La nota media para lograr una beca de máster habilitante baja de 6,5 a 5
El Gobierno aumenta la cuantía de las ayudas en FP básica y los estudiantes con trastorno grave de comunicación podrán optar a la subvención de apoyo educativo
El Ministerio de Universidades ha menguado la nota media que va a exigirse para optar a una beca para cursar un máster habilitante, el posgrado que obligatoriamente hay que aprobar para ejercer determinadas profesiones, como abogado, psicólogo sanitario, profesor de secundaria, capitán de la marina o para determinadas funciones de los ingenieros de Telecomunicaciones, Agrónomos o Minas. Todo el que cumpla los requisitos económicos, obtendrá la subvención si ha aprobado la carrera. De esta manera, la calificación en el expediente de grado baja del 6,5 al 5 (la mínima). Los partidos de izquierda siempre han mantenido que los universitarios sin recursos deben de poder inscribirse a cualquier estudio en las mismas condiciones que aquel que se puede permitir costearse la matrícula. Los másteres habilitantes son la minoría y las condiciones de la beca de los posgrados no habilitantes ―se exige una media de 7 para lograr la ayuda―, no se han tocado.
Las notas medias para conseguir una beca subieron en 2012, época del ministro José Ignacio Wert (PP), y la decisión fue muy contestada en las calles. Su sucesor, el popular Íñigo Méndez de Vigo, bajó de 5,5 a 5 la media del expediente de Bachillerato para optar a una beca de grado, y desde este curso no hace falta tener una media de un 6,5 para mantener la beca durante esos estudios de grado, sino un 5. Sin embargo, hasta la fecha los másteres, que han dejado de ser elitistas ante la necesidad de especializarse que exige el mercado laboral, no se habían beneficiado.
Si el máster habilitante dura dos años, el estudiante tendrá que haber aprobado todo primero para optar a la beca en segundo. La partida de becas sigue creciendo y eso ha posibilitado que se reduzca la nota media. Previsiblemente el número de beneficiados aumentará también porque, como consecuencia de la crisis económica provocada por la pandemia, las familias se han empobrecido y más universitarios cumplirán los requisitos de renta para solicitar la subvención.
Otras ayudas
Además, el real decreto de becas para el curso 2021-2022 prevé que los alumnos con problemas graves de lenguaje y comunicación puedan optar también a una ayuda de apoyo educativo en las etapas no universitarias. El curso en vigor se incluyó en la convocatoria a alumnos con necesidad específica de apoyo educativo de una parte del alumnado con trastorno del espectro autista (TEA) que hasta ahora no tenía acceso a estas ayudas. Se incluye también en esta categoría a los escolares “con necesidad específica de apoyo educativo derivada de discapacidad o trastorno grave de conducta” y a los superdotados que necesitan un seguimiento especial. Hay diferentes ayudas: enseñanza, transporte, comedor y reeducación pedagógica o del lenguaje (913 euros para esta última).
También se anuncia un incremento en la cuantía de las ayudas que pueden lograr los universitarios de Formación Profesional Básica, que sufre una enorme tasa de abandono de los estudios. No recibirán 300 euros, sino 350 de base de beca (ello se suma a la cuantía ligada a la renta del becario o a la excelencia si tiene un expediente por encima del 8).
Desde 2016, que no hubo subida en la asignación presupuestaria a las becas, cada curso han crecido las ayudas. En el 2019-20 el aumento en la partida total de becas fue de 150 millones de euros y en el 2020-21, de 386 millones, de forma que el montante ha alcanzado la histórica cifra de 1.900 millones de euros. También el número de los beneficiarios ha subido: de 889.043 en 2016 a 944.166 el pasado curso (con los últimos datos conocidos, las becas de este se están terminando ahora de pagar). Los universitarios solo son uno de cada cuatro beneficiarios y sin embargo acaparan el 45% de la partida por la matrícula (gratis en los estudios no universitarios) y los gastos de desplazamiento si se vive fuera de casa. Este curso se ha elevado el umbral 1 de renta familiar hasta casi equipararlo con el umbral de la pobreza.
La tardanza en resolverse las becas es un enorme hándicap del sistema, pues los alumnos con pocos medios tienen que adelantar dinero para hacer frente a los gastos (todos menos la matrícula). El proceso se ha agilizado, pero la espera sigue resultando eterna. Para el 2022-2023 el Gobierno prevé revisar el calendario y los plazos “para que la gran mayoría de los solicitantes puedan conocer, antes del comienzo del curso escolar, si van a resultar elegibles para la obtención de beca”.
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