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El déficit comercial de Estados Unidos pulveriza nuevos récords por culpa de los aranceles de Trump

Las empresas adelantaron las importaciones y el desfase entre importaciones y exportaciones se disparó un 75% en marzo, hasta 162.000 millones de dólares

Vehículos en la terminal de carga del puerto de Oakland (California).
Miguel Jiménez

El objetivo de Donald Trump con sus aranceles es reducir el déficit comercial de Estados Unidos. Por ahora, sin embargo, está consiguiendo justamente lo contrario. Empresas y consumidores han acelerado sus compras ante el temor a los nuevos impuestos y el desfase comercial de los primeros tres meses del año no tiene precedentes. En marzo, el déficit comercial se disparó un 75% en comparación con el mismo mes del año anterior, básicamente por el aumento de las importaciones, según los datos provisionales avanzados por la oficina del Censo de Estados Unidos.

La primera economía del mundo importó bienes por importe de 342.746 millones de dólares en el primer trimestre, un aumento del 31% con respecto al mismo mes de 2024, con datos desestacionalizados. Mientras, las exportaciones al exterior fueron de 180.761 millones de dólares, un 6,8% más. Como consecuencia de eso, el déficit se disparó un 75%, hasta los 161.985 millones de dólares, una cifra sin precedentes en la historia de Estados Unidos.

En los tres primeros meses del año, el déficit comercial suma ya 464.475 millones de dólares, un desfase que lastra el producto interior bruto (PIB) estadounidense, en el que las importaciones restan y las exportaciones suman. La economía venía creciendo con fuerza cuando Trump regresó a la Casa Blanca, pero sus medidas han supuesto un lastre para empresas y consumidores. El Departamento de Comercio publicará este miércoles su primera estimación sobre la evolución del PIB estadounidense en el primer trimestre. Los economistas esperan un frenazo en seco por culpa de las medidas del nuevo presidente.

La proyección mediana de una encuesta de Bloomberg entre economistas prevé un aumento del PIB del 0,3% en tasa anualizada (menos del 0,1% trimestral), en lo que sería el ritmo más lento desde principios de 2022. Pero muchos economistas prevén una contracción, la primera desde la pandemia. La herramienta GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta apunta a una caída del 1,5% al 2,7% trimestral anualizada, dependiendo de la metodología empleada.

Otros datos publicados este martes mostraron que los aranceles también están pesando en las opiniones de los estadounidenses sobre el futuro de la economía y sus finanzas personales. Una medida de las expectativas de los consumidores para los próximos seis meses se desplomó a su nivel más bajo desde 2011 en abril, según un informe de The Conference Board.

En marzo se dispararon especialmente las importaciones de bienes de consumo, un 55,5%, pero también los suministros industriales, un 37,8%, siempre según los datos adelantados del Censo.

La impresión es que las empresas y consumidores adelantaron las compras ante de la llegada del mal llamado tercer Día de la Liberación, el 2 de abril, cuando Trump declaró la guerra comercial al mundo con una subida de los aranceles hasta los niveles más altos en más de un siglo.

El presidente ha ido rectificando y parcheando su política comercial ante la presión de los mercados, rebajando los aranceles a gran parte de los países, concediendo excepciones y buscando ahora desescalar el conflicto con China. El último giro de guion apunta a suavizar los aranceles a los componentes de automóviles, algo que se espera que haga este mismo martes. Tendrá además efectos retroactivos, según han avanzado medios estadounidenses, lo que da idea de la inseguridad jurídica y las distorsiones que está generando la errática política comercial de Trump.

Aun así, todavía siguen en vigor impuestos a las importaciones mucho más altos que los que había en marzo. Las empresas aprovecharon y adelantaron los compras, esquivando en parte el golpe arancelario, según se deduce de las cifras. El aumento del agujero comercial estadounidense es en gran parte un daño autoinfligido por las autoridades. Aun así, tenderá a corregirse o compensarse en meses sucesivos.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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