: es el caso de Canarias, donde el abandono ha bajado del 18,2% al 11,8%, y de Baleares, donde lo ha hecho del 21,3% al 15,4%.

Economías distintas

Más allá de la pandemia, Soler hace una división que relaciona el mercado de trabajo de cada comunidad con el abandono educativo de sus jóvenes. Por un lado, los territorios que tienen más empleo para personas con poca cualificación, y que no han alcanzado el objetivo del 15% de abandono que la UE estableció que España debía cumplir en 2020: Andalucía (17,7%), Murcia (17,3%), Castilla-La Mancha (15,5%) y, pese a su gran mejora, Baleares.

En el otro extremo, Soler sitúa a la cornisa cantábrica, donde no solo se ha alcanzado esa meta nacional, sino la que se fijó para el conjunto de la Unión Europea, que fue del 10%: Navarra (9,1%), Galicia (8,1%), Cantabria (6,4%) y País Vasco (4,8%), aunque la Encuesta de Población Activa del INE, de donde provienen los datos de abandono, advierte de que hay que tomar con cuidado la información de Cantabria, La Rioja y Navarra porque la base de la encuesta (el número de personas que participan) es pequeña. También las de Ceuta y Melilla.

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