La asignatura de Educación Física incluirá debates para frenar los comportamientos antisociales

El Ministerio de Educación quiere una asignatura de Educación Física “más actual” y “más alineada” con las necesidades del siglo XXI. Para ello, entre otras novedades, incluirá la organización de debates para analizar los “comportamientos antisociales” que se ocasionan a veces en la actividad física ―como la exclusión de los alumnos de menor rendimiento― o los estereotipos de género “aún presentes en el deporte”. Así se desprende del borrador del nuevo decreto de currículum de Primaria para el curso 2022/2023, que desarrolla los contenidos y los criterios de evaluación de siete asignaturas.

El departamento de Pilar Alegría ha puesto el acento en el plano socioemocional y la perspectiva de género en todas las áreas, un enfoque que no contemplaba el decreto de currículum de Primaria de la Lomce (ley educativa aprobada por el PP en 2013). El ministerio ha remitido el documento a las comunidades autónomas, que podrán hacer sus aportaciones hasta finales de agosto.

En el caso de Educación Física, una de las principales novedades es la de “dialogar, contrastar ideas y ponerse de acuerdo” para resolver situaciones conflictivas, de forma que el alumnado tenga en cuenta la perspectiva de las otras personas implicadas y busque “soluciones justas” en lo que Educación llama “dinámicas grupales reflexivas”. Además, señala como elemento clave la “autorregulación emocional” mientras se realizan actividades deportivas, el fomento de las relaciones “constructivas e inclusivas” y de “inserción social”. Dentro de un contexto que requiere esfuerzo y perseverancia, continúa el documento, resulta de vital importancia regular la impulsividad, reconducir las emociones desagradables para hacerlas más placenteras y desarrollar un cierto grado de empatía.

Para María José Camacho, profesora de Educación Física en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense, cualquier actividad física tiene una parte emocional muy importante y la exclusión de los más débiles depende del tipo de prácticas que se propongan. “Si son muy competitivas, primará el principio de la jerarquía motriz”, explica, y por eso considera muy positivo que el nuevo currículum contemple de forma “regulada” y “estructurada” la organización de debates colectivos para resolver conflictos, una práctica que, según cuenta, realizan algunos docentes ante situaciones críticas pero no siempre de forma grupal.

A continuación, otras novedades en asignaturas del nuevo currículum:

Lengua Castellana y Literatura. Uno de los objetivos que fija el nuevo currículo para la asignatura es el de reconocer la diversidad lingüística y dialectal del entorno para “favorecer actitudes de aprecio hacia la diversidad étnica y cultural, combatir prejuicios y estereotipos lingüísticos”, porque “el castellano es una lengua universal y policéntrica, con una enorme diversidad dialectal, en la que cada variedad geográfica tiene su norma culta” y, por tanto, “no puede establecerse una de ellas como la más correcta”.

Los docentes deberán así iniciar al alumnado en la reflexión de las distintas lenguas, incluidas las de signos. Otro de los epígrafes especifica que los estudiantes aprenderán conceptos relacionados con la ética de la comunicación, con el objetivo de no reproducir prácticas comunicativas discriminatorias, identificar y rechazar los abusos de poder a través de la palabra, o fomentar la igualdad desde una perspectiva de género y las conductas no sexistas. Además, se prestará especial atención al reconocimiento de la obra de las escritoras.

Lengua extranjera. El nuevo currículum prescribe que los docentes en esta área deberán “facilitar la competencia comunicativa intercultural a partir de la relación del alumnado con los hablantes de otras lenguas”, fundamentalmente a través de herramientas online, explican desde el ministerio. Se persigue que aprendan a utilizar diferentes estrategias para establecer relaciones con personas de otras culturas para “abrirse a nuevas experiencias” e “ideas”, así como que rechacen actitudes discriminatorias o de refuerzo de estereotipos motivados por el hecho de hablar otra lengua. “Integra no solo la dimensión comunicativa, sino también los aspectos históricos e interculturales que conducen al alumnado a conocer, comprender y respetar la diversidad lingüística y cultural presente en su entorno, y que contribuyen a que pueda ejercer una ciudadanía global independiente”, reza el documento.

Matemáticas. La asignatura contempla un plano socioemocional, y lo razona así: “Manejar correctamente estas habilidades mejora el rendimiento del alumnado, combate actitudes negativas hacia las Matemáticas, contribuye a erradicar ideas preconcebidas relacionadas con el género o el mito del talento innato indispensable y promueve un aprendizaje activo”. Para reforzar ese fin, “resultará esencial” dar a conocer al alumnado las contribuciones de las mujeres a las matemáticas a lo largo de la historia.

Según Luis Rodríguez, presidente de la comisión de educación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), este punto no es novedoso, ya que en la LOE (ley educativa aprobada en 2006 por el PSOE) en el bloque de Procesos, métodos y actitudes ya aparecían unos estándares para evaluar aspectos como la persistencia de los alumnos, el gusto por las matemáticas, y aspectos más afectivos como la ansiedad generada ante la materia. “El sentido socioemocional ya se contempla desde entonces, la novedad es que se ha incluido en la redacción del texto como un sentido matemático más, junto al algebraico, el espacial, el número, o el estocástico (el relativo a la estadística y la probabilidad)”, precisa.

La intención del ministerio es que los estudiantes desarrollen una “actitud proactiva” ante retos matemáticos, así como “entender el error como una oportunidad de aprendizaje” y la “variedad de emociones” como una ocasión para crecer de manera personal. Para ello, el alumnado “deberá identificar y gestionar sus emociones, reconocer las fuentes de estrés, mantener una actitud positiva, ser perseverante y pensar de forma crítica y creativa”, continúa el documento.

Educación en Valores. A partir del curso 2022/2023 los alumnos del tercer ciclo de Primaria tendrán en 5º o en 6ª esta asignatura. En la actualidad, tan solo cursan ética (denominada Valores Sociales y Cívicos) los alumnos que no escogen Religión. También enfocada desde un plano socioemocional, en esta materia los estudiantes aprenderán a “dirigir su conducta según criterios propios, a equilibrar sus impulsos y a gestionar sus emociones para, de este modo, constituirse como sujetos y ciudadanos libres y responsables, con dominio de sus actos y de sus vidas”. Desarrollar la autoestima, la autonomía y la identidad personal son otras de las metas que se proponen en el borrador, a través de la “clarificación de deseos y objetivos”. Además, promoverá una conducta inclusiva, solidaria y no sexista con tareas y juegos cooperativos, debates, procesos de toma de decisión, ejercicios de mediación en conflictos o actividades de servicios a la comunidad.

Conocimiento del medio natural. Esta materia, que en la Lomce se dividió en Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales y ahora vuelve a ser una única asignatura, pretende preparar al alumnado para un uso más sofisticado de las herramientas digitales, ir un paso más allá de la búsqueda de información en internet. Con el objetivo de que aumente “la productividad y la eficiencia” en el trabajo que desarrollan los alumnos hasta los 12 años, persigue que aprendan a interpretar, organizar y analizar la información para que después sean capaces de crear contenido propio en soporte digital y trabajar de forma cooperativa a través de ese canal.

Educación artística. Una de las aportaciones del ministerio a esta asignatura, que incluye contenidos de Educación Musical, Educación Plástica y Visual, Educación Audiovisual y Educación en Artes Escénicas y Performativas, será el estudio de producciones creadas y ejecutadas por mujeres.

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