Málaga pone freno a las nuevas viviendas turísticas
La ciudad, que ya tiene más de 12.000 de estos inmuebles, limita las nuevas licencias a las que dispongan de una entrada independiente: “Queríamos parar y templar”, dice el alcalde
Málaga pone freno, por primera vez, a la proliferación de viviendas turísticas en la ciudad. El ayuntamiento ha decidido limitar las nuevas licencias a inmuebles que dispongan de una entrada independiente. “Reconocemos el papel que han tenido y tienen en la recuperación de ciertas zonas de la ciudad, pero no queremos que se pase de unos números que pueden ser muy altos”, ha reconocido el alcalde, Francisco de la Torre (PP), que cree que quienes pensaran alquilar su piso para el turismo ahora tienen la opción de hacerlo para larga temporada. “Queríamos parar y templar” el mercado, ha dicho De la Torre en términos taurinos. La norma, en vigor desde el pasado viernes, no afectará de manera retroactiva a las viviendas vacacionales ya existentes e inscritas en el registro de la Junta de Andalucía.
Málaga se une así a otras ciudades y territorios que han impulsado medidas similares o más restrictivas, como Baleares, San Sebastián, Barcelona, Gijón, Madrid, Sevilla o Valencia, cuya moratoria —en vigor durante un año— entró en funcionamiento el pasado 30 de mayo. La capital malagueña cuenta con 12.124 viviendas inscritas para uso turístico en el Registro de la Junta de Andalucía. En toda España hay más de 350.000, con 1,75 millones de plazas ofertadas según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado febrero. De acuerdo con esos datos, Málaga es, entre las urbes españolas con más de medio millón de habitantes, la que tiene más pisos turísticos: un 2,7% de todas sus viviendas se destinan a visitantes, frente a la media nacional del 1,33%.
La ciudad andaluza ha vivido en los últimos años un enorme incremento de viviendas turísticas. La explosión ofrece datos demoledores. Si en 2016 había apenas 846, en 2024 ya hay más de 12.000. Es decir, se han multiplicado por catorce en menos de una década para superar las 60.000 plazas, a las que sumar otras 7.000 de apartamentos turísticos, según los datos del organismo público Turismo Costa del Sol. Es uno de los motivos que para algunos expertos explican que el precio de la vivienda, tanto para alquiler como para compra, se haya disparado —en los últimos años la ciudad ocupa siempre los primeros puestos en los informes de las inmobiliarias— y también la expulsión de los vecinos de diferentes distritos, como ha denunciado en distintas ocasiones el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga. La entidad ha impulsado, de hecho, una manifestación el próximo 29 de junio. “Salimos a la calle para demostrar que somos muchas las que estamos cansadas de soportar un modelo de ciudad que nos expulsa y nos explota”, explican en la convocatoria.
Las viviendas vacacionales han sido uno de los principales quebraderos de cabeza para el alcalde malagueño. Siempre aseguró tener la intención de regular, pero también de que no lo haría sin seguridad jurídica. Ahora la tiene de la mano del decreto aprobado por la Junta de Andalucía el pasado febrero, que dejaba a los ayuntamientos la facultad de limitar o prohibir los pisos turísticos. Como ha explicado la delegada de Urbanismo, Carmen Casero, “el nuevo documento de la Junta dice claramente ‘viviendas de uso turístico’, pero el anterior de 2016 decía otro concepto”. Esas dos palabras, “uso turístico”, son las mismas que aparecen en el Plan General de Ordenación Urbana de Málaga, aprobado en 2011 y donde queda reflejado que para poder destinarlas a ello deben tener “elementos de acceso y evacuación adecuados independientes de los del resto del edificio”. “El uso turístico de hospedaje debe tener una entrada independiente”, ha subrayado De la Torre. “Antes bastaba con primera ocupación y ahora no”, ha insistido el alcalde, que ha explicado que la única excepción es para aquellos edificios donde todos los pisos sean de uso turístico. “Esto nos permite, en términos de una legalidad clarísima, una seguridad jurídica clara, plantear un freno a las peticiones nuevas ante nosotros o la Junta de Andalucía para tener más viviendas turísticas”, ha remachado.
“No es ninguna mala noticia”
Las primeras víctimas de esta nueva instrucción son las más de 800 que han solicitado licencia turística desde el pasado 22 de febrero cuando se aprobó el decreto autonómico. “Estas tendrán que demostrar si tienen esa entrada independiente y podrán caminar hacia adelante; y, si no la tienen, siempre tendrán el camino del alquiler de larga temporada. Si alguien tiene la vocación de ser arrendador, que la mantenga, pero no en la línea de uso turístico sino en la línea de uso de vivienda”, ha insistido el regidor malagueño, quien también ha señalado que la norma no será retroactiva y, por tanto, no afectará a las ya existentes. “No es ninguna mala noticia. Al contrario: más oferta de alquiler, que es lo que queremos para que los precios no se tensionen, para que el mercado de la vivienda esté más sano”, ha dicho De la Torre.
El municipio está, de manera paralela, trabajando en nuevos frenos a los usos turísticos de los pisos. Por un lado, los técnicos estudian la posibilidad de limitar la reconversión de locales comerciales en viviendas turísticas. Entienden que, al tener entrada independiente, esos inmuebles serán los más demandados para uso turístico y para evitar una aceleración en su transformación y la desaparición de más comercio, quieren imponer que esos locales puedan ser alquilados como residencias, pero solo para larga temporada y un mínimo de un año. “Si se puede hacer, lo haremos”, ha dicho De la Torre. Por otro lado, desarrollan desde hace unos meses una nueva ordenanza que limitará estos inmuebles en zonas saturadas, como tramita Sevilla, donde pretenden aprobar que las turísticas no puedan superar el 10% de las viviendas totales de cada barrio. Además, Málaga analiza un cambio en su Plan General en el mismo sentido: acotar el desarrollo de nuevos pisos turísticos e incluso iniciar una moratoria.
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