Intel y Nvidia, la alianza que puede reescribir el futuro
La adquisición de una participación de Intel por parte de Nvidia representa una jugada estratégica para diversificar el mercado de la segunda y profundizar en el rescate de la primera


El jueves 4 de septiembre de 2025, el presidente de Estados Unidos Donald Trump mantuvo en la Casa Blanca su primera cumbre con los CEO de las grandes tecnológicas estadounidenses. Los máximos responsables de Meta, Apple, Microsoft y Google pugnaban ante su anfitrión para demostrar quién era el más comprometido con invertir en suelo de EE UU y dar gusto al mandatario republicano, que no para de repetir el mantra Make America Great Again (MAGA). Pero había ausencias entre los 33 comensales. De inmediato, se destacó la de Elon Musk, ahora archienemigo del presidente Trump, pero apenas se resaltó la ausencia de dos personas: Jesse Huang (CEO de Nvidia) y Lip Bu Tan (CEO de Intel). Quizás ya estaban entonces ocupados ultimando el acuerdo presentado el pasado jueves.
El pacto entre las dos grandes empresas estadounidenses es el puente entre el pasado y el futuro del sector de los semiconductores, entre el anciano rey azul y el joven emperador verde. El segundo entra en el accionariado del primero con una participación de 5.000 millones de dólares y ambos acuerdan una colaboración para desarrollar conjuntamente múltiples generaciones de productos de PC y centros de datos. Tras la sorpresa, existen claves que dan sentido a la operación, tanto desde la óptica geopolítica como corporativa.
En primer lugar, la toma de participación por parte de Nvidia en Intel parece difícil separarla de la operación de rescate del gigante azul iniciada por el Gobierno de EE UU. Aunque Jesse Huang ha negado explícitamente que la Casa Blanca haya estado involucrada en el diseño de la operación, la misma sigue el patrón de la propuesta que realizó Craig Barret. El veterano ex CEO de Intel reclamaba recientemente que ocho empresas tecnológicas estadounidenses invirtieran 5.000 millones de dólares, alcanzando entre todas los 40.000 millones que calculaba hacían falta para salvar a Intel. Entre ellas mencionaba expresamente a Nvidia. Sumados los 5.000 millones aportados por esta empresa a los 10.000 que puso la Casa Blanca en el capital de Intel —mediante el canje de la subvención de la Ley de Chips por acciones de la compañía— y los 2.000 millones con los que contribuyó Softbank, Intel está casi a un 50% de ser recapitalizada.
La pregunta ahora es si alguna otra de las grandes tecnológicas entrará en el capital de Intel, a modo de salvavidas, y cuándo. Y está por ver si la adquisición de acciones de Intel por parte de Nvidia siguiendo la estela de la intervención del Gobierno puede hacerle ganar a esta algún favor de Donald Trump, aliviando, por ejemplo, las restricciones de exportación de sus productos a China. La compañía de Jesse Huang necesita un soplo de certidumbre en un mercado cada vez más incierto para sus intereses, más ahora que el Gobierno chino ha prohibido la venta de alguno de sus chips.
En segundo lugar, el diseño de la operación ha sido cuidadoso. Por una doble razón. El efecto positivo que el acuerdo iba a tener sobre el valor de las acciones de Intel estaba descontado, pero era importante que el pacto incluyera condicionales que evitasen una caída relevante en las acciones de Nvidia. También era importante que no interfiriera con TSMC, el gigante taiwanés de la fabricación de semiconductores del que depende la producción de los chips IA más avanzados de Nvidia. Así, en el acuerdo no existen compromisos de comprar los semiconductores 14A y 18A de Intel que rivalizan con los de dos nanómetros de TSMC como componentes de las codiciadas GPU de vanguardia que integran las infraestructuras IA.
Los inversores así lo entendieron y las acciones de la taiwanesa apenas si sufrieron un ligero tambaleo inicial. Huang escenificó la continuidad de sus buenas relaciones con TSMC alabando varias veces a esta compañía en la rueda de prensa conjunta que ofreció el pasado jueves con Lip Bu Tan, el CEO de Intel. “Creo que tanto Lip-Bu como yo diríamos que TSMC es una fundición de clase mundial”, dijo el fundador de Nvidia, que añadió: “Es imposible subestimar la magia de TSMC”.
El pacto no resuelve cuestiones consideradas vitales para la soberanía tecnológica estadounidense
El anuncio, por tanto, no incluye ningún plan para que Nvidia utilice la fundición de Intel para producir sus chips IA más avanzados, y el negocio de fabricación por contrato de Intel pierde miles de millones de dólares al año. Sigue teniendo dificultades para conseguir clientes externos, y la mayoría de analistas considera que para que la fundición de Intel sobreviva necesitaría ganar un gran cliente como Nvidia, Apple, Qualcomm o Broadcom.
Pero lo que sí contempla el acuerdo es un compromiso de cooperación entre ambas compañías para desarrollar productos IA basados en la arquitectura x86 de Intel, tanto en plataformas de computación personal (PC IA) como en equipos para centros de datos, ya que la demanda de inteligencia artificial sigue aumentando. En los primeros, desarrollarán productos que integren CPUs de Intel con GPUs de Nvidia (posiblemente con chips de TSMC), que darán lugar a unos PC de alta gama con inteligencia artificial en el centro. En los segundos, Nvidia integrará productos x86 en sus plataformas de IA de gama media para centros de datos.
El movimiento, que convierte a Nvidia en uno de los mayores accionistas de Intel, con una participación del 4%, puede ser muy relevante para potenciar el despegue de todo un segmento tecnológico: los PCs IA, pues a pesar de los anuncios que ya habían realizado el equipo azul y el equipo verde de desarrollar este tipo de dispositivo en solitario, a ambos les hubiera sido difícil alcanzar individualmente un producto atractivo.
La adquisición de una participación estratégica de Intel por parte de Nvidia representa una jugada estratégica para diversificar el mercado de la segunda y profundizar en el rescate de la primera. Este acuerdo no solo contribuye a la recapitalización de Intel sin molestar a TSMC en exceso, sino que también establece una colaboración crucial para el desarrollo de la próxima generación de PCs con inteligencia artificial, un mercado con un enorme potencial de crecimiento.
Nvidia busca vida más allá de las grandes infraestructuras IA —ante la presión de sus grandes clientes, que están incrementando la fabricación de sus propios chips IA— e Intel su resurrección apalancándose sobre las plataformas de consumo que tan bien conoce. Para ambos propósitos, el acuerdo proporciona un plus para estos dos socios, pero no resuelve cuestiones consideradas vitales para la soberanía tecnológica estadounidense: ni la supervivencia definitiva de Intel, que arrastra una dura crisis desde hace años, ni el avance de China en esta industria, que amenaza el dominio de Nvidia.
El acuerdo deja, sin embargo, un claro damnificado. AMD ve cómo este pacto refuerza a su rival directo Intel. Y habrá que observar la evolución del pacto, que puede representar un riesgo potencial para TSMC. Esta compañía fabrica actualmente los chips lógicos de las aceleradoras IA insignia de Nvidia, pero en el aire queda si este negocio de la empresa más valiosa del mundo podría algún día extenderse a Intel. En cualquier caso, la inyección de capital a la vieja compañía azul le da aire y recursos financieros para seguir acariciando el sueño de retornar al liderazgo de los chips de vanguardia.
La alianza Nvidia-Intel es, por último, una prueba más de que la empresa de Huang no está dispuesta a dejar de ser el rey de los chips de IA y, como ha demostrado si para ello tiene que sacar la chequera e invertir sumas millonarias en tecnológicas donde vea un claro win-win, lo hará. No hay más que ver su anuncio de ayer: invertirá 100.000 millones de dólares en OpenAI. Nvidia apoya así el crecimiento de uno de sus clientes principales, que necesita atraer inversores para financiar sus costosas infraestructuras y, a cambio, la creadora del popular ChatGPT continuará comprando millones de GPUs a Nvidia. ¿Será a costa de que no produzca sus propios chips IA de la mano de rivales como Broadcom?
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