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Los colegios llegan a las Navidades con la peor situación sanitaria desde que reabrieron en septiembre de 2020

El temor a un confinamiento por brotes en la escuela dispara el absentismo antes de las vacaciones

Vacuna covid Comunidad Valenciana
Alumnos del colegio público Antonio Machado de Valencia, la semana pasada en el primer día de vacunación de los niños en centros escolares.Mònica Torres

Los colegios terminan el primer trimestre del curso en la situación más complicada desde que reabrieron en septiembre de 2020. Diciembre ha batido los récords de brotes escolares desde el principio de la pandemia, y estos, además, no están repartidos ahora entre todas las etapas educativas, sino que se concentran en infantil y primaria. Los institutos, gracias a la reciente vacunación de los adolescentes, están resistiendo mucho mejor la sexta ola. Parte de las familias, en proporciones muy diferentes según la comunidad autónoma y el centro de que se trate, han decidido en ese escenario no llevar a sus hijos a clase esta semana, adelantando las vacaciones (que empiezan entre mañana y el jueves) para evitar que un contagio o un confinamiento del grupo burbuja de última hora les obligue a pasar encerrados la Navidad. En algunos centros la invitación para que los alumnos adelanten las vacaciones o sigan las últimas clases por internet la ha realizado la propia dirección del colegio.

Algunas entidades, como el consejo de directores de colegios de primaria de Madrid, el Colegio de Médicos de Madrid y el sindicato de docentes catalán Ustec, han planteado adelantar las vacaciones escolares, al menos en los centros educativos más afectados por el coronavirus. La mayor federación de asociaciones de familias de alumnos, Ceapa, ha advertido de que tal decisión tendría un coste educativo para los niños y causaría un problema de conciliación laboral y familiar para muchos padres. Y el principal sindicato docente, CC OO, ha pedido que se recuperen las medidas de seguridad contra la covid en los colegios que estuvieron en vigor el curso pasado, incluyendo el desdoblamiento de grupos y la contratación de profesorado de refuerzo.

La clave, considera el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat, pasa por “aplicar a rajatabla las normas y las medidas de prevención que funcionaron muy bien en las escuelas y en los últimos meses se han relajado”, porque la vacunación de los niños tardará al menos dos meses en empezar a tener un impacto significativo en los colegios. La incidencia acumulada a 14 días de los menores de 11 años sigue siendo la más alta de todos los grupos de edad, con 777 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 609 de la media nacional.

Hasta este mes, el récord de brotes en centros educativos se había registrado en la primera semana de febrero, cuando se registraron 413 con un total de 2.570 casos asociados, principalmente en educación secundaria, según los datos del Ministerio de Sanidad (se considera que hay un brote a partir de los tres casos positivos relacionados entre sí en un mismo centro). En la segunda semana de diciembre se han alcanzado, en cambio, 463 brotes con 2.968 casos, y esta vez la gran mayoría se han descubierto en la educación primaria.

Los brotes descendieron este viernes 17 de diciembre a 334 con 1.979 casos asociados, pero el número de alumnos confinados continuó aumentando. Ocho comunidades reportaban a final de la semana pasada tener a más del 1% de su alumnado confinado cuando siete días antes eran seis. Y los datos con los que ha arrancado esta semana son peores. Cataluña, que publica diariamente información sobre el impacto de la covid, ha notificado que el número de alumnos en cuarentena ha pasado de 25.050 hace una semana a 60.125 este lunes, y que las cuarentenas afectan ya al 4% del alumnado. La Generalitat no desglosa los datos por etapas educativas, pero el porcentaje de confinados en infantil y primaria es necesariamente mucho mayor, ya que según ha indicado el Govern tres de cada cuatro positivos escolares se detectan en estos niveles.

Datos poco fiables

El principal indicador utilizado hasta ahora para tomar el pulso a la pandemia, el de grupos confinados, que recopila el Ministerio de Educación con datos de las comunidades autónomas, ha dejado en gran medida de ser útil para entender el punto en que se encuentran los colegios y compararla con la del curso pasado, porque parte de las autonomías han cambiado la forma en que contabilizan los grupos confinados. En Cataluña, por ejemplo, cuyas escuelas atraviesan un momento muy complicado, el número de aulas en cuarentena es muy bajo, (el 0,33%). Pero ello se debe a que este curso no se considera que un grupo está confinado, aunque todos sus alumnos estén en casa en cuarentena, si al menos su maestro sigue yendo al colegio, algo que los docentes han podido hacer hasta ahora si estaban vacunados y habían dado negativo en un test.

“Estas semanas están siendo las más complicadas de todas”, afirma Fran Lires, presidente de la asociación de directores de colegios de primaria de Galicia. “Ante el repunte de casos y como el trimestre ya está prácticamente acabado, muchas familias han decidido no traerlos. En mi colegio y en los del entorno han sido alrededor del 40%”, afirma Lires.

La actitud de los padres al respecto está siendo muy dispar en función de los centros y las comunidades. El presidente de los directores de colegios de Aragón, Ricardo Civera, afirma, que en su colegio la semana ha empezado de forma normal: “Han venido los niños como siempre y los usuarios de comedor han sido los mismos”. La presidenta de la asociación valenciana de directores, Joaquina Barba, también manifiesta que en su centro y en los que ella conoce el absentismo prenavideño ha sido poco significativo: “Está habiendo algunos casos, pero no es algo exagerado, no ha habido una desbandada”. Al colegio de Jorge Delgado, presidente de los directores de primaria andaluces, han faltado este lunes en torno a un 15% de los chavales, pero por causas diversas, matiza: “Se han juntado varias cosas. Hay niños que están confinados, porque han dado positivo o son contactos estrechos. Otros que los han vacunado y los padres han preferido dejarlos en casa al haber tenido alguna pequeña reacción. Y luego un pequeño porcentaje no los ha traído porque han dicho: ‘como quedan dos o tres días, no vayamos a liarla”.

“Descontrol” en Madrid

La sensación de “descontrol” sanitario que, según la responsable de enseñanza de CC OO en Madrid, Isabel Galvín, tienen muchas familias en esta comunidad, por la combinación de aumento de casos y la dificultad para ponerse en contacto con el sistema sanitario para reportar síntomas, ha llevado a muchos padres a tomar la decisión de no llevarlos a clase. Es el caso de Sonia, madre de un niño de infantil: “Pensamos: ¿y si por llevarlo tres días al cole se contagia y no podemos ir a ver a los abuelos, que viven en otra ciudad, en Navidad? Nos da pena, pero podíamos quedárnoslo, porque podemos teletrabajar y tenemos una persona que lo cuida, y eso hemos hecho. Con todos los contagios que está habiendo, es fácil que el crío lo coja. O que lo haga uno de su clase; solamente con eso ya nos tendríamos que quedar todos confinados 10 días”.

En algunos casos, como el del colegio público Palacio Valdés de Madrid, ha sido la propia dirección la que se lo ha planteado a la familia, explica Carlos García, presidente de la asociación de padres del centro. Ante el aumento de casos, se lee en la carta que les ha enviado el colegio, “rogamos valoren la conveniencia o no de traer al centro a los niños”.

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