_
_
_
_
_
Aspecto de la playa de Tossa de Mar (Girona), el pasado verano.
Aspecto de la playa de Tossa de Mar (Girona), el pasado verano.Cristóbal Castro

Las vacaciones están en peligro

Las empresas invitan a sus trabajadores a librar en Semana Santa y planean restringir los permisos de verano para sostener la actividad tras el confinamiento

Carmen Sánchez-Silva

"Este Gobierno va a ser conocido como el de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), y ese va a ser su gran acierto para sostener a las empresas en la crisis del coronavirus”, afirma Guido Stein, profesor de IESE Business School. Tras un aumento histórico del paro en el mes de marzo, con 320.000 personas, y más de dos millones de afectados por los expedientes temporales, los agentes sociales y los despachos de abogados están al máximo de su capacidad. En Baker McKenzie, el área laboral ha facturado un 35% de horas más de las presupuestadas para marzo, según su responsable, David Díaz.

Primero fue la gran oleada de ERTE por fuerza mayor, fundamentalmente de grandes compañías. Ahora se espera un aluvión de expedientes temporales por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción y vinculados a empresas de menor tamaño, avisa José María Martínez, secretario general de CC OO Servicios. Se trata de mantener el empleo a toda costa mientras dure la pandemia. “De momento, estamos negociando poco”, indica el sindicalista, que tiene claro que la siguiente fase de la crisis va a pasar por ajustar cuestiones organizativas y poner a pleno rendimiento la máquina de la negociación colectiva. “Se tendrán que negociar salarios, jornadas, vacaciones…”, prevé.

El pasado fin de semana, el Gobierno introdujo la figura del permiso retribuido recuperable a fin de que los trabajadores que seguían desarrollando su actividad en oficinas y fábricas no esenciales la paralizasen durante ocho días laborables para evitar la propagación de los contagios. Obligando así a tomar un descanso en Semana Santa, una práctica a la que también están invitando las empresas a sus teletrabajadores.

Jornada intensiva

Tendrán hasta diciembre para recuperar el tiempo de trabajo del permiso retribuido, las 64 horas. Algunas compañías estudian que se haga a ritmos de una hora diaria, aprovechando que está cerca la jornada intensiva de verano; otras, aumentando dos horas semanales, y hay quien se plantea compensar con las vacaciones estivales, explica Ignacio Corchuelo, abogado de Garrigues. Barros, responsable del área laboral de Uría Menéndez, recuerda que las empresas están llamadas a negociar la solución con los representantes de los trabajadores, sometidas al procedimiento establecido en la nueva regulación. Según el secretario de Acción Sindical de UGT, Gonzalo Pino, hay tiempo suficiente para recuperar las horas perdidas sin recurrir a las vacaciones. “El derecho al descanso no se puede perder o intercambiar como proponen los empresarios”, dice.

La industria y las manufacturas están haciendo uso del permiso retribuido recuperable, en tanto que las empresas de servicios tienden a soluciones menos drásticas, como utilizar las vacaciones de Semana Santa, aprecia David Díaz. “A muchos empleados se les está pidiendo que un porcentaje del tiempo en casa sean vacaciones o pactar una bolsa de horas para que no haya que recurrir al permiso retribuido. Les pagan el 100% del sueldo con el compromiso de que de aquí a final de año trabajen más”, indica Jorge Aranaz, socio de Cuatrecasas.

En cualquier caso, existen serias dudas sobre la duración del estado de alarma. Las fuentes consultadas creen que el confinamiento se prolongará más allá del 11 de abril. Y no va a quedar más remedio que arrimar el hombro, ya sea a través del recorte de vacaciones o de salarios, para que pueda compensarse la hibernación de la economía, coinciden los letrados.

Dinamarca es una dirección en la que mirar, según Toni Roldán, director del Centro de Políticas Económicas de Esade, Esade EcPol. No solo porque reaccionó muy pronto a la crisis sanitaria, sino porque allí se ha hecho un reparto equitativo de cargas de la crisis; el Estado paga el 75% de los salarios para evitar despidos; las empresas, el 25% restante, y los empleados aportan cinco días de sus vacaciones, explica. Es una dinámica propia de un país que firmó un contrato social hace un siglo y es la manera de salir de la crisis, opina Martínez. “Es por la que me gustaría que se apostase en España, por un pacto con los agentes sociales, porque todos vamos a tener que hacer muchos esfuerzos”.

Los trabajadores sujetos a ­ERTE ya están haciéndolos prescindiendo de un mínimo del 30% de su salario, aseguran ambos expertos. UGT va a exigir a las empresas que complementen los sueldos de los ERTE para que no tengan esa merma. “Las empresas saben que tienen que colaborar, que no solo lo va a hacer el Gobierno”, afirma Pino. Cree que son ellas quienes tienen más que aportar, después de 10 años de devaluación salarial por parte de los trabajadores en tanto que las organizaciones multiplicaban sus beneficios.

El día después

Actualmente en lo que se está trabajando es en el día después, en la vuelta a la actividad, que no se presume automática, dice Barros. “Nos esperan meses para retornar a la normalidad”, apoya Aranaz.

De ahí que no sean pocas las compañías que están estudiando una redistribución de la jornada. Las hay que planean restringir las vacaciones de verano, que en lugar de tres semanas los empleados se tomen dos o 10 días, señala el abogado de Baker McKenzie, lo que exigirá mucha negociación colectiva en los próximos meses. La ventaja sobre el permiso retribuido recuperable, indica el socio de Cuatrecasas, es que, en vez de hasta diciembre, las empresas cuentan con 12 meses para la reorganización cuando optan por la distribución irregular de jornada. La desventaja, que solo pueden jugar con el 10% o, como mucho, el 15% del tiempo anual.

Díaz sostiene que hay compañías que han presentado un ­ERTE por fuerza mayor y estudian solaparlo con un segundo ERTE por causas objetivas cuando finalice el estado de alarma. Calculan un periodo de dos meses para este segundo expediente y empiezan a negociarlo para ganar tiempo. Una práctica deshonesta, en opinión de Gonzalo Pino, que cree que el planteamiento tendría que ser negociar cómo vamos a salir de la crisis.

“Se están planteando medidas más estructurales. Nuestro objetivo es el mantenimiento del empleo y acordar la recuperación salarial en el tiempo”, dice Martínez. “Tendremos que pagar de una forma u otra la enorme caída que sufrirá el PIB. Tendremos que devolver la deuda y nos tocará ajustar nuestro nivel de vida, vía vacaciones, sueldos, impuestos… Lo lógico es que vayamos hacia sistemas que los nórdicos llaman de flexiseguridad para evitar los despidos. Quizás esta crisis sirva para avanzar en esa dirección”, zanja Roldán.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus

- Guía de actuación ante la enfermedad

- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad

- Pincha aquí para suscribirte a la newsletter diaria sobre la pandemia

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_